El 18 de julio de 1980 se publicó el álbum debut de la influyente banda de Liverpool, comienzo de una fantástica carrera como abanderada del dark rock
Echo and The Bunnymen
Crocodiles
Korova / WEA. 1980. Inglaterra
El mismo día que se lanzaba al mercado Closer, el anticipado segundo y último disco de Joy Division, la aún desconocida banda de Liverpool irrumpía con su fantástico álbum debut, con el cual puso la piedra fundacional de una carrera sumamente influyente.
Desde su formación a finales de los años 70, Echo and The Bunnymen ha mantenido su estatus como una de las bandas seminales del ala dark del post punk británico.
De todas las bandas que protagonizaron el movimiento dark (The Cure, Siouxsie & The Banshees, The Sound, Psychedelic Furs y muchas más), quizás sea Echo & The Bunnymen la que mejor ha sabido evolucionar, matizando las densas atmósferas guitarreras con melodías pop de oscuro romanticismo.
Su sonido ha permeado a varias generaciones, especialmente a la corriente “emo-pop”, con Coldplay a la cabeza
The Bunnymen fue originalmente un trío formado por Ian McCulloch (voz), Will Sergeant (guitarra) y Les Pattinson (bajo), quienes se ayudaron con un caja de ritmos (a la que bautizaron Echo). Como trío hicieron sus primeras apariciones en vivo y grabaron el single debut “Picture of My Wall” en 1979 para el sello local Zoo.
Con la entrada del recordado baterista Pete de Freitas se conformaría el clásico cuarteto, cuyo primer paso fue Crocodiles (1980), producido por Bill Drummond y David Balfe, teclista de Teardrop Explodes, banda de la misma ciudad. La fotografía de Brian Griffin refleja la oscuridad que la música proyecta.
La tensa “Going Up” abre en grande el puñado de 10 canciones, con bajo y guitarra en plan estelar y la voz envuelta en reverberación. Sigue «Stars Are Stars«, un tema de espíritu templado con una batería más protagonista y una vocalización más melódica
“Pride” es una de las canciones que navega el mismo territorio de Teardrop Explodes, a ratos angustiosa y punk. Luego hace su aparición “Monkeys”, una de las que permite desplegar el estilo vocal de McCulloch
Cierra el lado A el tema título, saltarín y infeccioso, con la guitarra latigueando a lo Gang of Four, el bajo aportando profundidad y la batería frenetismo,
El lado B inicia con la magnífica “Rescue”, editada antes como single. Sergeant y McCulloch se apropian de la pieza. Da paso a «Villiers Terrace«, en la que destaca el piano tocado por Sergeant
La piedra angular del disco es “Pictures of my Wall”, con la que habían avisado el año previo. El tema contiene todos los ingredientes que harían grande a Echo and The Bunnymen en los años 80 en la seguidilla de discos Heaven Up Here (1981), Porcupine (1983), Ocean Rain (1984) y Echo & the Bunnymen (1987)
El tramo final del disco lo componen la contundente “All That Jazz” y la dramática «Happy Death Men«, con las que se cerraba el prometedor primer capítulo de una banda que a pesar de los vaivenes, aún se mantiene en la carretera, pero sin olvidar componer
Han pasado 40 años y Crocodiles sigue siendo una de las mejores fotografías de la primera e irremplazable era post punk.
Juan Carlos Ballesta
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Productos de Echo and the Bunnymen
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