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El emblemático Johnny Winter And cumple 50 años

Johnny Winter Rick Derringer

En septiembre de 1970 se produjo el debut del efímero pero gran proyecto de los guitarristas Johnny Winter y Rick Derringer

Johnny Winter And
Debut album

Columbia. 1970. EE UU

Iniciando los 70, el albino Johnny Winter reclutaba al bajista Jo Hobbs, al guitarrista Rick Derringer y a su hermano, el baterista Randy Z, todos parte de la agrupación The McCoys.

Johnny Winter and the McCoys sería el nombre que pronto se acortaría a Johnny Winter And, una banda que se nutriría de las influencias del jazz y el R&B traída de los días junto a su hermano menos Edgar Winter, en cuyo disco Entrance (1970) había colaborado Johnny.

Esta vez, sin embargo, la música sería más tendiente al rock. Johnny publicaría el cuarto disco de su colección manteniendo los rasgos del blues sureño que le caracterizaban. Poco duraría este enamoramiento de dos guitarras, tres voces y sección rítmica que nos cautivaría con este disco y el siguiente.

Once composiciones a lo largo de 41’36” producidas para Columbia por Johnny y Rick con Roy Segal tras los controles.

Nuestro celebrado disco inicia con “Guess I’ll Go Away” (Creo que me iré), cuyo riff inicial nos atrapa de una vez.

Compuesta por Johnny, la pieza es un romántico trance muy común entre amantes. “Hey, no puedo dejar de pensar en ti, pensando por qué no estás aquí, no puedo continuar sin ti, recojo mis cosas y me marcho de aquí…”

La pieza es un deleite, en especial para los guitarristas. Uno de los atractivos del tema son las intercaladas frases que matizan con delicadeza Rick y Johnny.

El disco sigue con “Ain’t That a Kindness” (¿Es una gentileza?) compuesta por Mark Klingman (Todd Rundgren) donde el grupo nos recuerda que “sin su arma un hombre no es nadie”.

La primera tríada se completa con la hermosa versión del tema de Jim Capaldi y Stevie Winwood, “No Time to Live” (No hay tiempo para vivir).

“Mientras el tiempo comienza a arder sobre mí, y los días se acortan, la gente hace su mejor esfuerzo para rechazarme, pero de algún modo, sus consciencias no serán presas…”

La emblemática pieza de Derringer, “Rock and Roll, Hoochie Koo”, nos relata: “No pude dejar de moverme cuando por primera vez me tomó, era una cálida noche de primavera en el viejo salón del pueblo, había un grupo llamado The Jokers que se la estaba pasando bien, ¿Sabes que nunca perderé ese sonido funky?

Esta canción es seguida de la dulce y contrastante “Am I Here?” (¿Estoy aquí?) de Randy Z, donde las voces y las guitarras relatan “¿En verdad estoy aquí? ¿Realmente estás allá? ¿Es éste cualquier lugar? Realmente no me importa…”

Esta segunda tríada culmina con la pieza de Rick “Look Up” (Mira hacia arriba), una sencilla canción con un poco de R&B para motivarnos un poco más a “volar”, si saben lo que quiero decir.

La segunda mitad del disco inicia con la interesante pieza “Prodigal Son” (Hijo pródigo) de Johnny Winter.

El llamativo solo de guitarra es parte de una sentida narrativa donde Johnny y sus chicos nos dicen: “Brilla hijo pródigo, mereces tu gloria, sigue divirtiéndote, pronto será el mismo cuento, pronto llegará la tarde…”.

Rick luego nos complace con “On the Limb” (En el limbo): “En el limbo, en el limbo, no quería ir tan lejos, cuelgo de una rama…”

La sencilla pieza poca explicación necesita.

La canción es seguida de “Let the Music Play” (Deja que la música suene), que en lo personal es la pieza más atractiva del disco y que fue compuesta por el canadiense Allan Nicholls y Otis Stephens.

Johnny Winter And nos relata: “Cuando te sientes triste y solitario, además de perturbado, no creas ni una palabra de las que digo porque nunca son ciertas, no se que te trajo aquí pero se lo que debo hacer…”

Este blues recuerda un poco a “While My Guitar Gently Weeps” de The Beatles. El juego vocal es un excelente aditivo.

Nothing Left” (No quedó nada) y “Funky Music” culminan nuestro festejado disco. La primera, de Johnny Winter, con una dulce aspereza nos cuenta: “Desperté dentro de mí esta mañana con incertidumbre entorno, me arreglé y puse un poco de  alegría, luego me acosté y nada quedaba, sólo cenizas y el olor”.

La segunda es de Rick Derringer y nos relata: “Sí, música funky, cuando desperté esta mañana no tenía fuerzas para abrir mis ojos, la luz del sol en mi ventana, no mezclaré con música tras las noches del sábado…”

En ambas piezas los solos de guitarra ya valen la pena reencontrarse con esos brillantes momentos en la historia del rock.

Johnny Winter And y su siguiente disco, Live Johnny Winter And! de 1971, son parte de esos momentos irrepetibles del rock que nos llenan de nostalgia cuando los revivimos.

Tan sólo ver la imagen de Norman Seeff, uno se hace cómplice de esa ventana hacia el pasado y comienza a sortear los años dorados del rock con temblorosa ambición. Si bien para Johnny, la drogadicción le pasaba factura ausentándolo por un tiempo de los escenarios, el albino de larga cabellera retornaría con una respuesta contundente en 1973 con el disco Still Alive And Well.

Influido por Chet Atkins y Merle Travis, Johnny Winter es considerado entre los 100 más grandes guitarrista de la historia por la revista Rolling Stone. El nativo de Beaumont, Texas, falleció a los 70 años de edad a causa de un enfisema y neumonía en una localidad cercana a Zurich, Suiza en 2014, cuando aún permanecía activo sobre las tarimas.

Vale la pena mencionar que Johnny, a lo largo de su dilatada carrera, produjo tres álbumes para el glorificado Muddy Waters que fueron merecedores de Grammy.

Leonardo Bigott

 

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