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Joy of a Toy: el fantástico debut de Kevin Ayers

Kevin Ayers

En noviembre de 1969, tras su paso por la inicial etapa psicodélica de Soft Machine, el bajista, cantante y compositor inglés hizo su fantástico debut

Kevin Ayers
Joy of a Toy

Harvest. 1969. Inglaterra

Uno de los fenómenos musicales más interesantes del rock británico fue el llamado “Canterbury Scene”. Se trataba de un estilo musical enraizado en el rock, creado por músicos proclives a la experimentación con elementos de diversas corrientes musicales, especialmente el jazz y la psicodelia, y que produjo un puñado de grupos, todos con atractivas propuestas y con un particular interés en ampliar el vocabulario sonoro de la segunda mitad de los 60 y comienzos de los 70.

Uno de esos increíbles grupos fue Soft Machine, que tuvo entre sus fundadores al excelente multi-instrumentista Kevin Ayers (†), quien debutaría en solitario con este gran álbum del cual celebramos su medio siglo de existencia y que se titula Joy Of A Toy (Gozo de un juguete).

Rumor urbano o no, las malas y buenas lenguas dicen que cuando Ayers estaba por retirarse del ruedo musical, el desdeñado Jimi Hendrix, cuya banda Experience hacia gira con Soft Machine como abridores, le llegó a Ayers con una Gibson J-200, la misma que tocaban grandes como Keith Richards.

Hendrix, tal vez al mejor estilo persuasivo de El Padrino le propuso a Kevin “una oferta que éste no podía rechazar”. Hendrix increparía al genial músico, haciendo hincapié en que la condición era darle la guitarra si seguiría componiendo.

Con una pequeña ayuda de sus buenos amigos Robert Wyatt, David Bedford (†), Hugh Hopper (†), Paul Buckmaster (†), Jeffrey Clyne (†), Mike Ratledge, Rob Tait y Paul Minns, Ayers confeccionaría esta colección de diez temas que con gran gusto celebramos.




A ese puñado de músicos se le unirían otros, hoy legendarios. Un Syd Barrett (†) bastante deteriorado, el bajista Richard Sinclair y su hermano David de Caravan, el baterista Richard Coughlan y el trío vocal femenino The Ladybirds.

El disco lo produjo el mismo Ayers junto a Peter Jenner, bajo la ingeniería de Peter Mew para Harvest Records. La fotografía de la divertida foto portada es obra de Laurie Asprey.

Kevin AyersEsta aventura sonora inicia con “Joy of a Toy Continued”, una divertida y alegre composición instrumental en el mejor estilo inglés y en donde destaca el sonido de un piccolo evocando una triunfal marcha.

Este ameno y breve tema contrasta con el más letárgico “Town Feeling”, la segunda pieza del disco donde participa Hugh Hopper en el bajo y donde oboe, cello, guitarra y la corpulenta y profunda voz de Ayers nos dice: “Hoy la ciudad parece una tumba, todos están encerrados en sus habitaciones, haciendo el amor o jugando al amor, ¿a quién le importa…”. La indudable influencia clásica en este tema lo convierte en uno de mis favoritos del celebrado disco.

Ayers recuerda a Nick Drake en su lado más oscuro aunque la pieza se va desarrollando hacia una sonoridad menos lúgubre. Ayers nos reitera el primer verso antes de concluir la canción para luego ofrecernos “The Clarietta Rag” en la cual destaca Bedford al piano y un sonido que semeja al kazoo (una especie de pito con una membrana de celofán) “Ella es la reina de flores montañeras…” nos dice Ayers acompañado en el bajo por Jeff Clyne.




El LP continúa con “Girl On A Swing” (Chica en un columpio) donde destaca el piano de Bedford y un reverberante sonido, sobre lo cual nos dice Ayers: “… tengo otra canción para cantar, chica en el columpio…”.

La placentera “Song For Insane Times” (Canción para tiempos de locura), sigue el repertorio con una sonoridad que nos recuerda a la legendaria Caravan. “Si Disneyland llegará a la ciudad…”, nos dice Kevin en algún momento de esta pieza poseedora de una particular belleza en los pasajes instrumentales, gracias a las teclas de Ratledge. Con ella concluye el lado A.

Una más experimental “Stop This Train (Again Doing It)” da comienzo al segundo lado, iniciando con un sonido en crescendo que procura emular la misma dinámica de un tren cuando comienza a andar.

La voz de Kevin es tratada como si estuviera hablando por teléfono. En uno de sus versos Ayers nos dice que “es momento de cambiar”. El atractivo y extenso pasaje instrumental es bastante interesante por la variedad sonora y el excelente tratamiento que Ayers inyecta a la pieza. La composición acelera y se diluye en el final.

La exquisita “Eleonor’s Cake (Which Ate It)” conducida por la guitarra acústica y voz es una reflexiva pieza adornada con flauta, “¿Realmente tienes que llorar?…” Dice Kevin en un modo empático en esta contemplativa e íntima canción.

Luego es “The Lady Rachel”, con un sonido ostinato donde Ayers nos dice: “Ella está a salvo de la oscuridad y no será lastimada, al menos no tanto…” Dos de los aspectos más importantes de estas composiciones son los contrastes y la variedad, pero aún más importante es la voz artística que hizo de Ayers un músico único. En esta pieza él nos sorprende con la armónica.




Ayers continua con “ Oleh Oleh Bandu Bandong” que es tal vez la más osada del repertorio y una de mis favoritas. Robert Wyatt cede su puesto en los tambores a Rob Tait quien inicia y mantiene el pulso del tema con las dislocadas y misteriosas voces de The Ladybirds.

Si alguna vez pudieron disfrutar del show de Benny Hill, el depravado gordito comediante de la TV Inglesa en los años 80, entonces conocen a este trío armónico vocal. Sus voces parecen extraídas de alguna secta satánica dirigida por Charles Mason.

La guitarra eléctrica surge desde el fondo y revolotea en torno. Los teclados crean una pesada atmósfera que nos tortura y Bedford se une con un cuasi circunspecto piano. Todo degenera en un verdadero caos sónico. ¡Maravilloso!

Joy Of A Toy tiene un repertorio con varios momentos altos. La penúltima pieza del repertorio se diluye en “All This Crazy Gift Of Time” (Este loco regalo de tiempo) y Kevin culmina dicéndonos en un lenguaje folk (guitarra acústica y armónica): “¿Te parece que el mundo ha sido bueno, te llega la música, la sabiduría de tu corazón, te enseña como debes desempeñar tu rol?

Ayers falleció el 18 de febrero de 2013 dejando un importante legado que ha influido a varios artistas de diversas tendencias. A lo largo de su carrera trabajó con renombrados músicos como el guitarrista Andy Summers (The Police), Mike Oldfield, Elton John, John Cale y Nico, por mencionar algunos. Esta primera impronta como solista es una importante muestra que logró calar entre críticos y fans por igual.

Leonardo Bigott