En febrero de 2003 fue publicado el penúltimo larga duración de la banda de Gijón, con un sonido arrollador, pocas veces escuchado en una banda ibérica
Manta Ray
Estratexa
Acuarela Discos. 2003. España
Para el momento en que Manta Ray grabó Estratexa, se había convertido en un cuarteto tras la salida de Nacho Vegas, uno de los emblemáticos fundadores de la banda.
Seguían a bordo los cuatro miembros restantes que ya trabajaban juntos desde el segundo larga duración (Pequeñas puertas que se abren, pequeñas puertas que se cierran de 1998): Nacho Álvarez (bajo, samples y misceláneos), José Luis García (Guitarras), Frank Rudow (teclados, sampling y electrónica en general) y Xabel Vegas (batería, percusión, efectos).
Con un sonido un tanto etéreo en sus discos anteriores, la salida de Nacho Vegas parecía haber empujado a la agrupación en una dirección mucho mas visceral, que nunca habíamos escuchado en sus grabaciones, aún cuando su fama en vivo permitía adivinar que es un aspecto que nunca había podido ser capturado de manera adecuada hasta este momento.
«Take a look» abre el disco con insistentes y repetitivos sonidos pulsantes, la voz comienza a recitar y poco a poco se unen el bajo y la guitarra marcando el ritmo claustrofóbico, sugiriendo por momentos un sonido a lo Suicide con toques mas contemporáneos, un poco a lo Tarwater.
La pieza se va levantando por partes, hasta establecer un sonido que se empieza a acercar al rock y a alejar de la electrónica.
De seguidas «Estratexa«, el tema que da nombre al disco, se olvida de las sutilezas, con bajo y guitarras tomando el centro de la cancha, de una forma que por momentos recuerda las partes mas fuertes de Godspeed You Black Emperor, pero sin el juego de crescendos de estos, como decimos por acá: pura cabilla.
El riff final de «Estratexa» sirve de hilo conductor para la siguiente pieza: «Que niño soy«, donde por primera vez tiene cierto protagonismo la voz, cosa que sucede poco en el disco, pues los asturianos se afincaron mas en el aspecto instrumental del disco.
«Asalto» y «Añada» son cortos ejercicios que colocan a la banda en el territorio post-rock en donde solía ser clasificada.
En particular destaca la segunda pieza mencionada, con un Theremin fantasmal decorando los cuidados arpegios de guitarra.
«Monotonía» es un acercamiento al rock pesado: bajo, tom toms tribales y voz distorsionada, con ataques de guitarra «metalera», pero procurando evitar los clichés del género.
«Another Man» recuerda por momentos a Sonic Youth, con un toque a lo UI en la base rítmica, pasajes sutiles y elementos de corte vanguardista decorando los bordes de la pieza.
Crescendos a lo «Godspeed», creando una de esas «paredes sonoras», devienen en uno de los momentos mejor logrados del disco.
«Ebola» retoma la dirección «heavy» aunque por momentos tambien pensamos en el para entonce reciente Power to Believe de King Crimson como referencia sonora.
Finalmente el corto pero consistente álbum se acerca a su final con dos piezas mas en línea con los trabajos anteriores de la banda: «Rosa Parks«, un instrumental en la vena post-rock clásica, con aires de Tortoise o UI, con un ritmo a tempo medio, sobre un bajo con mucho swing, decoraciones sonoras basadas en la escuela krautrock, (muy a lo Can), y minimalistas punteos de guitarra.
«Ausfahrt» mantiene la referencia al sonido teutónico, con flautas, theremin, guitarras con feedback y demás artefactos sonoros creando una atmósfera envolvente.
Si son fans de Manta Ray, no tengo que decirles nada, pues seguramente tienen en sus manos esta joya de disco desde hace mucho tiempo. Si no lo son y sienten curiosidad por lo comentado en estas líneas, les recomendamos acercarse a esta original banda española, imprescindible referencia musical de los tiempos que corren, aun después de haberse disuelto en febrero de 2008.
Gabriel Pérez
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