En octubre de 2005 fue publicado el maravilloso álbum debut del efímero proyecto conformado por David Sylvian, Steve Jansen y Burnt Friedman
Nine Horses
Snow Borne Sorrow
Samadhi Sound. 2005. Inglaterra / Alemania
Uno de los músicos de mayor ascendencia en el universo pop menos previsible y convencional es el británico David Sylvian. Durante su carrera de casi más de 40 años ha demostrado ser un artista de estirpe vanguardista, alejado de las modas y tendencias, siempre con la vista puesta en la innovación y en el desarrollo de un lenguaje musical propio.
Su particular voz de tonos graves, sensual e hipnótica, ha sido su sello característico. Pero él es mucho más que eso. Como compositor, productor y arreglista se ha distinguido por su constante afán perfeccionista y por la variedad de músicos con los que ha colaborado.
Una de las más interesantes criaturas nacidas de sus entrañas ha sido Nine Horses, un efímero pero trascendente proyecto junto a su hermano Steve Jansen (batería, percusión) y el prolífico remezclador, productor y compositor electrónico alemán Burnt Friedman,
Junto a ellos, participan invitados de relieve como Ryuichi Sakamoto, la cantante sueca Stina Nordenstam, el trompetista noruego Arve Henriksen (del grupo Supersilent), Keith Lowe (bajo) y el inglés Theo Travis (saxo, flauta).
Mucha agua ha corrido desde Japan, su primera banda, heredera del glam rock de los 70. Luego de su disolución en 1983, Sylvian comenzó una carrera como solista que produjo obras esenciales como Brilliant Trees (1984), Gone to Earth (1986) y Secrets of The Beehive (1987), Rain Tree Crow (1991) -producto de la reunión con sus antiguos compañeros de Japan- y First Day (1993) la colaboración con Robert Fripp.
Tras la edición de Dead Bees on a Cake (1998) y terminar el contrato con Virgin Records, Sylvian fundó su propio sello Samadhi Sound con el que emprendió una nueva y muy interesante etapa.
Blemish (2003) fue el primer paso, una obra minimalista concebida en un laptop sobre la base de fragmentos musicales improvisados por Derek Bailey, Christian Fennesz y él mismo, algo inusual para un músico acostumbrado a los sonidos orgánicos. El resultado fue sorprendente, y sirvió como punto de inicio para la relación profesional con Friedman, quien tuvo especial relevancia en la saga de remixes, The Good Son & The Only Daugther (2004).
Snow Borne Sorrow (2005) el debut de Nine Horses, lo devolvió al mundo de las canciones estructuradas, con un cuidado sonido que equilibra lo acústico con lo electrónico. Este disco fue modelado durante un período de tres años utilizando técnicas conjuntas de improvisación y diseño de sonido.
En medio del proceso, Friedman -que había participado en el tour de Blemish– envió grabaciones a Sylvian para que éste agregara su voz, por lo que resultó natural la unión de todas las ideas en un mismo proyecto.
La obra final está conformada por un puñado de nueve exquisitas y nocturnas canciones inspiradas en la melancolía que producen los largos inviernos -de ahí el título del álbum-, realizadas con especial minuciosidad y buen gusto.
En casi sesenta minutos se funden smooth jazz, downtempo, post-rock, electrónica, art-pop y el distintivo sonido Sylvian.
Desde la elegancia inicial impregnada de jazz de “Wonderful World”, hasta la hipnótica experimentación electro jazz de “The Librarian”, todo en este disco es perfección y buen gusto.
En “Darkest Birds”, Sylvian desarrolla su sonido reciente, con glitches que sirven de envoltorio para que la trompeta de Henriksen nos hipnotice. Luego sigue “The Banality of Evil”, con su aroma a sensual western al que contribuyen los saxos de Thomas Hass y Theo Travis, el clarinete de Hayden Chisholm, los vibráfonos de Carsten Skov y Morten Grønvad, y la gran percusión de Jansen.
Uno de los temas donde más se luce Steve Jansen es en “Atom and Cell” en la que construye una fantástica telaraña instrumental sobre la que relucen las voces de Sylvian, Andrea Grant, Beverlei Brown, Derek Green y Tommy Blaize, y la trompeta final de Henriksen.
“A History of Holes”, compuesta por Friedman, es un interesante ejercicio de trip hop tangencial, con pinceladas de jazz dadas por la batería multi tímbrica de Jansen y el bajo de Keith Lowe, la cual da paso al tema título, “Snow Borne Sorrow”, otro tema de Jansen con letra de Jean-Max Riviére, esta vez con un protagonismo notable de las sonoridades electrónicas, que sin embargo dan aire a la expresiva trompeta de Arve Henriksen.
Lo más parecido a una “canción” es “The Day The Earth Stole Heaven”, tema compuesto por Burnt Friedman y Tim Motzer, quien se encarga de la guitarra acústica, protagonista junto a la voz de Sylvian, la sólida batería de Jansen y los vientos de Hayden Chisholm.
La pieza apareció paralelamente, con otra forma y nombre («Sikkerhed«) en el disco Secret Rhythms 2 de Friedman y Jaki Liebezeit. También «The Librarian» fue incluída en ambos discos, una con Liebezeit y la de este disco con Jansen.
En línea con las construcciones rítmicas de Friedman con Jaki Liebezeit, emerge “Serotonin”, con estupendos coros de Beverlei Brown y Tommy Blaize.
Para viajar lejos nada como discos como este. Snow Borne Sorrow, uno de los mejores discos del año 2005 y lo que va de siglo, es un perfecto vehículo para tal fin.
Juan Carlos Ballesta
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