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Babe Rainbow: magnífico y atemporal tercer disco de The House of Love

The House of Love

En julio de 1992 fue publicado el tercer álbum de la agrupación londinense, el primero tras la salida del guitarrista Terry Bickers

The House of Love
Babe Rainbow

Fontana. 1992. Inglaterra

La historia de la agrupación londinense formada y liderada por el cantante, guitarrista y compositor Guy Chadwick, podría haber sido otra.

Siendo uno de lo más exquisitos capítulos del pop rock británico, sus propios demonios se encargaron de truncar una carrera altamente prometedora que había arrojado, antes de este disco, dos fantásticos álbumes (homónimos ambos, de 1988 y 1990), repletos de inspiración y canciones inolvidables.

A esos LPs se unieron una buena cantidad de singles que dieron para dos discos más, el primero conocido como The German Album (1987) y The Spy in The House of Love (1990).

Para el momento de comenzar a grabar Babe Rainbow, ya el guitarrista Terry Bickers había decidido separarse, decepcionado por el errático manejo de la banda por parte del sello Fontana y sus impuestos productores, pero especialmente imposibilitado cada vez más de mantener una relación de trabajo sana con Chadwick, quien había ya entrado en una espiral de autodestrucción dominada por el alcohol y las drogas.

El puesto de Bickers fue ocupado primero por Simon Walker (quien grabó este disco) y luego Simon Mawby (ex The Woodentops).

También participó como invitada la alemana Andrea Heukamp (guitarra, voz), quien había sido miembro de la formación original, así como la sólida base rítmica de siempre conformada por Chris Groothuizen (bajo, coros) y Pete Evans (batería).

El tiempo transcurrido entre el segundo LP (identificado por la portada de la mariposa) y este álbum, alejó un tanto a The House of Love del interés de la prensa, más interesada en cubrir el fenómeno de la escena de Manchester, con Happy Mondays, Inspiral Carpets y The Stone Roses acaparando gran centimetraje y tiempo al aire en las radios.

En paralelo también crecía el interés por el shoegaze y el grunge. A pesar de ser Babe Rainbow uno de los más grandes discos pop de los 90, fue el comienzo del declive tanto comercial como mediático.

Son diez canciones perfectas que se mueven entre la más exquisita sensibilidad pop de aroma romántico y los guitarrazos psicodélicos. A pesar de todo, Chadwick volvía a demostrar su gran talento como compositor, a lo que siempre ha ayudado su expresiva voz.

La potencia de “You Don´t Understand” (uno de los cuatro singles extraídos del álbum) inicia de manera contundente, dando paso a “Crush Me”, uno de los más exquisitos, con el sello característico del sonido de la banda. La batería con escobillas, el trabajo de guitarras y la voz de Chadwick secundada por Heukamp, consiguen redondear un tema perfecto.

“Cruel” es una lograda incursión psicodélica con la participación de Pandit Denesh (tabla) de ambiente denso pero al mismo tiempo melódica, con elementos beatlelianos y de Tears for Fears, la cual preceda a “High in Your Face”, en la cual el bajo lleva la batuta hasta que las guitarras irrumpen con fuerza y terminan apoderándose de todo.

El primer y único tema acústico es “Fade Away”, una modalidad que Chadwick ya había probado antes y que sin duda es uno de sus lados más valiosos. De nuevo la voz femenina de Heukamp resulta determinante en un tema de prístina belleza.

Otro de los singles que arrojó Babe Rainbow es la magnífica “Feel”, con la voz de Chadwick en plenitud de su expresividad y un grandioso bajo que sirve de base para las arropantes guitarras que explotan hacía el final de la canción.

Es una de las grandes canciones de toda la trayectoria de la banda.

El siguiente tema, “The Girl with the Loneliest Eyes” (otro single), posee un romanticismo melancólico que ha impregnado buena parte de la obra de Chadwick y The House of Love y del que es difícil no contagiarse.

“Burn Down the World”, el más largo con sus casi seis minutos, es distinto al resto. El ritmo de la batería construido principalmente con los toms se vuelve hipnótico, mientras los delicados acordes de guitarra van tejiendo la telaraña hasta convertirla en una tupida red que termina desembocando en “Philly Phile”, una pieza de aroma bluesero con guitarras angulosas.

El final del álbum no podía ser más adecuado. “Yer Eyes” es un tema delicado y al mismo tiempo poderoso, que maneja el abanico sonoro de The House of Love.

Escuchar Babe Rainbow tres décadas después es redescubrir una joya y comprobar su total vigencia e increíble emocionalidad.

Fácilmente hubiera podido ser grabado en el presente, lo cual es un mérito añadido para el ingeniero Ted Hayton y el productor Warne Livesey, quien también contribuye con algunos teclados y guitarras.

A pesar de las evidentes diferencias de personalidad entre Chadwick y Bickers, volvieron a trabajar juntos, aunque para el disco de 2022 la formación cambió por completo.

Larga vida para The House of Love.

Juan Carlos Ballesta