Con dos nuevos discos publicados en 2023, el quinteto estadounidense ofreció un generoso y emotivo concierto, repasando toda su carrera
The National
Concierto en WiZink Center. Madrid
First Two Pages of Frankenstein Tour
(Octubre 4, 2023)
El caso de The National pertenece al ámbito de lo notable. Cuando en el competido universo de la música popular una banda es capaz de llenar recintos como el Wizink y otros similares en otras ciudades europeas, sin tener singles de alta rotación o grandes campañas mediáticas el mérito es inmenso.
The National comenzó su andadura con el nuevo siglo, y con cada nuevo paso ha ido sumando adeptos, pero no éxitos de radio. Cierto es que su álbum pre pandemia I Am Easy to Find (2019) tuvo sus detractores, pero con dos nuevos discos en 2023, la banda afincada en Cincinnati ha dejado atrás las malas críticas.
Pero donde realmente se tiene el termómetro del estado actual de The National es en directo. Y eso fue lo que comprobamos en el recinto madrileño, que si bien no fue “sold out” si dejó constancia de una afluencia muy respetable y de una puesta en escena poderosa.



Dos horas y veinte de concierto, 29 canciones, de las cuales el 30% pertenecen al nuevo contingente incluido en First Two Pages of Frankenstein y Laugh Track, fueron la generosa oferta de Matt Berninger (voz líder) y la doble pareja de gemelos que conforman, por un lado Scott Devendorf (bajo, coros) y Bryan Devendorf (batería), y por el otro Aaron Dessner y Bryce Dessner, quienes se alternan magistralmente en guitarra y teclados, además de apuntalar con sus voces a Berninger, quien mostró una cierta afonía que se notó en momentos puntuales.
Con ellos, dos músicos que resultan fundamentales y que han acompañado a la banda en directo desde 2007: Ben Lanz (trombón, sintetizadores) y Kyle Resnick (trompeta, teclados, coros). Ambos realizaron intervenciones magistrales con los vientos entre lo triunfal y lo melancólico.
El concierto no tuvo fisuras, y aunque tuvo sus momentos álgidos con ciertas canciones, fluyó sin que hubiese momentos notablemente flojos o prescindibles. El cancionero de The National es realmente sólido.
Berninger, vestido de elegante traje oscuro y sus distintivas gafas de pasta, maneja su personaje a conciencia entre lo taciturno y lo épico, paseándose entre el público varias veces y poniendo literalmente contra las cuerdas al personal técnico con el extenso cable del micrófono (¿Porqué no usar un micro inalámbrico?, no sabemos).
Matt cede el rol de comunicador a los Dessner entre canciones, pero las técnicas de comunicación de éstos son limitadas, proyectando muy poco la voz.



El repaso al nuevo material comenzó con un trío de temas de First Two Pages of Frankenstein y la verdad es que nos pareció haberlos escuchado toda la vida: “Once Upon a Poolside” -que abrió el concierto a bajas revoluciones-, “Eucalyptus” y “Tropic Morning News”. Quizá esa característica en la obra de The National sea por un lado su fuerte, pero también su debilidad.
Lo que si quedaba claro desde el comienzo es que una cosa es una grabación de estudio y otra muy distinta el sonido en directo. El trabajo que hacen los hermanos Dessner es descomunal, creando murallas de guitarras de alto octanaje y también pasajes mimimalistas, intercambiándose el rol de teclista y guitarrista,
y aportando segundas voces fenomenales. Bryan, por su parte, es uno de los bateristas de sonido más robusto y a la vez señorial de todo el universo indie del siglo 21. Todo lo que hace suena a gloria.
No extraña para nada el caso de Bryce y Aaron, quienes desde hace años han desarrollado una carrera paralela como productores de muchos artistas, arreglistas y compositores de bandas sonoras -emulando al inquieto Jonny Greenwood de Radiohead y The Smile- y música académica. Realmente impresionan.
Sin embargo, el que Aaron Dessner haya producido y coescrito los dos exitosos discos de 2020 de Taylor Swift (Folklore y Evermore), el reciente Midnights (2022) y regrabado todos los álbumes anteriores, no parecen haber incidido demasiado en el estatus de The National, aunque sí en el suyo ya que le han llovido mútiples solicitudes para producir, entre ellos Ed Sheeran.
Al cuarto tema retrocedieron hasta Boxer (2007), disco que ayudó a consolidar el sonido de la banda tras el inusitado éxito de crítica de Alligator (2005). Las bienvenidas y muy interpretadas “Squalor Victoria”, “Apartment Story” y “Fake Empire”, funcionaron como el reconocimiento y agradecimiento a lo que significó para ellos aquel cuarto disco, el primero en el que Carin Besser -mujer de Berninger- comenzó a escribir letras.
De Alligator, tocaron “Abel” y ya en el encore, “Mr November”, canciones que sonaron repotenciadas en todo. El coro de la segunda fue realmente un chorro de adrenalina cuando el concierto transitaba su ocaso y sirvió para que Berninger se paseara de nuevo entre la multitud siempre respetuosa.


La trilogía central de discos representada por High Violet (2010), Trouble Will Find You (2013) y Sleep Well Beast (2017), estuvo bien representada por varios de los temas emblemáticos de The National.
Y así, siguieron avanzando con “Don’t Swallow the Cap”, “Bloodbuzz Ohio”, “The System Only Dreams in Total Darkness” y la suplicante “I Need My Girl”. Y tras el viaje a 2004 con la otoñal “Cherry Tree” y a 2005 con “Abel”, nos regalaron una gran intepretación de “Conversation 16”, que fue el preámbulo para la sorpresiva “Slipping Husband”, pieza que como el disco que la contiene, Sad Songs for Dirty Lovers (2003) cumple 20 años y había permanecido alejada de los setlists desde 2006.
The National no olvidaba que estaba presentando nuevo material y de nuevo nos lanzó varios temas seguidos. Primero dos de First Two Pages of Frankenstein, “Alien” -con un trabajo de guitarras fenomenal- y la más densa “Grease In Your Hair”, y luego tres de Laugh Track, “Deep End (Paul’s in Pieces)”, la exquisita “Laugh Track” (que en el disco cuenta con la voz de Phoebe Bridgers y que en vivo refuerzan los vientos) y “Smoke Detector”, una especie de crónica en forma de letanía.
No podía faltar la fantástica “Day I Die”, pieza que quizá sea una de las que más le costó cantar a Berninger por su ligera afonía. Pero se resarció en la emotiva “Pink Rabbits” y en la seguidilla que siguió hasta la falsa despedida, que comenzó con la nostálgica “England”, la potente “Graceless”, la impresionista “Fake Empire” y la triste “About Today” cuyo crescendo final fue apoteósico.



Ante un Wizink eufórico, el grupo regresó para ofrendarnos un encore histórico que comenzó con la bucólica “Light Years”, único tema escogido de I Am Easy To Find (2019), justo una de las pocas en las que no participa vocalista invitada alguna.
Tras el momentazo ya comentado de “Mr. November”, abordaron otra favorita muy esperada, “Terrible Love”, y se atrevieron con otra pieza nueva, “Space Invader”, sorprendentemente bien recibida para el momento que se vivía.
Pero faltaba la gran guida del pastel, una versión acústica -con las guitarras a bajo volúmen- de “Vanderlyle Crybaby Geeks” que fue cantada por todo el Wizink con mucho sentimiento y entonación. Fue, sin duda, un momento inolvidable y muy entrañable que ocurre poco.
Y es que así es The National y así es su público. Una conexión genuina y duradera.
Juan Carlos Ballesta