El 1 de marzo de 1968 fue lanzado el primer álbum de la agrupación liderada por el “mago de los teclados”, Keith Emerson†, referente precoz del rock progresivo
The Nice
The Thoughts of Emerlist Davjack
Immediate Records. 1968. Inglaterra
Una de las bandas más provocadoras de finales de los 60 por su energético órgano y gran dinámica fue The Nice.
Primera banda exitosa de Keith Emerson, The Nice logró con cierto virtuosismo cohesionar la música clásica, el rock y el jazz para crear un sólido sonido.
Así, Keith Emerson (teclas, voz), Lee Jackson (bajo, guitarra, percusión, voz), David O’List (guitarra, trompeta, voz) y Brian Davison† (batería, percusión), quien al sustituir a Ian Hague, marcaría un cambio de dirección de este grupo que inicialmente fungía como banda soporte de la cantante soul P.P. Arnold (Ike Turner & Tina Turner).
En sus años de formación, The Nice se caracterizó por hacer arreglos radicales de temas clásicos y de canciones de Bob Dylan, pero también por las excentricidades de Keith, quien usaba el órgano para hacer piruetas y alarde de su alto nivel interpretativo.
La banda es recordada también por su interpretación de la pieza “America” de Leonard Bernstein† y Stephen Sondheim† del musical West Side Story de 1957.
Tras tres años de actividad, Keith pondría punto final a The Nice para ser parte de otra historia aún más fascinante, Emerson, Lake & Palmer, sin duda, “el” supertrío del progrock conformado por el bajista y cantante Greg Lake† (King Crimson), el baterista y percusionista Carl Palmer† (The Crazy World of Arthur Brown, Atomic Rooster) y Keith Emerson.
El disco que compartimos fue el paso inicial de una historia breve pero densa.
The Thoughts of Emerlist Davjack es una colección de ocho temas que inicia con “Flower King of Flies”, un tema cantado por David con rasgos psicodélicos y experimentales, con unas sublimes pinceladas que recuerdan a Jimi Hendrix† y que según el grupo es sobre Paul McCartney.
Le sigue el tema título con un aire barroco y el vocalista contándonos un poco sobre su pasado y un regreso.
El órgano da un tinte religioso y glorioso que es seguido de “Bonnie K”, un rock donde se siente la influencia de Hendrix.
El siguiente tema es de inspiración en las estructuras clásicas y lleva por nombre “Rondo”, donde el claro motivo principal es la afamada melodía del músico de jazz Dave Brubeck† y su Cuarteto en “Blue Rondo A La Turk”.
Bach también se deja escuchar con fragmentos de “Toccata y Fuga en Re Menor”. El tema cierra la primera parte del disco.
Este álbum tiene algunos detalles importantes, como el hecho de haber sido usado como música incidental para un drama infantil televisivo de 1968 llamado “The Tyrant King”. Esta serie de seis partes incluyó también música de Pink Floyd, The Moody Blues y de The Rolling Stones.
La segunda parte inicia con “War and Peace”, un estridente instrumental donde David resalta sus talentos como guitarrista, para luego dar más espacio a Emerson.
Posteriormente interpretan “Tentalising Maggie”, cuyos versos inicialmente van: “Tantalising Maggie tiene una granja divertida arriba / Mantén el amor despierto donde las gallinas yacen en el laberinto / Conduce un auto deportivo abierto porque su novio maneja un arado / Así que descubro que sigo preguntando qué es ese gruñido”
Las frases pianísticas intercaladas al final son un toque elegante de este incipiente genio de las teclas.
“Dawn” y “The Cry of Eugene” cierran el set. La primera nos toma por sorpresa con algo de barroco y una voz susurrante acompañada de una música que emerge en crescendo.
“Alba, la inocencia y pureza de un día recién nacido / Vírgenes aún por la mano empañada del hombre despierto…”
La segunda es la más melodiosa y un tanto nostálgica del repertorio. “El grito de Eugenio llena el aire / Se puede sentir que su espíritu deambula / Desgarra la atmósfera con desesperación / Su sentido de urgencia pregunta quién Arlequín y Columbine hablan como tres / Se puede sentir que sus espíritus vagan / El grito de tres más dos veces nada de nada / Divide la mina de todos los tiempos en dos”
Es tiempo de revivir aquel primer disco lanzado en plena fiebre psicodélica.
Leonardo Bigott