Inicio Ahi estuvimos Yo La Tengo: el adictivo vaivén entre el sosiego y la furia

Yo La Tengo: el adictivo vaivén entre el sosiego y la furia

Yo La Tengo en Madrid, 2023
Fotos: Óscar Ribas Torres

Con el magnífico álbum 17 recién editado, el emblemático trío estadounidense realizó un memorable concierto en Madrid, paseándose por 30 años de música

Yo La Tengo
Concierto en Warner The Music Station, Madrid

(Mayo 2, 2023)

Casi 40 años después de su formación en Hoboken, Nueva Jersey, el trío estadounidense luce incansable y aún dispuesto a sorprender. Su nuevo disco, This Stupid World (2023), demuestra que el agotamiento es un término que no tiene cabida en el vocabulario relacionado con Ira Kaplan (guitarra, teclados, voz), Georgia Hubley (batería, teclado, voz) y James McNew (bajo, teclado, voz)

Como cabía esperar, el repaso del nuevo disco fue el eje central del concierto, pero en un repertorio tan amplio como el de Yo La Tengo, la escogencia del resto de los temas cubrió desde 1993 en adelante, es decir, a partir del sexto álbum, Painful, justo cuanto McNew entró a la formación.

Como es habitual, el show estuvo compuesto por dos segmentos muy distintos entre si. El primero de ellos basado principalmente en piezas sosegadas -con alguna excepción- y más peso en el nuevo álbum, y el segundo con énfasis en la distorsión y en las murallas sónicas. Con ello, YLT demostró una pasmosa habilidad para pasar de lo exquisito a lo explosivo, del sosiego al paroxismo guitarrero.

El escenario fue sencillo, no hacía falta más: un backing totalmente negro, sin proyecciones y solo un juego de luces austero pero efectivo. A ambos lados los pequeños teclados, la batería al centro. Dos amplificadores de guitarra Fender y una torre para el bajo.

Yo La Tengo ha demostrado a lo largo del tiempo una notable sinergia, con Georgia Hubley e Ira Kaplan conformando una pareja creativa notable, y James McNew como el perfecto balance.

Aún a pesar de que ninguno tiene una voz especialmente memorable -pero tampoco desestimable-, y Kaplan es una baterista de recursos limitados que de vez en cuando perdía la sincronía, el resultado en su conjunto es notable.

Yo La Tengo en Madrid, 2023
Foto: Óscar Ribas Torres
Yo La Tengo en Madrid, 2023
Foto: Óscar Ribas Torres
Yo La Tengo en Madrid, 2023
Foto: Óscar Ribas Torres

La delicada “This Stupid World”, dio comienzo al concierto, con Kaplan tocando la acústica. Y de inmediato nos dieron la primera cachetada eléctrica con la extensa “Sinatra Drive Breakdown”, con un ritmo repetitivo de espíritu tribal y Kaplan y su guitarra eléctrica, con sonido limpio primero y luego full distorsión, apoderándose del protagonismo. Esa figura encorvada sacando el jugo a la guitarra y a los efectos se repitió durante toda la noche.

El tercer tema del nuevo disco fue “Tonight’s Episode”, en la que McNew asumió la voz principal, e Ira tocó el teclado y sin necesidad de guitarra, hizo gala de diversos efectos. Todo sobre un ritmo motorik marca de la casa.

Entonces, Georgia se movió al teclado y fue la encargada de la voz en “Ashes” (There’s a Riot Goin’ On, 2018), y sobre una delicada secuencia rítmica, ella y Georgia crearon una atmósfera relajada con sonoridades cercanas a una marimba.

La sensación placentera siguió con la amable “I’ll Be Around” (Fade, 2013), con Ira en la acústica y voz, Georgia en teclados, y James con una discreta pero muy expresiva línea de bajo. El tramo final sirvió para que Ira nos deleitara con arpegios intimistas al borde de la disonancia. Sin duda, entre lo más destacado del show.

Con Georgia tocando la batería con escobillas y Ira introduciendo el slide, el ambiente envolvente continuó con “Last Days of Disco”  (And Then Nothing Turned Itself Inside-Out, 2000), uno de esos temas inolvidables que en su momento recogía ciertas influencias del shoegaze de Slowdive, en especial del disco Pygmalion (1995).

Aselestine”, la cuarta que tocaban de This Stupid World, la cantó Georgia mientras tocaba un ritmo lánguido, a la usanza de Galaxie 500.

Ira anunció que tocarían dos piezas más antes de tomar un descanso. Y aún con las escobillas y la acústica, siguieron con “The Ballad of Red Buckets” de Electr-O-Pura (1995), el disco que finalmente los puso en órbita, en la que usó un efecto reverb de guitarra magnífico, haciendo sonar la acústica como eléctrica, pasando del sosiego a la disonancia guitarrera, todo ello sin variación en el ritmo.

Cerraron el primer set con “Miles Away”, otra maravilla del disco nuevo, con James en la acústica e Ira de nuevo con la eléctrica, y Georgia al frente cantando con languidez sobre un fondo drone, muy a lo My Bloody Valentine.

Yo La Tengo en Madrid, 2023
Foto: Óscar Ribas Torres
Yo La Tengo en Madrid, 2023
Foto: Óscar Ribas Torres
Yo La Tengo en Madrid, 2023
Foto: Óscar Ribas Torres

Tal como intuíamos, el segundo set fue un total contraste, retratando a la perfección esa dicotomía sonora que tanto nos cautiva de Yo La Tengo. Comenzaron con la poderosa “Cherry Chapstick” de And Then Nothing Turned Itself Inside-Out, con un James McNew demostrando su solvencia en la batería (aún tocando con la configuración zurda de Georgia), con la pareja Kaplan-Hubley en guitarras creando una estructura muy Sonic Youth.

El público, en su mayoría notoriamente fan del trío, se sintonizó inmediatamente con este espíritu más salvaje de YLT. El ritmo motorik y la voz gentil de Ira, condujeron “For You Too”, otra del imprescindible disco previo, There’s a Riot Goin’ On.

Entonces abordaron “Mr. Tough” ( I Am Not Afraid of You and I Will Beat Your Ass, 2006), una especie de anomalía funky-soul dentro del repertorio, con Ira y James cantando en falsete, tema que sonó casi a Steely Dan. Al final, Ira bromeó simulando un problema con una tecla, para entonces dar el toque final a la pieza.

Con un gran bajo de aroma ochentero, la electricidad regresó en pleno -para no irse más- con “Fallout”, temazo de This Stupid World, que dio paso a la canción más antigua de toda la noche, “Big Day Coming” (Painful, 1993), con Ira en voz, teclado y maracas, y James luciéndose en la eléctrica. En el tramo final, James, algo desesperado por cierta pérdida de sincronía de Georgia, cogió el bajo, pero casi de inmediato dieron por finalizada la pieza, que a pesar de ello, sonó soberbia.

Hizo su aparición entonces uno de los pocos temas clásicos que interpretaron: “Autumn Sweater”, del esencial disco I Can Hear the Heart Beating as One (1997). Para ello, McNew se sentó en un set de batería de redoblante y hi-hat, además de tocar maracas, apuntalando la labor de Georgia, al tiempo que Ira cantaba y tocaba un pequeño órgano. Solo echamos en falta la línea de bajo.

Sin preámbulos nos soltaron otro tema del disco recién salido, “Brain Capers”, que de nuevo sonó a Sonic Youth gracias a los guitarrazos repletos de feedback.

Yo La Tengo en Madrid, 2023
Foto: Óscar Ribas Torres
Yo La Tengo en Madrid, 2023
Foto: Óscar Ribas Torres
Yo La Tengo en Madrid, 2023
Foto: Óscar Ribas Torres
Yo La Tengo en Madrid, 2023
Foto: Óscar Ribas Torres

Empalmando sobre el final de la anterior, tocaron una versión rockera de “Today Is the Day” (Summer Sun, 2003), cantada por Georgia y con Ira desatado. Probablemente haya sido la menos atractiva e inspirada del set.

El tramo final conformado por un par de piezas de su pasado noventero, fue épico.  Primero fue la gloriosa “Sugarcube”, de  I Can Hear the Heart Beating as One (1997), otro himno del indie rock estadounidense de fin de siglo, en la que James toca teclado y maracas.

Mesa servida para la apoteósis final. Los nueve minutos originales de “Blue Line Swinger” (Electr-O-Pura, 1995) fueron extendidos a quince que dieron para todo. El comienzo, una especie de “free rock” con Ira en el suelo exprimiendo los efectos y soleando, James en teclado y bajo, y Georgia sumando unos repetitivos golpes a su libre albedrío, fue enncauzándose hacia una estructura rítmica con deudas a Neu!, Wire y Sonic Youth.

Avanzado el tema Georgia comienza a cantar mientras la intensidad instrumental subía y las contorsiones de Ira iban in crescendo, mientras el público deliraba. Cuando Ira parecía que iba a estrellar la guitarra contra el suelo a lo Pete Townsend, en realidad lobraba efectos alucinantes de feedbacks, y como si nada estuviera pasando, Georgia volvía a cantar en su distintivo estilo gentil. Aquello era realmente gloria y los saltos de Ira eran un festejo del que nadie dejó de participar.

Y si bien el concierto pudo haber terminado perfectamente con “Blue Line Swinger”, la euforia era tal que el trío regresó al escenario. Ira divisó a un asistente en primera fila con una camiseta a la que calculó 26 años de antigüedad, por ello se le acercó y le dio el honor de hacer una petición.

Resultó ser “Denora” de Electr-O-Pura, pieza de ritmo ralentizado, con la voz de Ira y una distorsionada melodía de guitarra que pasado el tiempo nos sonó melancólica.

Como ha sido costumbre desde hace ya tiempo, los encores suelen ser dedicados a tocar versiones, y el repertorio de ellas es tan amplio que casi nunca se repiten. Eligieron primero una canción de Kinks, “This Is Where I Belong”, distinta a la que habían pedido desde el público, cerrando con “I Found a Reason” de The Velvet Undergound, que anunciaron como una canción de cuna, y así la interpretaron delicadamente Georgia e Iran, acompañados de la acústica y bajo.

Dos horas y quince minutos de auténtico regocijo, de un grupo que destila honestidad y humildad y cuya vena creativa sigue a plenitud.

Juan Carlos Ballesta

Fotos: Óscar Ribas T.