El 25 de septiembre de 1995, el versátil y sorprendente músico inglés publicó su álbum 19, una brutal exploración industrial junto a Brian Eno
David Bowie
1. Outside (The Nathan Adler Diaries: A Hyper-cycle)
BMG / Arista. 1995. Inglaterra
Luego de la experiencia con Tim Machine, Bowie volvió a darle una vuelta de tuerca a su sonido, esta vez influido por el auge de la música electrónica y el rock industrial que en parte caracterizó a los primeros años 90.
Con Black Tie, White Noise y el soundtrack The Buddha of Suburbia, ambos de 1993, la electrónica se transformó en la columna vertebral durante buena parte de los años 90. Bowie siempre buscó más.
El primer gran acontecimiento que auguraba un gran nuevo disco, el número 19 en estudio, fue la reconexión de David Bowie con Brian Eno, una asociación que había dado como resultado la fantástica trilogía berlinesa: Low (1977), Heroes (1977) y Lodger (1979).
El encuentro que reinició la colaboración ocurrió en 1992 durante la boda de Bowie con la modelo somalí Iman Abdulmajid, en la que ambos tocaron por separado. A partir de ahí comenzó el intercambio de ideas, buscando, como siempre en el caso de ambos, un resultado diferente y vanguardista.
En la constante búsqueda de inspiración fuera de las premisas del mainstream y lo obvio, Bowie y Eno visitaron el psiquiátrico Gugging de Vienna, conocido por el “Outsider Art”, arte ingenuo o naive que tiene poco o ningún contacto con las corrientes dominantes del arte.
Ambos se llevaron varias obras al estudio buscando inspiración, sumando a varias horas de grabaciones realizadas en el sitio. Uno de los temas esenciales del disco, “I’m Deranged”, fue inspirado por uno de los pacientes entrevistados por Bowie.
En definitiva, Bowie escribió una historia distópica en los albores del siglo 21, con Nathan Adler como personaje central, la cual transcurre en el año 1999 cuando el gobierno (se infiere que británico), a través de su comisión de artes, había creado una oficina para investigar el fenómeno del crimen artístico. En ese futuro, el asesinato y la mutilación de cuerpos se habían convertido en una nueva moda del arte undeground. (el vídeo de “The Hearts Filthy Lesson” da pistas)
El personaje principal, Nathan Adler, se encargaba de decidir lo que era legalmente aceptable como arte y lo que podría ser considerado como basura. Es decir, funcionaba como una especie de censor. A lo largo de la historia, llena de referencias a personajes, investiga la complejidad de hechos que desembocaron en el asesinato de una niña de catorce años
La música fue escrita casi toda en el estudio, en medio de las improvisaciones con los músicos.
Para ayudar en el proceso, Brian Eno revivió el método de las cartas (Estrategias Oblicuas) que había ideado en 1975 junto al artista multimedia Peter Schmidt, para incentivar la creatividad de los músicos a través de cartas o barajas en las que se presentaban ideas a desarrollar.
Así, Eno cada día, antes de comenzar los ensayos, entregaba cartas a los músicos para que buscaran un camino no convencional con cada canción.
Por su parte, Bowie escribió una especie de diario y lo sometió a un programa en su Mac llamado Verbasizer, desarrollado por la compañia desarrolladora de software, Gracenote. A través de él, las frases de la historia eran reordenadas aleatoriamente por un algoritmo de programación, siguiendo el método manual de los 70 que hacia recortando con tijeras y pegamento.
Bowie entonces se unía a las improvisaciones de la banda, leyendo esos trozos de historia reordenados.
El disco, en medio del gran momento del formato CD, se extendió hasta los 75 minutos, siendo uno de los más largos de la vasta discografía de Bowie, quien reconocería después que era demasiado material para un solo disco, y que podrían haberlo dividido en dos CDs.
La historia que fue incluida en folleto del CD fue titulada “The diary of Nathan Adler or the art-ritual murder of Baby Grace Blue: A non-linear Gothic Drama Hyper-cycle” (El diario de Nathan Adler o el asesinato artístico-ritual de Baby Grace Blue: un hiperciclo no lineal de drama gótico).
El disco fue titulado 1. Outside (The Nathan Adler Diaries: A Hyper-cycle), con toda la intención de continuar la historia post apocalíptica de fin de siglo, cosa que no ocurrió nunca a pesar de tener suficiente material para el siguiente álbum que incluso ya habían titulado como Contamination. En su lugar, Bowie lanzó el magnífico Earthling (1997), su disco influido por el drum ‘n bass.
El autoretrato de Bowie en la portada, es la puerta de entrada al retador universo de Outside, para el cual contaron con un grupo de músicos de alto nivel conformado por los guitarristas Reeves Gabrels y Carlos Alomar, los bajistas Erdal Kızılçay y Yossi Fine, los bateristas Joey Baron y Sterling Campbell y el pianista Mike Garson, varios de los cuales ya habían sido parte de etapas anteriores de Bowie.
Bajo la producción de Brian Eno (sintetizadores, tratamientos y estrategias) y David Bowie (voz, saxo, guitarra y teclados), y la ingeniería y mezcla de David Richards, el disco rompió con todo lo anterior, demostrando una vez más la infinita capacidad de Bowie para reinventarse y no quedarse anclado en ninguna de sus exitosas etapas previas.
Los 75 esenciales minutos de Outside
El álbum inicia con una tríada que sienta las bases de manera apabullante: el intro “Leon Takes Us Outside”, el prólogo “Outside” y la inquietante “The Hearts Filthy Lesson”.
Siguiendo el guión, la primera y la tercera son cantadas desde las perspectivas de Leon Blank y el detective Nathan Adler.
El vídeo de “The Hearts Filthy Lesson” (removido de YouTube) fue dirigido por Samuel Bayer sobre la base de ideas de Bowie inspiradas por el artista Ron Athey. La pieza fue también remezclada por Trent Reznor de Nine Inch Nails, con quien salió de gira.
Sigue otro trío de temas enlazados. Cantada desde la perspectiva de los residentes de Oxford y Nueva Jersey, “A Small Plot of Land”, es el segundo tema más largo con seis minutos y medio. Su desarrollo transcurre sobre una base instrumental de ágil rítmica, bajo profundo y densidad de teclados y guitarras.
A manera de puente surge la siniestra “Baby Grace (A Horrid Cassette)”, que da paso a la fantástica “Hallo Spaceboy”, que cuenta con una segunda versión (incluido vídeo de David Mallet) junto a Pet Shop Boys.
Es uno de los más potentes temas no solo del disco sino de toda la carrera de Bowie, la cual se alinea de manera brillante con el momento musical que se vivía en 1995. Para discotecas del distópico futuro descrito en la historia
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Los casi siete minutos de “The Motel” son los más atmosféricos del disco, con un maravilloso bajo sin trastes y el exquisito piano del gran Mike Garson, sobreviviente de la formación del período Ziggy Stardust.
Hacia la mitad, el tema se convierte en un elegante trip hop
Prosigue “I Have Not Been to Oxford Town”, de pegadizo ritmo funky, que como la anterior Bowie canta desde la perspectiva del personaje Leon Blank. Conforma con la seductora “No Control”, la sosegada pieza narrada “Algeria Touchshriek” y la bailable “The Voyeur of Utter Destruction (as Beauty)”, el poderoso bloque intermedio del disco.
Regresa entonces la siniestra voz procesada de Bowie introduciendo el tema “Ramona A. Stone/I Am with Name”, construido sobre una poderosa rítmica de medio tempo, sobre la cual se alza una densa telaraña instrumental.
Es, sin duda, uno de los temas más interesantes, que da paso a “Wishful Begginings”, cinco de los más envolventes minutos del álbum.
En “We Prick You”, vuelven al espíritu de baile, contando la historia desde el ángulo de los miembros de la Corte de Justicia.
El corto puente “Nathan Adler” recordando a las narraciones de William Burroghs, sirve de preámbulo a la monumental “I’m Deranged” (utilizada en la escena inicial de la película “Lost Highway” de David Lynch), con el expresivo piano de Garson y una elaborada rítmica.
Otro fenomenal midtempo, “Thru’ These Architects Eyes” nos va acercando al final del disco, cuya conclusión la precede la parte 2 de “Nathan Adler” -medio minuto de drum’n bass narrado-, dando paso a la maravillosa “Strangers When We Meet”, que en una versión diferente había aparecido en The Buddha of Suburbia.
Un cierre magistral para un disco único en la variopinta discografía de David Bowie.
Un año antes de morir Bowie, había reactivado conversaciones con Eno sobre este disco, coincidiendo en que era una de sus más lograda obras y planeando la largamente pospuesta continuación de la interesante historia de Nathan Adler.
No dio tiempo.
Un cuarto de siglo después, 1. Outside (The Nathan Adler Diaries: A Hyper-cycle), sigue resonando como el disco vanguardista que siempre fue y reafirmando la admirable capacidad transgresora de David Bowie.
Juan Carlos Ballesta
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