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Black Celebration: el giro creativo de Depeche Mode

El 17 de marzo de 1986 se publicó el quinto álbum del grupo de Basildon, con el cual dieron un gran salto cualitativo

Depeche Mode
Black Celebration

Mute Records. 1986. Inglaterra

Black Celebration es un álbum que marcó uno de esos momentos de «antes y después» en la carrera artística de Depeche Mode.

Para ese entonces la banda tenía seis años rodando, y estaba en ese proceso de metamorfosis entre el grupo de electrónica pop/dance con un público fundamentalmente de teenagers europeos y el grupo de electrónica de aires dark/goth que empezaría a llenar estadios y sport-arenas en Norteamérica y el resto del mundo a partir de los 90.

El proceso había comenzado de forma gradual en 1983 con la edición de Construction Time Again, un disco que vio a la banda inclinándose cada vez más hacia temas de corte industrial basados en el uso de «samplers» y progresando en 1984 con la edición de Some Great Reward con temas más «adultos» o «serios», pero manteniendo aún algunos temas claramente discotequeros como «People are People«.

El primer adelanto fue la edición del single «Stripped» en febrero de 1986, un tema que 30 años después sigue figurando prominentemente en los setlist de la banda. Un mes después saldría al mercado el larga duración con 11 piezas que terminaron cimentando la imagen dark/goth que todavía hoy en día algunos fans asumen como «look» obligatorio para asistir a los conciertos de la banda.




El disco abre con el tema que le da nombre, «Black Celebration«, una pieza tremendamente atmosférica, con múltiples y complejas texturas sonoras que dan una clara idea de lo que vendrá a continuación.

El trabajo de Alan Wilder como «arreglista principal» del grupo fue particularmente importante en este momento, creando un balance entre los sonidos «sampleados» y los sintetizadores que hacían del sonido de Depeche Mode algo único en el panorama musical del momento y que alcanzaría su tope creativo tres años después con la edición de Violator (1989), pero esa es otra historia que dejaremos para otro momento.

«La muerte está en todas partes…» con esa frase empieza Dave Gahan la siguiente pieza: «Fly on the Windscreen«, nada de romanticismos o bailes adolescentes, en un tema tremendamente crudo y áspero.

Sigue «A Question of Lust» que se siente un poco más cercana con lo que habían hecho dos años antes en Some Great Reward, con Martin Gore haciéndose cargo de la voz principal y que también ha permanecido en el repertorio de la banda desde entonces.

«Sometimes» es una balada y es la segunda pieza con Gore como vocalista principal. Cierra el lado A (en esta época los discos todavía tenían dos lados) la tercera pieza seguida con Gore en rol protagonista y anclada en múltiples voces sampleadas y esos sonidos «metálicos» que son ya parte del ADN de la banda.

«A Question of Time» es otro de los temas claves de este disco, abriendo el lado «B» -en mi opinión el lado mejor logrado del disco- con una fuerza imparable, la voz profunda de Gahan acompañada de riffs intensos de sintetizador, un ritmo machacante a medio camino entre el sonido industrial de los discos anteriores y los temas más melódicos y melancólicos que vendrían después.

Merece un aparte el comentario que el video de este tema fué dirigido por Anton Corbijn, la primera de una larga lista de colaboraciones del director holandés con la banda.




Sigue «Stripped» quizás la pieza emblemática del disco y todo un clásico de la música británica de los 80.

«Here is the House» es otra de esas piezas pop perfectas, con una gran melodía, voces en armonía, un riff de bajo sintetizado redondo y esos sonidos electrónicos indescriptibles que solo Depeche Mode sabe cómo crear y organizar.

«Word Full of Nothing» vuelve a traer al frente la voz de Gore y sus letras de angustia existencial que lograron una empatía con ese público de jóvenes «goth» que para ese entonces se veían con frecuencia reflejados en las canciones de la banda.

«Ella está vestida de negro otra vez, y yo estoy cayendo otra vez», así empieza el siguiente tema «Dressed in Black«. A estas alturas del juego ya estaba suficientemente claro de qué iba la cosa… solo faltaba un tema más para terminar: «New Dress«, otra de esas piezas que al escucharla no nos queda duda de su procedencia.

Black Celebration no es un trabajo perfecto, pero es un disco en el que se establece el giro creativo de Depeche Mode en la dirección que definiría la madurez de una agrupación fundamental en el panorama musical de los últimos 30 años.

Es a partir de aquí que la banda encontraría la inspiración definitiva para establecer una propuesta artística que daría inicio a la trilogía fundamental de trabajos discográficos de la agrupación (junto a los sub-siguientes Music for the Masses y Violator), además de un aumento significativo en el volumen de fans que empezarían a llenar recintos de conciertos cada vez más grandes, un fenómeno que 30 años después aún se mantiene con fuerza.

Gabriel Pérez


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