El singular y siempre ocurrente proyecto de Andrés Barrios y Bartolomé Díaz aborda de manera genial el clásico tema del folclore venezolano, El Curruchá
El Taller de los Juglares – Iconoclasta II (Vídeo Oficial)
In Memoriam: Juan Francisco Sans (1960 – 2022)
Acostumbrados estamos a que Bartolomé Díaz y Andrés Barrios, junto a sus cómplices de aventuras, nos sorprendan con cada nuevo ofrecimiento. El término «Iconoclasta» es ya suficientemente esclarecedor para intuir que este nuevo capítulo persigue desmitificar obras maestras y compositores venezolanos insignes del pasado, dando una visión propia contestaria.
Tras la magnífica «Iconoclasta I» (ver aquí), en la cual ofrecieron una maravillosa revisión de de temas de Federico Moretti y «El Caballero» (¿Toribio Segura?), lanzan ahora su revisión de «El Curruchá«, cuya música es de Juan Bautista Plaza y los versos de Vicente Emilio Sojo, dos ilustres venezolanos.
Tal como reconocen Díaz y Barrios sobre la muy conocida pieza, «es más lo que la fama le ha quitado a ‘El Curruchá’ que lo que esa esquiva y a veces malvada ‘hada madrina’ le ha otorgado».
Y analizan: «Pregunte usted a cualquier venezolano acerca de la paternidad de tan emblemático joropo (pasillo, si nos guiamos por la información que da el manuscrito). Como muchísimo, uno de cada mil conciudadanos que admiran la pieza le dirán que la misma es obra de dos de nuestros más rectos, austeros, sesudos y preclaros intelectuales de la música: Juan Bautista Plaza (1898 – 1965) y Vicente Emilio Sojo (1887 – 1974).
La proporción disminuye aún más cuando la pregunta al otrora aficionado es acerca de los versos de la canción. Mucho antes de llegar al ‘meollo erótico’ del asunto, a la inmensísima mayoría ya se le ha ‘trancado el serrucho'».
Ciertamente es una situación que suele ser bastante común con muchos temas que por muy conocidos, pasado el tiempo se cree que significan una cosa pero en realidad es otra. O peor aún, se deja de interpretar su real significado.
«El erotismo de ‘El Curruchá‘ es de una fogosidad refinada que ya quisiera el buen reguetón, si es que existe, poder atrapar. Desde poco después de 1929, año de su creación, el ‘virtuosismo’ y la folclorización han llevado a este irremplazable ícono cultural venezolano a un punto de fuga con su origen, con su esencia, con su humanidad, con su veracidad», confiesa Bartolomé Díaz, un acucioso estudioso de la música histórica.
«Iconoclasta II«, por lo tanto, no trata de romper paradigmas, trata más bien de restaurarlos, y, claro está, Plaza y Sojo fueron absolutamente geniales. Ojo, también fueron venezolanos que tomaron café, mentaron madre, sudaron fuerte y cacharon picón, gracias a Dios»
Esta «restauración» de «El Curruchá» viene acompañada de un videoclip con el histrionismo siempre genial de Andrés Barrios, quien se inspira en aquella genial interpretación de Charles Chaplin con los panes en «The Goldrush» (La quimera del oro), utilizando dos tequeños. (ver aquí)
Música de Juan Bautista Plaza.
Versos de Vicente Emilio Sojo.
Voces de Andrés Barrios.
Guitarra sintetizada y dirección musical Bartolomé Díaz.
Con la participación de Manuel Solano en las maracas.
En memoria de Juan Francisco Sans Moreira 1960 – 2022.
Concepto, versiones interpretativas y música adicional: Bartolomé Díaz.
Grabación, edición, mezcla y master de audio: José María Casas.
Video: Ricardo Arispe.
Producción de video: ElDespachoArtLab.
Asistente de producción: Vívika Arispe.