En abril de 1972 se produjo la irrupción discográfica de la inimitable banda alemana que elevó hasta niveles inauditos la teatralidad en el rock.
Grobschnitt
Grobschnitt (debut album)
Brain. 1972. Alemania
Una de las agrupaciones más innovadoras del rock alemán en los años 70 fue sin duda Grobschnitt, una banda surgida al calor del prolífico y distintivo conglomerado del krautrock, un movimiento espontáneo producto de la resurrección de la cultura alemana tras los años de reconstrucción (económica y psicológica), que englobó a proyectos de muy diversa naturaleza pero con el propósito común de explorar nuevas dimensiones musicales.
La estética musical de Grobschnitt pasaría del blues-rock progresivo experimental de sus primeros años, al rock sinfónico más elevado, para luego, en los 80, perderse en un anodino hard rock, hasta finalmente en su etapa final en los 90 recrear sus mejores años.
Dentro del krautrock hubo de todo: electrónica, psicodelia y space rock, free-rock, folk cósmico, rock progresivo y sinfónico, pero sobre todo mucha experimentación y libertad creativa. Miles de interesantes bandas inundaron el territorio alemán durante la década del 70.
Grobschnitt fué formada en 1970 en la ciudad industrial Hagen, al noroeste de Alemania, por el vocalista y guitarrista Stefan Danielak (Wildschwein), el imaginativo y carismático baterista Joachim Ehrig (Eroc) -quien además se encargaba de diversos efectos- y el guitarrista Gerd-Otto Kuhn (Lupo).
Tras firmar un largo contrato con el recién y posteriormente influyente sello discográfico Brain, Grobschnitt editó su homónimo primer trabajo en 1972, en el cual se incluye su primer clásico, “Symphony”, un tema de casi 14 minutos (subdividido en cuatro partes) que resumía el espíritu de riesgo que sería su sello característico en los primeros años.
La composición que abría el lado A incluía pasajes sosegados y otros de gran intensidad, arreglos preciosistas de teclados y cuerdas, una contundente y ágil sesión rítmica y la áspera vocalización de Danielak, con coros de cierto aire hilarante.
Para entonces, la banda ya llevaba mas de un año tocando el material que iría a parar al primer disco y se había granjeado una fama en la que la sátira y la diversión se conjugaban con la inventiva musical.
Completaban la primera formación, Bernhard Uhlemann “Baer” (bajo, flauta), Hermann Quetting “Quecksilber” (teclados), Axel Harlos “Félix” (percusión, batería) y Rainer Loskand “Toni Moff Molló” (luces, más tarde incorporado como músico)
El tema que cierra el lado A, es el extraordinario “Travelling”, el cual comienza con un épico crescendo protagonizado por guitarra, toms, platillos y sintetizador, para derivar hacia el minuto dos en una estructura con deudas al jazz y al blues, con la guitarra y voz de protagonistas, y un trabajo fenomenal de Eroc en la batería.
El lado B lo inicia “Wonderful Music”, un tema de menos de 4 minutos de espíritu juguetón que bien podría recordar a Focus por el uso de la flauta. Un efecto flanger atraviesa la canción, especialmente en el sonido de la batería.
En esta pieza tanto Wildschwein cantando de manera mucho más dulce como Lupo con la guitarra acústica, demuestran su versatilidad.
Cierra el lado B la extensa “Sun Trip”, que como su nombre indica es un auténtico viaje hacia el Sol. La pieza está subdividida en cuatro partes.
La primera de ellas, “Am Oelberg (Mount of Olives)”, cobija la bizarra narración de Danielak, desembocando en la segunda parte, “On The Way”, en la cual la agil base rítmica y la guitarra rasgueada sirven de soporte a la dramática vocalización.
La tercera parte, “Battlefield”, contrasta abiertamente. Un lento, casi agónico ritmo creado por Eroc con el hi-hat (algo que sería su sello distintivo) con tenues golpes a los toms, y un órgano de espíritu psicodélico, sirven de base para que Danielak desarrolle su parte vocal mientras desde el fondo va apareciendo un caos controlado de sirenas y explosiones que deriva en un particular y circunstancial blues con una guitarra magnífica.
De repente, se produce una brevísima pausa que da entrada a la cuarta parte, “New Era”, la cual arranca con un tenso ritmo que desemboca en el blues definitivo a la manera de Grobschnitt.
La reedición en CD realizada en 1996 por el sello Repertoire incluye una versión primeriza de “Symphony” (“Die Sinfonie”) registrada en directo en Volkspark, Hagen, en septiembre de 1971 con una duración de casi 30 minutos.
Fue una adición muy interesante porque permite percibir como Grobschnitt tuvo que reducir el tiempo de la pieza para poder adaptarse al formato vinilo. Al mismo tiempo da luces sobre la calidad que atesoraba el grupo desde su génesis. Los solos de batería y bajo, tan comunes en los años 70, fueron sacrificados en el estudio.
Aquellas presentaciones en vivo, con bizarros interludios tomados del cabaret y en algunos casos ya en años posteriores del circo y la comedia, permitían que además de los músicos participara el cuerpo técnico. A partir de los primeros shows, y hasta el final de su carrera, todos los integrantes de Grobschnitt utilizaron extraños y sarcásticos pseudónimos.
El resultado fabuloso de este disco tuvo otro responsable primordial: Conny Plank, uno de los personajes claves del rock alemán y la música electrónica, quien como ingeniero de sonido (con una consola de mezclas hecha por él mismo) fue protagonista de grandes obras que definieron una época única, entre ellos Neu!, Cluster, Kraftwerk, Guru Guru, Kraan, Hoelderlin, una fama que lo llevó a trabajar con Devo, Ultravox, DAF y más, hasta morir prematuramente en 1987 tras enfermarse durante una gira por Suramérica realizada junto a Dieter Moebius (Cluster), Arno Steffen y Detlef Wiederhoeft
Otro aspecto relevante es el llamativo diseño de arte a cargo de Günter Blum
El camino discográfico de Grobschnitt continuó en 1974 con el doble LP Ballermann, conteniendo en la totalidad del segundo disco una de las obras capitales de la discografía de la banda: “Solar Music”. A partir de este disco se une el teclista Volker Kahrs (Mist), un músico que resultaría indispensable en los años venideros.
Un año más tarde Grobschnitt edita Jumbo (1975), uno de sus trabajos en estudio más logrados y representativos, con el cual comienza su etapa más sinfónica.
Durante medio año se encierran en los estudios de Conny Plank, cuyas sesiones arrojan la obra maestra Rockpommel’s Land (1977), un trabajo conceptual compuesto por cuatro piezas de increíble pureza, sensibilidad, dosificada energía y buen gusto.
Al año siguiente Grobschnitt emprende la más ambiciosa de todas sus giras por Alemania, creando algunos de los más memorables shows de los años 70. Armados de un gran tinglado que incluía estructuras metálicas, juegos pirotécnicos, figuras móviles con formas de dragones, máquinas de humo, disfraces variopintos, un novedoso y moderno juego de luces, y actuaciones de todo tipo, Grobschnitt adaptó una vieja composición transformándola en una hora de imprevisibles e irrepetibles pasajes instrumentales, así como de grandes solos.
Producto de esa gira se edita Solar Music-Live (1978), reconocido como uno de los mejores discos en vivo en la historia del rock.
Poco después la banda edita Merry Go Round (1979), otra fina obra cargada de ironía y crítica a la industria discográfica, disco a partir del cual el sonido comenzaría a cambiar sustancialmente.
Regresemos al magnífico año 1972 para adentrarnos en el universo de una banda que daba un gran primer paso.
Juan Carlos Ballesta
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