En enero de 1976 el autor intelectual de The Velvet Underground publicó su sexto disco como solista, de espíritu romántico y reflexivo
Lou Reed
Coney Island Baby
RCA Records. 1976. EE UU
Lou Reed (†), artífice de la vanguardista agrupación estadounidense The Velvet Underground, una de las más influyentes del rock, entraba a Mediasound Studios en Nueva York en octubre de 1975 para grabar en diez días lo que algunos críticos consideran su álbum más romántico, el cual vio la luz primero en diciembre de 1975 en el mercado norteamericano y el 19 de enero en Gran Bretaña.
Reed, acompañado por siete músicos que incluían a Michael Fonfara (Electric Flag, Rhinoceros), Doug Yule (Velvet Underground), Bob Kulick (†) (Alice Cooper, Meatloaf), Bob Meday, Joanne Vent, Michael Suchorskyb y Bruce Yaw, registraría ocho composiciones a lo largo de 35 minutos, bajo la producción de Godfried Diamond, Steve Katz y el mismo Lou.
Sería su sexta obra de una dilatada discografía de unos veinte títulos publicados tras su ruptura con VU. Lou contó, en esta ocasión, con la audio ingeniería de José Rodríguez. Es importante indicar antes de reseñar el disco que la participación de Yule, Meday y Fonfara corresponden a las tomas que conforman los extras de la edición 30 aniversario del disco.
Nuestro festejado LP nos recibe con una atractiva foto de Reed captada por el lente de Mick Rock, fotógrafo de grandes iconos del rock como David Bowie, Iggy Pop, Syd Barrett y Marc Bolan, entre otros.
Esta obra que hoy compartimos estuvo dedicada a la “mujer trans” Rachel Humphreys, musa compañera de Lou Reed. El osado músico había agitado las aguas con el álbum Metal Machine Music de 1975, una obra sonora sui generis. Ciertamente una de las más arriesgadas del autor.
El conocido autor de la archiconocida “Walk On The Wild Side”, inicia esta obra publicada hace medio siglo con la breve y rítmica “Crazy Feeling” donde el autor con su peculiar modo de cantar, casi a lo sprechgesang, nos relata: “Tú eres el tipo de persona con quien he estado soñando, eres el tipo de persona que siempre quise amar, y cuando te vi por primera vez entrar por la puerta de ese bar…”
La banda suena perfectamente acoplada, algo evidente en la dupla de bajo y batería de Yaw y Suchorsky. Bob Kulick, en el slide guitar, ornamenta la pieza con un “country feeling”.
Luego, Reed nos ofrece “Charley’s Girl”, una pegadiza pieza donde Lou nos canta: “Todos dicen que es mejor que te cuides, hombre, ella te entregará, y yo, tú sabes pensé que lo había hecho, mira ahora el problema en el que estoy, tú sabes, es mejor que tú te cuides de la chica de Charley…”
El cantautor luego comparte la tercera pieza del repertorio titulada “She’s My Best Friend”, una de tres piezas que alcanzan o rebasan los seis minutos. ”Ella es mi mejor amiga, ciertamente no tu chica promedio, sí, ella es mi mejor amiga, ella me comprende cuando estoy deprimido, tú sabes, duele en verdad sentirse así…” , nos dice Lou. La pieza había sido grabada con Velvet Underground en 1969.
En lo instrumental, Reed retarda el tiempo un poco para contrastar con una menos agitada composición y un sencillo pero cautivador solo de Bob, para luego cerrar el primer lado con “Kicks”, donde hurga en lo profundo para descubrir quien y como es el ser que le ha movido los cimientos.
El tema viene envuelto en voces de fondo que van y vienen, como si Lou cantara en medio de una conversación de bar.
Cuatro piezas ocupan el lado B del disco. La primera de ellas es “A Gift”, una dulce melodía donde el cantautor, ausente de humildad, nos dice que “él es un regalo para las mujeres de este mundo”, enfatizando la gran responsabilidad que ello significa.
Una de mis favoritas del LP.
Luego encontramos un poco de blues en el tema “Ooohhh Baby, con Bob en la guitarra slide. “Eres el tipo de chica de las que todos me advierten, eres el tipo de persona a la que todos aquí miran fijamente pero yo se que tú eres una bailarina exótica trabajando en un bar de Times Square, y todos aquí desearían que estés en un rincón…”
En la penúltima canción del LP, “Nobody’s Business”, Reed nos dice delante de unos platillos que van y vienen, además de un solo de guitarra: “Oye, si te estás moviendo demasiado rápido, no quieres que esto dure pero si comienzas a hacerlo lentamente, oye mami tendrás que irte porque no es problema de nadie sino mío…”
El LP cierra con el tema título, “Coney Island Baby”, en el que Reed nos cuenta: “Sabes hombre, cuando era joven y estaba en el bachillerato, créelo o no, quería jugar fútbol para el entrenador y todos mayores que yo, ellos decían que era cruel y malo pero tú sabes, quería jugar fútbol para el entrenador, decían que era muy pequeño y liviano para estar en la retaguardia por que tú sabes que en algún momento debes enfrentarlo sino morirás…”
Reed prácticamente nos habla en esta extraordinaria canción donde guitarra y voz se mueven sobre la base rítmica.
Sin reservas, mi favorita del repertorio. Los coros dan un interesante pincelazo a este gran final.
El legado de Reed es sin duda uno de los más fascinantes de la historia del rock, con obras de gran sutileza como este sexto disco en solitario, otras más enérgicas y algunas de corte más experimental.
Aunque es “la caminata por el lado salvaje” su tema más emblemático, la obra de Lewis Allan Reed es imprescindible en su conjunto.
Leonardo Bigott
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