El emblemático guitarrista visitó de nuevo España y las Noches del Botánico para otro gran concierto, esta vez con su proyecto Side Eye
Pat Metheny Side Eye
Concierto en Jardín Botánico Alfonso XIII, Universidad Complutense, Madrid
Noches del Botánico
(Junio 18, 2022)
A los 67 años, el apreciado músico estadounidense luce más joven de lo que es, aún con algunos kilos de más. Su frondosa cabellera -sello distintivo más allá de su música- desafía las leyes naturales. El guitarrista del pelazo cenizo ofreció un generoso concierto de casi dos horas y media en el que demostró su increíble versatilidad con su abanico de guitarras.
Pat se movió entre los pasajes calmos e íntimos a la distorsión indómita, y en el medio el gran crisol multicolor que es su música.
Desde su irrupción con Bright Light Size en 1976, iniciando una fructífera relación con el sello alemán ECM Records que produjo 11 discos en 8 años, Metheny no ha parado jamás de crear y sorprender.
A lo largo de 45 años se ha convertido en una escuela por la que han pasado músicos de altísimos quilates que han podido brillar a su lado: Lyle Mays, Steve Rodby, Danny Gottlieb, Mark Egan, Nana Vasconcelos, Paul Wertico, Pedro Aznar, Armando Marçal, Antonio Sánchez, Christian McBride, Chris Potter, Ben Williams, Giulio Carmassi, entre otros. Eso sin contar la inmensa cantidad de colaboraciones con un amplio universo de músicos de jazz.
Recientemente, Metheny ha emprendido un nuevo proyecto que ha bautizado Side Eye, para el cual ha escogido el formato trío como vía de expresión, con músicos de la escena jazzística principalmente de Nueva York mucho más jóvenes que él pero con sobrado talento. Más que un apadrinamiento, parece una forma de proceso nutritivo bidireccional. Metheny se nutre de sangre y visiones nuevas, y estos se alimentan del portentoso talento de Pat.
La formación actual con la que Metheny visita España (y Europa) en el orden correlativo de Side Eye es la V1-VI, e incluye a Joe Dyson en la batería y el teclista/pianista Chris Fishman, en sustitución de James Francies, quien se había mantenido como una constante durante las cinco formaciones anteriores, en las cuales los cambios fueron en la batería.
Una voz en off informando la prohibición de tomar fotos y videos, exhortando a apagar los teléfonos, dio la bienvenida a Pat Metheny. Las pantallas laterales se apagaron y no fueron utilizadas como apoyo.
El comienzo fue significativo. Con la obra de arte de la luthier canadiense Linda Manzer, la guitarra Pikasso de 42 cuerdas, con la que tiene ya 25 años trabajando, Metheny nos recibió. Su delicada improvisación en la que por momentos fue posible asociar sonoridades con un arpa, se vio aderezada por una serie de cantos de aves del Jardín Botánico, lo que definitivamente le dio mucho sentido a la jornada que recién comenzaba de Noches del Botánico.
Tras los seis minutos, se dio entraba a un buen número de personas que inexplicablemente se habían quedado rezagadas a pesar de los varios llamados. El comienzo de “So May it Secretly Begin” -ya con el trío en pleno- se vio algo interrumpido por el proceso de ubicación. No obstante, ya con la audiencia en silencio, el trío brilló en la interpretación de una de las mas conocidas piezas de Still Life (Talking) (1987).
El hilo conductor del concierto estuvo muy acertado ya que combinó momentos de intensidad con otros de sosiego. “Bright Size Life”, pieza que da nombre al álbum debut de 1976 permitió lucirse por primera vez a Fishman quien de manera brillante tuvo la responsabilidad de emular el bajo fretless (sin trastes) de Jaco Pastorius con un sintetizador Hydrasynth
De inmediato tocaron la emotiva “Better Days Ahead”, del celebrado disco Letter From Home (1989), y de nuevo Fishman tuvo su momentazo combinando el sonido del fretless con el piano eléctrico.

La interpretación de “Timeline”, una composición de Metheny publicada por Michael Brecker en 1999, fue magistral. Metheny y el sonido distintivo de su Ibanez PM son imbatibles. Gran ovación recibió luego de la larga parte de guitarra, la cual dio paso a Fishman con un solo de órgano, con un sonido vintage sumamente orgánico.
Para contrastar, el siguiente tema fue el sosegado “Always and Forever”, del disco Secret Story, ganador del Grammy como Mejor Álbum de Jazz Contemporáneo en 1992. Solo Pat con su Ibanez, Dyson adornando con platillos y un tenue sonido de contrabajo hecho por Fishman, mantuvieron en absoluto silencio a las miles de personas presentes.
Uno de los puntos álgidos del conciertos fue “Jaco”, la composición en homenaje al malogrado Jaco Pastorius incluida en Pat Metheny Group (1978). Sirvió para que John Dyson se luciera y demostrara que su nivel es muy alto.
Otra maravilla fue “When We Were Free”, del disco Quartet (1996). Dyson, aunque tiene su estilo personal, refleja mayor influencia de Paul Wertico que de Antonio Sánchez, especialmente por el uso multitímbrico de los platillos, tan característico del sonido Metheny. Su solo fue destacable.
La extensa versión también incluyó un soberbio solo de piano de Fishman y fue el momento de aparición en el tramo final de la famosa guitarra sintetizada Roland GR-300 que en su momento -años 80- muchos guitarristas adoptaron como novedad pero ninguno logró un sonido tan prístino y distintivo como Metheny. Durante la noche, la utilizó sin el módulo Synclavier.
La pieza alcanzó un paroxismo increíble difícil de superar, para terminar de manera sigilosa. La ovación cerrada fue elocuente.

Pat presentó a los músicos con energía, y trajo la calma con la guitarra acústica, sirviendo de puente con la segunda parte del show.
La envolvente “It Starts When We Dissappear”, sirvió para que se develara lo que se escondía bajo una telas negras ubicadas en la parte derecha del escenario. Se trataba de ese extraño híbrido que data del siglo 19 llamado Orchestrion, construido para Metheny por varios diseñadores e ingenieros, entre ellos Eric Singer y The League of Electronic Musical Urban Robots (LEMUR). El set incluye diversos instrumentos como pianos, marimba, vibráfono, campanas tubulares, bajo, platillos, botellas y otros instrumentos mecánicos acústicos. Aquí, por supuesto, vimos una versión reducida.
A decir verdad, el aporte en los temas no se corresponde con lo complejo de su aspecto y aunque Metheny insiste en usarlo, no cambia demasiado los temas. Eso si, en un espectáculo que no tiene ningún recurso visual más allá de las luces, enriquece la puesta en escena.
Uno de los temas esperadísimos fue “Phase Dance”, otro del homónimo disco de 1978, interpretada con maestría por Fishman.
En otro alarde de versatilidad, Metheny amplió su rango dinámico con una guitarra ruidosa que nos llevó a la estética de Zero Tolerance for Silence, la cual se unió a Dyson, quien había comenzado la pieza con un frenético solo de batería . Era el lado más salvaje de Metheny.

Con la Roland colgada acometieron “Zenith Blue”, un reciente tema de esta etapa con Side Eye, que se extiende por más de 10 minutos y que tuvo al piano como especial protagonista. Es una de las piezas en las que el Orchestrion lució mejor.
De nuevo con emoción presentó a los músicos y dijo “¡Muchas gracias!”. La verdad no hicieron falta más palabras. Se retiraron del escenario.
Pat regresó solo con su guitarra acústica de cuerdas de nylon, para interpretar un exquisito y muy sensible medley en el que mezcló temas de varios discos y épocas y con cada una que el público identificaba los aplausos no se hacían esperar. Así, con transiciones casi imperceptibles entre una y otra, desfilaron “Minuano (Six Eight)” / “As It Is” / “September 15” / “Omaha Celebration” / “Antonia” / “Slip Away” / “This Is Not America” / “Last Train Home”.
Y otro momentazo se hizo presente con “Are You Going With Me?”, uno de los temas que puso a Metheny en el mapa musical planetario hace 40 años con el disco Offramp (1982).
El segundo encore estuvo compuesto por dos temas. El primero fue una delicada interpretación en la acústica de “Make Peace”, el tema que cerraba el primer disco del dúo entre Pat Metheny y el pianista Brad Mehldau publicado en 2006.
Y el segundo, otro de los magníficos temas, “Song For Bilbao”, con la particularidad de haber sido estrenado en aquella famosa gira de 1982 que conformó el indispensable doble LP Travels (1983), y que está dedicado al público de Bilbao.
Fue la manera ideal para despedir un concierto generoso, intenso y delicado a partes iguales, con una ejecución impecable.
Juan Carlos Ballesta
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Música de Pat Metheny en España
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