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Up: la atractiva entrada al siglo 21 de Peter Gabriel

Peter Gabriel Up

El 23 de septiembre de 2002 el inconfundible músico inglés publicó su atractivo séptimo álbum, que veinte años después sigue siendo el último puñado de canciones nuevas

Peter Gabriel
Up

Real World. 2002. Inglaterra

Hay reseñas que a veces se nos hace difícil escribir en su momento. En 2002 pensé un poco si valía la pena hacer una reseña del largamente esperado Up. Los fans de Peter Gabriel iban a salir a comprar el disco no importa lo que se escribiera, eso si no habían bajado ya los mp3 del disco que se colaron en internet meses antes de ser editado.

Los que no son fans muy difícilmente cambiarían su opinión con este disco.

El hecho es que 20 años después, a falta de la publicación del rumoreado nuevo disco, este disco continúa siendo el último con nuevo material, ya que Scratch My Back (2010) y New Blood (2011) están compuestos por versiones y reinterpretaciones.




La primera impresión de Up es que Gabriel se preocupó por crear un trabajo «clásico» mas o menos de la misma forma como U2 hizo dos años antes con el All That You Can Leave Behind, es decir, no reinventar la rueda sino enfocarse en lo que saben hacer bien.

No hay sorpresas sonoras o estilísticas en Up, no es el disco «tecno» de Gabriel, ni nada que se le parezca y casi olvidamos que habían pasado diez años desde Us, y apenas cambió una letra en el título.

Ahora bien, esto no quiere decir que estemos ante un trabajo «fácil» o «conformista», todo lo contrario, Up es un trabajo profundo, con piezas largas que toman su tiempo en desarrollarse, y con un sonido asombrosamente coherente para la forma como fue grabado (yo tenía al menos 7 años escuchando sobre las sesiones de grabación en los Real World Studios).

Parte de esto se debe a que el núcleo de acompañantes de Gabriel había permanecido estable: Tony Levin, David Rhodes y Manu Katche forman parte vital del sonido de Gabriel y son el ancla de este disco.

Up abre de una manera que pareciera decirnos: ¡despierten! ¡aquí estamos de nuevo! Darkness es quizá el track que mas se aleja del centro, con violentos cambios de dinámica, de lo sutil a lo distorsionado. Fuertes contrastes sonoros que reflejan una dualidad que es tratada por Gabriel de forma lírica a lo largo del disco: la vida y la muerte, el cielo y la tierra, arriba y abajo, la señal y el ruido.

«Growing Up» abre con una instrumentación sutil: cuerdas sampleadas, pianos pulsantes y atmosferas sonoras envuelven al voz de Gabriel para luego desembocar en una sección rítmica propulsada por Tony Levin, y ya estamos en terreno conocido, el cual sin embargo es aderezado por loops rítmicos y efectos electrónicos, que actualizan la propuesta sonora.

La voz de Gabriel trabaja en múltiples niveles, respondiéndose el mismo en diferentes registros vocales.




En general el timbre de voz es algo mas agudo que en los dos anteriores trabajos, llevándonos al marco de los tres primeros discos. Sin embargo sonoramente yo encuentro que el trabajo esta mas emparentando con So.

Esto comienza a hacerse evidente en «Sky Blue«, una delicada pieza que nos mueve a coordenadas similares a «Mercy Street«, y que cuenta con la colaboración vocal de The Blind Boys of Alabama.

«No Way Out» trae reminiscencias de «Red Rain«, de «Secret World» e incluso del sonido del álbum 4 (Security) destacando el trabajo de Danny Thompson en el bajo acústico y los diferentes sonidos de percusión armados como loops.

«I Grieve» ya la conocíamos del soundtrack de la película «City of Angels«, aunque habría que decir que esta versión es muy superior. Mucho mas larga y con una sección intermedia en que se vuelve mas rítmica, de nuevo jugando con contrastes, ya sean sonoros o líricos, en este caso en una pieza que habla sobre la muerte.

«La vida sigue» canta Gabriel en la parte movida de la canción que cuenta también con un solo de violín de Shankar.




Una de las cosas que agradezco es que no haya sencillo estilo «Sledgehammer«. En esta ocasión la pieza «promocional» del álbum fue «The Barry Williams Show«, que a mi particularmente me lleva a la época de «Games Without Frontiers«, pero reemplazando la batería de maquinita de aquella época por los loops contemporáneos.

El ingeniero del disco, Richard Chappell, recibe el crédito de la manipulación digital de los loops y samplings de audio que arman el esqueleto de la pieza, anclada igualmente en el bajo de Levin.

«My Head Sounds Like That» es la pieza que menos me gusta, pues a pesar de un comienzo interesante y una melodía «clásica», Gabriel se edulcora demasiado con una sección de metales tocada por The Black Dyke Band, que la coloca peligrosamente al borde de lo cursi (sin llegar a caer ahí, peeero…).

Las cosas se recomponen rápidamente con «More Than This«, con un cuidadoso collage sonoro que se impone sobre un típico ritmo de Levin y las voces de The Blind Boys of Alabama.

«Signal to Noise» mantiene esta línea ascendente al final del album, con una sección de cuerdas de verdad verdad (aunque envenenadas por debajo con un Mellotron), una impresionante sección de percusión ejecutada por The Dhol Foundation, grupo liderado por el baterista de Afro Celt Sound System, Jhonny Kalsi, y la impresionante voz del desaparecido paquistaní Nusrat Fateh Ali Khan.

Luego de este clímax, Gabriel cierra el álbum con una pieza austera, «The Drop«, apenas su voz y un piano, mientras canta sobre la sensación de ver caer las gotas de lluvia resbalando por el cuerpo de un avión hacia abajo.




De nuevo: si son fans de Peter Gabriel, seguro compraron el disco, si no lo son, no creo que este disco los vaya a convertir.

Este es un disco infaltable en mi colección.

Gabriel Pérez


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