El 24 de septiembre de 1982 la exitosa agrupación británica publicó su elegante cuarto disco, paso previo para su bombazo Brothers in Arms
Dire Straits
Love Over Gold
Vertigo/Warner Bros. 1982. Inglaterra
En 2017 se cumplen 45 años de la formación de la banda inglesa Dire Straits (que pudiera traducirse como “situación desesperada”) y 40 de la publicación de su cuarto disco, Love Over Gold, un trabajo intermedio entre la primera etapa que llevó a la banda de un sonido crudo a uno más elaborado y la comercialmente más exitosa que siguió con el doble LP en vivo (el extraordinario Alchemy: Dire Straits Live, 1984) y sobre todo con Brothers in Arms (1985).
Respecto al exitoso disco anterior, Making Movies (1980), el núcleo de Mark Knopfler (voz, guitarra líder, compositor), John Illsley (bajo) y Pick Withers (batería) se vio ampliado con Hal Lindes (guitarra) y Allan Clark (sintetizadores, piano, órgano), quienes ayudaron a lograr un sonido más sofisticado.
El lado A lo abre el largo tema “Telegraph Road”, arriesgado ejercicio de rock a medio camino entre lo progresivo el hard rock y el rock melódico que lucía desfasado en 1982. Sin embargo, Knopfler y compañía se las arreglaron para sonar coherentes, atractivos, especialmente emotivos y sorprendentemente ajenos a su entorno.
La mejor prueba es “Private Investigations”, una balada de espíritu romántico dominada por la exquisita guitarra acústica, el piano y la seductora voz de Knopfler, cuyo desarrollo la lleva hacia un terreno fértil para la erupción de la guitarra eléctrica y los redobles de batería, con un bajo repetitivo que resulta clave. Fue un éxito radial, uno de esos que se escapa a cualquier categorización.
El lado b lo comienza “Industrial Disease”, típico tema Dire Straits de aroma southern rock, con un comedido pero efectivo riff de guitarra que coquetea con el grácil órgano que resulta en el vínculo con la new wave del momento.
El tema que da nombre al disco es una delicada composición que se mueve entre lo acústico y lo eléctrico, con exquisitas cadencias blueseras. La marimba de Mike Mainieri (de Steps Ahead) agrega elegancia, en especial al tramo final donde se alcanza el clímax.
El disco cierra con “It Never Rains”, una estupenda pieza que sin duda recuerda a Bob Dylan, una referencia que apareció pronto en
, quien realiza un memorable solo de guitarra.
Love Over Gold no es el mejor disco de Dire Straits, pero tratándose de un grupo que publicó seis discos en estudio de alta calidad, escucharlo es siempre una experiencia placentera. Dire Straits es uno de esos grupos con sonido atemporal que, afortunadamente, conserva un sonido deslastrado de los efectismos de la recién llegada era digital en los 80.
Juan Carlos Ballesta
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