El quinto disco de la agrupación inglesa fue el pináculo en su exquisito sonido de orientación clásico con elementos folk y de rock sinfónico
Renaissance
Turn of the Cards
BTM/Sire/RCA. 1974. Inglaterra
1974 fue un año de obras maestras para el rock progresivo. Genesis lanzaba su épico The Lamb Lies Down On Broadway, King Crimson nos ofrecía sus sólidos Starless and Bible Black y Red, Emerson Lake & Palmer nos hacia escuchar su espectacular triple álbum en vivo Welcome Back My Friends… y Yes nos dejaba atónitos con su arriesgado Relayer.
Renaissance, que ya nos había deleitado a plenitud con Ashes Are Burning un año antes, editaba este magnífico álbum que celebra sus 45 años. Turn Of The Cards, seis composiciones de gran belleza e influencias barrocas y clásicas entramadas con la más alta vibra del rock. Sería su última aventura incluyendo fragmentos de clásicos temas universales.
En este trabajo Renaissance estaba conformada por John Tout en las teclas, Jon Camp en el bajo, el baterista Terence Sullivan, la hermosa voz de Annie Haslam al frente y la alianza entre Michael Dunford (†) y Betty Thatcher quienes compusieron la mayoría de los temas que conforman nuestro celebrado LP.
Las cartas del tarot de Joe Petagno y el emblemático Castillo Warwick al fondo, con diseño de Hipgnosis, son nuestro encuentro visual con Turn Of The Cards, álbum con los arreglos musicales y orquestales de Renaissance y Jimmy Horowitz bajo la producción de Dick Plant, Richard Gottehrer y Renaissance.
Turn Of The Cards se grabó en De Lane Lea Music Center bajo la ingeniería de Dick Plant, Douglas Bogie y Mike Pela para el sello BTM. Como nota curiosa destaca el hecho que fue el primer álbum de este sello cuyo propietario fue Miles Copeland, hermano de Stewart Copeland, el baterista del extinto y exitoso trío The Police.
Turn Of The Cards inicia con un excelente extracto de piano de la obra “Litanies” empleado como intro y compuesto por el francés Jehan Alain (1911-1940). Bajo el título de “Running Hard”, el intro se extiende casi dos minutos a lo largo de los cuales Jon Camp deja caer algunas notas para luego entrar de lleno con toda la banda y la orquesta.
La dulce voz de Annie Haslam nos narra: “Corriendo fuerte hacia lo que solía ser, perdiendo terreno en cambios que eternamente se deslizan, buscando espejos en la red, en lugar de pintar líneas en tu rostro..”.
Haslam destaca a lo largo de toda la pieza demostrando porqué es la “prima donna” del progrock. A mitad del tema, la sección rítmica y el piano protagonizan una interesante narrativa.
Luego, hacia el cuarto minuto Haslam y Tout encarnan un diálogo voz/clavicordio para luego desgranar una hermosa polifonía vocal con el resto de la banda. La marimba añade una interesante textura con algunos instrumentos de la orquesta matizando la melodía con cierta intensidad.
Haslam y Dunford quedan solos y, poco a poco, con Camp marcando el camino, la pieza va en crescendo con los metales haciendo algunas florituras hasta diluirse en el final. En esta pieza también hay una breve frase después del segmento polifónico vocal que fue empleada en el álbum Illusion de 1971 en el tema «Mr. Pine» con una formación diferente a la de este álbum.
El segundo surco es la hermosa balada “I Think of You”, un delicado contraste de 3’08” que inicia con Dunford en la guitarra acústica y Annie Haslam diciéndonos apasionadamente: “Te amo como la corriente incansablemente fluye hacia el mar, viéndote como la niebla toca las nubes, como me toca, en las estrellas te veo, donde quiera que estés pienso en ti, pienso en ti”.
La pieza es acompañada por piano y clavicordio. En otro dulce momento Annie continua: “Cuando veo a un ave volar hacia el mar, y el sol en el cielo brillar tibio y libre, cuando siento al viento soplar frío sobre mí, pienso en ti, pienso en ti” y justo en el minuto 2’15” Annie sostiene la nota dando un suave detalle y demostrando además su natural control, interpretación y técnica vocal.
Este dulce instante encuentra en la siguiente pieza un notorio contraste con la dramática composición “Things I Don’t Understand” (Cosas Que No Comprendo) escrita por Jim McCarty (miembro fundador, ex The Yardbirds), quien con este tema colaboraría por última vez con la banda.
En ella oímos como la percusión sinfónica y la batería de Sullivan se nos va acercando. La melodía tiene un cierto aire misterioso. Es la oportunidad de escuchar a Haslam en todo su esplendor como un instrumento más del grupo: “Cambiar de humor y extraños sentimientos en mi modo de enfrentar al mundo, rostros que segura estoy de haber visto antes o ¿mi cerebro ha dado vueltas?” “Pensando en cosas que no comprendo, pensando en cosas que no comprendo”.
El desarrollo instrumental es interesante y nos cautivan, además de la voz de Haslam, el Rickenbacker de Camp y los cambios que van surgiendo. Haslam nos habla de profecías, su futuro y del destino cuando nos dice: “Parece que hay un plan para cada quien, el día llegará y lo sabremos, todos estamos atados entre sí, todos hermanos en un gran flujo”. Tout nos lleva al final.
Existe un cierto paralelismo entre Ashes Are Burning, el álbum anterior, y éste en cuanto a forma. Seis canciones, el uso de la orquesta y el carácter de los temas en relación al repertorio, haciendo que éste fluya y nos cautive desde el comienzo hasta el final.
Temas extensos con gran desarrollo instrumental, seguidos de otros de delicadas y sencillas melodías como ocurre en Ashes Are Burning con “Can You Understand” y “Let It Grow” en relación a “Running Hard” y “I Think Of You” en este álbum.
En “Black Flame” (Llama Negra), Dunford y la percusión menor inician el extenso intro al cual se van incorporando piano, bajo y coro, éste último con una reiterativa frase que sostiene la melodía: “Soy palabras, estoy hablando, perdí el camino en mi confusión, en ilusión, perdida dentro del portarretrato. No soy culpable, no vi la llama negra, no me avergüenzo, es poesía, la llama negra…”.
La pieza tiene un claro acento barroco y está llena de pasajes instrumentales característicos de una banda que en este, su quinto LP, enfatiza más en los rasgos clásicos que comenzaron a desarrollar desde Prologue en 1972. Haslam hace alarde de su técnica vocal una vez más.
El tema que sigue toma directamente la línea melódica de una de las composiciones más populares del barroco, el “Adagio en Sol Menor” mejor conocida como “Adagio de Albinoni” Atribuida a Tomaso Albinoni, fue en realidad compuesta por Remo Giazotto.
Es el tema central en “Cold Is Being”. Esta composición no sólo es un reto para la voz de Haslam sino para toda la banda, cuya osadía en adaptar una letra a un tema instrumental universal, es un riesgo alto, sobre todo si lo vemos desde la perspectiva casi siempre conservadora de la academia.
La clásica pieza inicia con el órgano de iglesia y Annie Haslam nos canta sobre recibir lo que merecemos, sobre la tristeza de la soledad, la vida y la muerte. Sin duda una letra triste y desoladora que bien encaja con el fúnebre motivo instrumental.
El gran final del álbum es “Mother Russia”, que inicia con los primeros acordes de Tout a los cuales se va sumando la orquesta con cada compás. “Paga el precio, trabaja todo el año, gélidos días, él piensa en ti, tan frío como el hielo y sin embargo él arde por ti, madre Rusia ¿tampoco puedes oírle?”, Annie nos dice en la primera estrofa.
El motivo de la pieza se repite con diversos instrumentos como si se tratara de un canon hasta entrar la voz. Destacan en la pieza la flauta dulce, la voz de Annie Haslam, el piano de Tout y el redoble de Sullivan que pareciera emular a aquél del “Bolero de Ravel”. La flauta dulce retorna al motivo inicial y finalmente a la conclusión.
Turn Of The Cards es un excelente disco. En su doble álbum Live de 1976 grabado en concierto en el prestigioso Carnegie Hall, Renaissance interpretó “Running Hard” y “Mother Russia”.
La banda iría transformándose en el tiempo. A éste disco le siguió el ambicioso Scheherazade and Other Stories (1975) y poco después Novella (1977), álbum que sería el punto medio entre un Renaissance con una sonoridad influida por la música clásica y otra de corte más accesible instrumental y líricamente.
Quizá, habría que considerar a Turn of The Cards como el pináculo de una etapa inolvidable en la historia de una banda que se resiste a desaparecer.
Leonardo Bigott
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