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Morrison Hotel: el gran pico creativo de The Doors

Morrison Hotel

El 9 de febrero de 1970 fue publicado el quinto disco de la legendaria banda californiana, un retorno al sonido clásico y distintivo de los tres primeros

The Doors
Morrison Hotel

Elektra. 1970. EE UU

¡Claro que no se trata de un lugar turístico! Morrison Hotel es el quinto trabajo discográfico del afamado cuarteto californiano The Doors que conformaron el teclista Ray Manzarek (†), el guitarrista Robby Krieger, el baterista John Densmore y el misterioso vocalista/letrista Jim Morrison (†).

The Doors combinaba relatos existenciales y psicodélicos con historias románticas apoyadas en una base instrumental que coqueteaba principalmente con los géneros del rock y el blues. Si bien todos aportaban de manera equitativa, las composiciones eran principalmente de Morrison y Krieger con el sonido centrado en Robby, Manzarek y Morrison.

La vuelta al sonido clásico de The Doors

Luego de un distanciamiento de su esencia en el álbum anterior, The Soft Parade, The Doors retornó al estilo que la caracterizó en sus primeros tres discos, The Doors (1967), Strange Ways (1967) y Waiting for the Sun (1968). Acá el cuarteto se vio aumentado por los bajistas Lonnie Mack y Ray Neapolitan.




Morrison Hotel contó también con la armónica del legendario John Sebastian de Lovin’ Spoonful, alias G. Pugliese para la ocasión.

El álbum, conformado por dos partes, Hard Rock Cafe y Morrison Hotel, nos detiene con la foto portada de Henry Diltz, una gran ventana con la banda en el lado de adentro y, en letras grandes, el título del álbum. La foto debió ser tomada apresuradamente ya que la banda no contaba con el permiso del hotel. Pero un descuido del gerente, inmortalizó este establecimiento cuyo nombre es ahora un referente musical.

Hard Rock CafeVale mencionar que la inapropiada conducta de Morrison en aquellos días, afectó de modo negativo el lanzamiento de Morrison Hotel. Pero hoy celebramos el éxito de este fantástico trabajo.

Lado A: Hard Rock Cafe

Roadhouse Blues”, con Robby señalando el camino, inicia el disco. Es un clásico e inmortalizado blues en el cual Jim Morrison nos dice: “Mantén tus ojos en el camino, tus manos sobre el volante, mantén tus ojos en el camino, tus manos sobre el volante, vamos a la casa del camino, donde la pasaremos bien”.

Compuesta por Morrison con música de The Doors, destacan en este mid-tempo blues, Krieger y Manzarek, además de la magistral armónica de G. Pugliese.

El segundo tema de Hard Rock Cafe es la delicada “Waiting For The Sun” que con aires más psicodélicos abre espacios para que Robby destaque en la guitarra mientras Morrison canta: “Al primer vistazo al Edén, corremos hacia el mar, parados ahí sobre la costa de la libertad esperando por el sol, esperando por el sol, esperando por el sol”. Tanto la anterior como ésta son dos excelentes piezas del repertorio. El oscilante órgano de Ray es magistral. De igual modo, y a todo lo largo de la composición de Morrison, la guitarra de Robby Krieger.

La más roquera “You Make Me Real”, con un delicado dejo a “I Feel Good” de James Brown, es una canción cargada de mucha energía en la que destaca Robby con el solo de guitarra. El piano de Ray a lo “honky tonk” nos seduce desde el inicio hasta diluirse entre el resto de los instrumentos.

Luego es el turno de “Peace Frog”, un tema donde Ray va marcando sus acordes y modulando hacia sonoridades más sedosas: “Hay sangre en las calles, me llega al tobillo, ella vino, hay sangre en las calles, me llega a la rodilla, ella vino, sangre en la ciudad de Chicago…” tras la cual sigue “Blue Sunday” donde apreciamos el trabajo de uno de los bajistas invitados y donde Krieger da pinceladas con una guitarra al natural o con poco efecto.

Su sólo es muy delicado y es parte de un entramado vocal: “Conseguí mi verdadero amor en un domingo azul, me vio y dijo que era el único, el único en el mundo”.




Termina Hard Rock Café con “Ship of Fools” tema con una curiosa métrica donde nos canta Jim: “Moría la carrera humana, sin nadie que gritara, gente caminando en la luna, muy pronto te agarrará el smog”

Lado B: Morrison Hotel

Land Ho” abre Morrison Hotel. En mi opinión es la menos efectiva del repertorio por su temperamento algo bufo. Tal vez en el contexto sea más significativa pero no me conmueve tanto como las otras.

La historia es bastante diferente en “The Spy” inicialmente llamada A Spy In The House of Love e inspirada en una novela del mismo nombre escrita por Anais Nin publicada en 1954. En ella la guitarra de Krieger y el piano de Ray nos envuelven misteriosamente.

Jim nos relata: “Soy espía en la casa del amor, se cual es el sueño que sueñas, se las palabras que añoras escuchar, conozco tus temores y secretos más profundos”. Este sencillo blues es uno de mis favoritos de Morrison Hotel.

El próximo tema del repertorio es “Queen of the Highway” (Reina de la autopista): “Fue princesa, reina de la autopista, nadie puede salvarla, salva al tigre ciego, él era un monstruo vestido en cuero negro”.

La movida pieza nos presenta a Ray con un oscilante teclado y varios cambios interesantes. Densmore también destaca en esta canción que junto a la anterior revelan parcialmente la tormentosa relación amorosa de Morrison con Pamela Courson.

Indian Summer” es una sublime y psicodélica pieza en la que Morrison nos dice: “Te amo, el mejor, mejor que los demás, mejor que los que conocí en el verano de indias…” va en parte la letra de éste, el penúltimo tema de Morrison Hotel.

Un efecto de eco en la voz, acompañada por Krieger, nos da la sensación de una experiencia inducida por alguna sustancia prohibida de la época.

Finalmente, Morrison Hotel cierra con “Maggie MGill” tema con un sentimiento similar a “Yer Blues” de The Beatles.“La señorita Maggie M’Gill, vivía en la colina, su padre emborrachó y le dejó el testamento, así que ella fue, fue a Tangle Town…”

Morrison Hotel, bajo la ingeniería de sonido de Bruce Botnik, representa la quinta certificación dorada de la RIAA del cuarteto de Los Angeles. Esa seguidilla de logros por ventas, evidenciaba la popularidad del grupo en aquella época, pese al veto continuo por la indecorosa exhibición de Jim Morrison, quien era considerado como un símbolo sexual por muchas de las seguidoras de The Doors.




Si aún no has escuchado este álbum, dale una oportunidad tomando en cuenta que el cuarteto era poseedor de una clara identidad musical que no era fácil de digerir. La música de The Doors es una de esas que te va cautivando poco a poco con las delirantes letras de Morrison y el apoyo de un trío instrumental sin excesos y con un sonido muy singular.

En su lado más accesible temas como “Light My Fire”, “Hello, I Love You”, “Love Me Two Times”, “Break On (Through The Other Side)” nos cautivan de inmediato. En lo más místico “The End” y “When The Music Is Over” nos exigen un poco más de atención.

Morrison Hotel tiene de ambos.

Leonardo Bigott


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