El retorno a los escenarios madrileños de la banda capitalina no podía haber sido más contundente, con material de su nuevo disco como protagonista
Toundra
Inverfest 2022
Concierto en La Riviera, Madrid
(Enero 27, 2022)
Lo del cuarteto madrileño es difícil de definir. Su música es una mezcla de lo más interesante del post rock instrumental, el math rock y el post metal. No es una propuesta convencional pero tampoco laberíntica.
La ocasión era más que propicia para confeccionar una presentación grandiosa y generosa, tomando en cuenta que estrenaban nuevos temas del recién lanzado séptimo álbum y que el ciclo anterior de conciertos estuvo dedicado a recrear la emblemática película expresionista alemana, El Gabinete del Dr Caligari (leer crónica del concierto en FIAS 2020 aquí).
Tomando en cuenta además la inestabilidad actual -este concierto debía haberse realizado una semana antes- Alberto Tocados (bajo, sinte), Alex Pérez (batería), Esteban Girón (guitarra) y David López (guitarra, sinte) ofrecieron un setlist en el que solo dejaron fuera el álbum debut de 2008 y la mencionada banda sonora.
La convocatoria de público estuvo muy buena, aún a pesar de las circunstancias. Toundra se ha ganado a pulso al público que no cualquier banda de sus características posee.
El comienzo fue apabullante con las tres partes que conforman la suite de 21 minutos “El Odio”, un auténtica montaña rusa en la que Toundra nos lleva sin concesiones. Solo faltó el saxo de Adría Bauzo y quizá por estar de estreno algunos detalles -no graves- de sincronismo de la batería pudimos notar. En todo caso, fue un comienzo apotéosico.
La vista atrás comenzó con “Tuareg” de Vortex (2018), “Bizancio” del ya lejano II (2010) y “Kitsune” de IV (2015), tres temazos de más de ocho minutos cada uno. El primero es uno de los más cercanos al post metal, con explosivos riffs de guitarra.
El segundo es, al contrario, uno de los más melódicos gracias a los arpegios de guitarras, mientras que el tercero es uno de esos temas de ritmo aletargado a lo Godspeed You! Black Emperor o Explosions in the Sky, con una guitarra con reminiscencias a David Gilmour, que sirvió de perfecta balanza entre todo lo anterior y lo que estaba por llegar.
De nuevo ubicados en el presente, interpretaron “La larga marcha”, una de las más atractivas composiciones del nuevo álbum, Hex, con una guitarra a medio camino entre Gilmour y The Edge, y la otra mas densa.
Con “Zanzibar” volvieron a 2010 y levantaron al público con un temazo que bascula entre los riffs metaleros y las atmósferas más posrockeras, con un bajo roncador que es medular en el sonido de Toundra.
Prosiguieron con el magnífico “Mojave” de Vortex, de más de 11 minutos y en el que durante la primera parte Alex Pérez manipula unas delicadas secuencias sobre las que las dos guitarras hacen arpegios de espíritu paisajista. Pasados los primeros tres minutos, explota un contundente ritmo mientras Tocados, Girón y López entran en total sintonía construyendo una pared sonora de amplias proporciones.
Probablemente el mejor tema del concierto y nada hubiera pasado si finalizaban con el.
Sin embargo, quedaba tela de la fina. Para despedir falsamente tocaron “Watt” del nuevo disco, otro tema en el que el saxo ausente resulta fundamental por el matiz que aporta al distintivo sonido de Toundra. Tema salvaje como un grupo de caballos desbocados.
La parte final incluyó dos temas de III (2012), “Ara Caeli” y “Cielo Negro”, y entre ellas otro de Vortex, “Cobra”, casi 20 minutos de guitarrazos radioactivos y ritmos frenéticos que nos dejaron sin aliento y sobre estimulados, con la energía como para enfrentar los cero grados que nos esperaban en la calle.
Toundra es, sin duda, una de las más potentes y singulares agrupaciones españolas, con la virtud de saber combinar magistralmente la densidad guitarrera y la contundencia rítmica, con los matices necesarios para atrapar y no sofocar.
Juan Carlos Ballesta