El 16 de septiembre de 1985 se publicó el quinto disco de la distintiva compositora y cantante inglesa, piedra angular de su carrera
Kate Bush
Hounds of Love
EMI. 1985. Inglaterra
En 1985 la excéntrica cantante, compositora y productora inglesa Kate Bush, nos ofrecía Hounds of Love, álbum que críticos y público consideran su obra más sólida, además de representar el retorno a la aceptación de sus fans, tras un ligero desvarío con The Dreaming, su disco anterior.
Hounds of Love es el quinto disco de Kate Bush. La afamada cantante, que ya había llamado la atención del público con su debutante The Kick Inside en 1978 y los subsiguientes dos álbumes, Lionheart (1979) y Never for Ever (1980), lograba mantenernos en vilo con cada impronta publicada desde entonces.
Sin embargo, sería este álbum, con sus cuatro temas sencillos: “Running Up That Hill (A Deal with God)”, “Cloudbusting”, “Hounds of Love” y “The Big Sky”, que Bush maduraba su concepto musical.
Como si de una suite se tratará, Kate tituló al lado A del disco con el nombre de “The Hounds of Love”, haciendo lo mismo con el lado B, al cual llamó “The Nineth Wave”, desarrollando, en este último, la historia de una persona que yace a la deriva sobre un nocturno mar.
Su temática rindió frutos y esta joya discográfica pasaría a la historia como uno de los más gratificantes discos de todos los tiempos. Y, dada su riqueza tonal, colores y texturas, así ha sido.
Nuestro encuentro inicial con Hounds of Love es la imagen de Kate Bush ataviada con un vestido rosado, foto de su hermano John Cander Bush. Producido por ella para la disquera EMI, Bush despliega a lo largo de 47’33”, una docena de temas en los cuales participan varios de los músicos que la han acompañado desde Never For Ever, cinco años antes.
El repertorio inicia con “Running Up That Hill (A Deal With God)”, donde Kate es acompañada por Alan Murphy en la guitarra, Paddy Bush en la balalaika, Stuart Elliot en la batería y Del Palmer al bajo.
La emblemática pieza comienza con Bush tras las teclas a la que pronto se le adhiere la sección rítmica. Kate nos canta sobre los sentimientos y las mentiras y su acuerdo con Dios, destacando con su vocalización.
Prosigue el enérgico tema título donde le acompañan Elliot nuevamente, además del baterista Charlie Morgan y el cello de Jonathan Williams.
Bush inyecta una mayor dinámica y nos relata: “Está en los árboles, está llegando, cuando era niña, corriendo en la noche…”
La primera tríada culmina con otro sencillo del disco llamado “The Big Sky”. Rica en colores y texturas, Kate es acompañada por Murphy, Morgan y Del Palmer (en las palmadas), Martin Glover al bajo y la percusión de Morris Pert, con Paddy Bush en el didgeridoo, un prolongado instrumento de viento tribal australiano con un profundo sonido.
Kate en parte nos dice, “Ellos ahora miran hacia abajo, perdida, pero ahora no entro…”
En “Mother Stands For Comfort”, Bush abre un poco más su paleta tonal con una tranquila pieza en la que otorga protagonismo al expresivo bajo del reconocido Eberhard Weber, manteniendo a Stuart Elliot tras los tambores.
Luego nos sorprende con un pequeño ensamble de cuerdas llamado The Medici Sextet con arreglos de Dave Lawson en “Cloudbusting”. En la pieza también participan Brian Bath en las voces junto a Del Palmer, con la sección rítmica de Eliott y Morgan. “Aún sueño con Orgonon, despierto llorando, tú haciendo lluvia y estás al alcance cuando tú y el sueño me escapan”.
Abre el lado B con la hermosa “And Dream of Sheep” donde Bush toca el piano y es acompañada por Dónal Lunny en el bouzoki (un popular instrumento de cuerdas griego) y John Sheahan en los silbatos, mientras Kate canta: “Déjame ser débil, déjame dormir y soñar con corderos… despertaré con cualquier sonido de máquina…”
Una más dramática “Under Ice” continúa el repertorio de Hounds of Love con gran trabajo de Kate en el novedoso sintetizador Fairlight, fundiéndose con “Waking The Witch”, en la que Bush experimenta con las voces y los teclados con Murphy, Morgan y Del Palmer como soportes.
Kate demuestra acá sus rasgos vanguardistas cantándonos: “Despierta, un buenos días señora, su temprano llamado de despertar, debe despertarse, despertad hombre, despertad niño, presten atención”
La rítmica “Watching You Without Me” continua el set. Destaca la participación de Danny Thompson en el contrabajo dándole a la pieza un toque de robustez y profundidad.
Un motivo marino se hace sentir con gaviotas al fondo. Bush una vez más experimenta con la voz usando efectos para ello.
Sigue con aires celtas “Jig of Life”, donde John Sheahan deja los silbatos y pone manos a los violines, y Liam O’Flynn le acompaña en las flautas irlandesas tradicionales. Ambos destacan a todo lo largo de la pieza.
La exquisita “Hello Earth”, única pieza no compuesta por Kate Bush, es enaltecida con las voces del ensamble The Richard Hickox Singers, dirigido por el mismo Richard con arreglos de Michael Berkeley.
La obra es un canto tradicional georgiano donde el legendario Eberhard Weber retorna al bajo y Dónal Lunny acompaña en el bouzouki una vez más.
Y culminando el disco, Paddy Bush da otra exótica pincelada con el fujara, un instrumento de viento de importante longitud que tiene su origen en Eslovaquia. Paddy, junto a Kevin McAlea en el sintetizador y secuenciadores, y el afamado y virtuoso australiano John Williams en la guitarra, ponen la guinda de esta obra maestra en “The Morning Fog” (La niebla matinal).
En 1997, la disquera EMI publicó una edición especial con seis temas adicionales que incluyen mezclas y tomas alternas. Un ejemplar infaltable para el incurable fan de la gran y única Kate Bush.
Leonardo Bigott
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