El 7 de noviembre de 2016, a los 82 años, falleció el emblemático poeta canadiense de la canción, dejando una notable influencia
FIRST WE TAKE MANHATTAN, THEN WE TAKE HEAVEN
El gran poeta, ensayista, guitarrista y cantautor canadiense nos ha dejado a los 82 años, dejando tras de sí una estela de gran influencia. Sin su profunda voz y reflexiva poesía el mundo nunca más será el mismo.
Juan Carlos Ballesta
Apenas el 21 de octubre, había sido lanzado su disco nuevo, You Want It Darker, el número catorce en estudio en una carrera musical que comenzó tardíamente, en 1967, cuando Cohen se cansó de dedicarse únicamente a la escritura durante quince años.
Después de sus primeros dos libros de poesía publicados en 1956 y 1961 y su primera novela, The Favourite Game en 1963, Cohen decidió irse a la isla griega Hidra a llevar una vida semi reclusiva y poder escribir con tranquilidad, desde la cual publicó tres nuevos libros, hasta que decidió mudarse a Estados Unidos y comenzar su carrera musical cuando ya tenía 33 años. Ese fue el punto de inflexión.
Era 1967, no cualquier año. Un movimiento contracultural estaba en plena ebullición por toda Norteamérica. El Verano del Amor tomaba lugar en San Francisco, California, y la música folk vivía una etapa de renovación inusitada con Bob Dylan a la cabeza. John Hammond, que había firmado a Dylan para el sello Columbia, hizo lo propio con Cohen.
Desde aquel primer disco Songs of Leonard Cohen, que contenía su emblemática pieza «Suzanne«, la carrera musical quedó hermanada con la literaria para siempre. En 1970 se presentó en el histórico Isle of Wight Festival ante cientos de miles de personas, cerrando la etapa de la utopía hippie. Luego de ello publicó el emblemático disco Songs of Love and Hate (1971)
Durante los 70 no paró (en 1977 Phil Spector produjo Death of a Ladies’ Man, de polémico resultado), y con la llegada de los años 80 su música sumó sintetizadores y sus textos se fueron cargando de temáticas sociales y políticas.
I’m Your Man (1988) es uno de sus grandes testimonios, que fue seguido por The Future (1992), con letras premonitorias y sombrías sobre el devenir de la sociedad que con su voz calmada y profunda potenciaban el mensaje. Y así siguió, incansablemente. En 2006 descubrió que su manager lo estaba estafando desde hacía 10 años y casi queda en la ruina.
La obra de Cohen se paseó recurrentemente por temáticas relacionadas con el amor, el sexo, la religión, la depresión psicológica, la bohemia, la angustia urbana, la política, la filosofía…
Catorce discos en estudio, ocho en vivo, cuatro recopilatorios, doce libros de su autoría y varias biografías, así como unos cuantos discos homenaje, representan una vasta obra que ha llevado a cantantes de diversos estilos a abordar sus canciones, desde Joan Manuel Serrat a Nick Cave, de Joaquín Sabina, Kiko Veneno y Nacho Vegas a Lloyd Cole, Peter Gabriel, Jarvis Cocker y Elton John, y un larguísimo etcétera.
Entre las más notables adaptaciones de su música está Omega, la impresionante colaboración entre el fallecido cantaor Enrique Morente y la banda de rock Lagartija Nick que mezcla canciones de Cohen con poesía de García Lorca, uno de las grandes influencias del canadiense.
Su canción más versionada, “Hallelujah”, es un perfecto epitafio para un creador único e inimitable.
Gracias por tanto, Leonard.