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The Secret Migration, el particular bestiario de Mercury Rev

Mercury Rev

Tras cuatro años de silencio después de dos obras maestras, el grupo neoyorquino regresó a mediados de 2015 con su magnífico sexto álbum

Mercury Rev
The Secret Migration

V2 Records. 2005. EE UU

The Secret Migration, el sexto disco en la valiosa discografía de Mercury Rev, es una sinfonía pop de grandes proporciones. No resultaba fácil para la banda neoyorquina el disco que seguía a dos joyas indiscutibles de la música pop de nuestro tiempo como Deserter’s Song (1998) y All is Dream (2001). Por ello, pasaron cuatro años para dar el siguiente paso

Desde su formación a fines de la década de los 80, el grupo liderado por Jonathan Donahue (guitarrista/vocalista) y Sean Mackowiak, conocido como Grasshoper (guitarras), se convirtió en uno de los puntos focales del nuevo pop neoyorquino.

La sofisticación de sus arreglos, que recuerdan al Brian Wilson de Pet Sounds (1966), el uso de murallas de sonido de corte psicodélico y la voz casi “castrati” de Donahue han mantenido a Mercury Rev en un estatus de culto y como una referencia para muchas bandas alrededor del mundo.

Los largos intervalos de silencio no han hecho sino acrecentar la expectativa ante cada nuevo álbum. Así ha sido desde See You in Another Side (1995), el tercero en la cronología, a partir del cual Donahue se convirtió en el único vocalista y los discos comenzaron a editarse cada tres años, una reposada dinámica que sólo se entiende tras escuchar cada una de las elaboradas obras.

Deserter’s Song fue un disco sorprendente, con ecos de Brian Wilson, Harry Nilsson y Spiritualized. Repleto de delicados guiños psicodélicos y acercamientos al rock sureño, abonó el terreno para la consolidación de una nueva generación de agrupaciones norteamericanas que han redimensionado el sonido del folk y el country.

En 2018, celebrando 20 años, lo presentaron sin orquestaciones y fue una delicia (leer crónica aquí)

A ambos lados del Atlántico fue declarado como una de las joyas de aquel año, un estatus que se extendió en el tiempo. Luego de otros tres años de rumores, se editó All is Dream, una envolvente excursión en terrenos de la psicodelia, el neo-country y el romanticismo pop.

Si bien la continuidad de Mercury Rev se puso en duda durante los años que siguieron, la aparición de The Secret Migration la devolvió a la vida de forma triunfante..

Es un disco emotivo y suntuoso, sin fisuras, cargado de textos sobre amor, pero contados y cantados de manera no convencional en medio de guitarras, melotrones, teremines y una base rítmica tan contundente como eficaz que para el momento conformaban también David Fridmann (bajo, teclados y producción) y Jeff Mercel (batería)

Canciones como la pasional “Secret for a Song”, con la que abre el disco, son pequeñas obras maestras. Pero no es la única. La delicadeza de “Across Yer Ocean”, la lennonianaMy Love”, la catártica “Arise” y la sofisticación pop de “In a Funny Way”, serían suficiente para evaluar positivamente cualquier disco.

Pero como éste no es cualquier disco, la lista de gemas sigue con casi todas las demás, especialmente “Black Forest (Lorelei)”, con su guitarra de aroma hawaiano y piano minimalista, y las emocionalmente poderosas “In the Wilderness”, “Vermillion” y “Diamonds”.

La prestigiosa revista inglesa Mojo calificó al grupo como el “Pink Floyd americano” y a The Secret Migration como su particular Dark Side of The Moon, con la diferencia de que termina de forma más luminosa.

Desde la primera canción se intuía que estábamos en presencia de uno de los más logrados discos del año 2005, cuyo llamativo arte de portada de Amanda Wachob reforzaba el interés.

Mercury Rev reconfirmaba ser una banda sublime y exquisita, que con cada disco sigue invitando a flotar en dimensiones nada terrenales.

Juan Carlos Ballesta