El 4 de mayo de 1973 fue publicada la segunda obra solista del genial cantautor inglés, lanzado tras la primera ruptura de su banda Van Der Graaf Generator
Peter Hammill
Chameleon In The Shadow of The Night
Charisma Records. 1973. Inglaterra
Si hay un músico que ha sido altamente prolífico, constante, prolijo y sorprendente a lo largo de más de cinco décadas, ese genio es Peter Joseph Andrew Hammill, fundador, voz, piano y guitarra de la excelsa banda inglesa Van Der Graaf Generator, la cual ha liderado, coexistiendo con su dilatada carrera solista, por más de 50 años.
En esta ocasión Hammill es acompañado por Hugh Banton (teclas), Guy Evans (batería, percusión), David Jackson (saxos, flauta) y Nic Potter† (bajo), todos compañeros en VDGG, con la producción de John Anthony (Genesis, Queen, Roxy Music) y la audio ingeniería de Pat Moran, Ralph Down, David Hentschel y el propio Hammill en varios estudios de Inglaterra: Sofa Sound (el suyo), Rockfield y Trident.
La imagen que nos da la bienvenida a este vinilo es obra de Paul Whitehead, a quien tal vez muchos recuerdan por las portadas de discos como Trespass, Nursery Crime y Foxtrot de Genesis, o también por las de Fool’s Mate (primer disco solista de Hammill) o The Least We Can Do is Wave to Each Other y Pawn Hearts de VDGG
Para este álbum Hammill compuso ocho canciones (cuatro por lado) que expresan con profundidad varios aspectos de la condición humana, empleando una música con un estilo sui generis.
“German Overalls” abre la primera parte con la guitarra y una dramática voz que en versos libres nos dicen: “Manheim; sábado lluvioso sin dinero ni amigos / Solo el tequila puede acabar con el aburrimiento / Traté de llegar a Londres por un bolsillo de esperanza / Somos niños, andamos a tientas en la oscuridad / Hugh gasta sus últimos marcos en café y queso… / Me siento como un refugiado…”
La letra se refiere a la ruptura de VDGG después de duras experiencias en tour recorriendo Alemania, y en ella se mencionan a Hugh Banton y David Jackson. Siete minutos de intensidad que sin duda reflejan la motivación. Las teclas ambientan con cierto tono sacro mientras Peter dramatiza con varios efectos ondulantes.
El disco continua con “Slender Threads”, una melancólica y delicada canción en la que Peter Hammill se acompaña con la guitarra acústica y algunos efectos que intensifican la interpretación del cantautor, quien nos dice: “Vi tu foto en el Evening Standard / Llevabas tu traje de batalla / Realmente debo confesar que derramé una sonrisa silenciosa por ti / Realmente me había dejado boquiabierto / Me pregunto, ¿sigues siendo tan amable? ¿Sigues siendo tan puro? / Hay otras rimas por aquí en alguna parte, pero no estoy muy seguro de cómo encajan…”
“Rock and Role”, con su desgarrado saxo, discreto teclado y la intensa energía que inyecta la voz de Peter, es la tercera pieza del disco.
Además, el cantante experimenta un poco entrelazando versos que expresan en parte: “Esté atento a los momentos de silenci / solo esperando ser salvados / Espera al creador de mentiras, viene de nuevo / Y hunde sus púas a través de la honestidad / Hazlo rodar con toda la velocidad posible / No dejes que te toque con la vela de su necesidad / O déjalo ser, histéricamente devastando tu tumba / Eres una imagen de emoción, vuelve a ejecutar en un solo cuadro / Eres la reproducción instantánea, no hay posibilidad de cambiar / ¡Sonríe y sonríe, diario viviente! / Darte la vuelta antes de que sea demasiado tarde”
“In The End” cierra el lado A. El piano da las primeras notas con cierto pesar y un intenso dramatismo se apodera de la pieza, que en parte va: “Mis amigos, nunca pensé que irías / Pero, entonces, sabemos que así es como sucede aquí / Ahora el tiempo es como la cuna de un gato en mis manos / Recogemos las hebras lentamente / Los refugiados se han ido… / Ellos toman sus caminos separados”
“What’s It Worth” abre la parte dos con guitarra acústica y una flauta que matiza las composiciones presentadas hasta ahora.
“¿Qué vale estar seguro? / ¿Cuál es la manera de estar cuerdo? / Podría tirarme al jardín en mis manos, podar el césped y cortar las rosas / Pero nunca entiendo como Ser libre”
Seguidamente, piano y saxo nos cautivan en “Easy To Slip Away”, una de las canciones recurrentes en los conciertos de Hammill, en la que se refiere a la pérdida de contacto con sus compañeros de habitación, Mike y la actriz Susan Penhaligon.
“Mis amigos, nunca pensé que irías / Pero, entonces, sabemos que así es como sucede aquí / Ahora el tiempo es como la cuna de un gato en mis manos / Recogemos las hebras muy lentamente / Los refugiados se han ido… Ellos toman sus caminos separados / Borrar el pasado, figuras en un sudario de cenizas / Susie, supongo que estás en camino de ser una estrella /
Pero no sé dónde estás, la única vez que te veo estás en la T.V / Es tan fácil escabullirse…”
Las dos composiciones finales son “Dropping The Torch” y “(In The) Black Room / The Tower”
En la primera Peter se acompaña de la guitarra acústica acentuando ocasionalmente con rasgados que varían en acentuación.
Nos canta: “Jugamos juegos y cada movimiento / Se anota como causa posterior / Y efectivamente encadena nuestra libertad y voluntad de vivir / Nos instalamos en la simple supervivencia / Colgando de nuestros placeres sombríamente… / Nunca debemos dejarlos ir”
En el tema final, Peter Hammill pareciera haber guardado un poco de energía para liberarla aquí a lo largo de varias estrofas, un estribillo y un segmento instrumental. El tema fue compuesto para el disco continuación de Pawn Hearts (1971), el cual quedó inconcluso debido a la ruptura.
Ya había sido tocado en vivo en 1972 y luego recuperado cuando la banda volvió a juntarse en 1975. Acompañan a Peter sus compañeros Hugh, David y Guy.
Nos canta el compositor inglés: “Estaba pensando en pensar Pero realmente no me llevó muy lejos Así que pensé en lanzar un Tarot Pero solo tengo la sacerdotisa y la estrella. Hay una sombra proyectada sobre mi pasado futuro; La habitación y yo acordamos ganar algo de tiempo… Las cartas no dicen verdades ni mentiras Solo opciones y líneas de cúspide: Los muebles de la habitación negra.
Vayamos a 1973 cuando la prolífica carrera en solitario del gran Peter Hammill y dejémonos llevar por su intensa voz y particular forma de componer.
Leonardo Bigott
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