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Nursery Cryme: el histórico  arrullo criminal de Genesis

Genesis Nursery Cryme

El 12 de noviembre de 1971, la legendaria banda inglesa publicó su fantástico tercer álbum, el primero con Phil Collins y Steve Hackett

Genesis
Nursery Cryme 

Charisma Records. 1971. Inglaterra

En respuesta a un anuncio clasificado, Genesis daba vida a lo que hoy consideramos su más prolija formación con la inclusión del carismático Phil Collins (batería/percusión/voz) y Steve Hackett (guitarras).

Talentos de una unidad altamente imaginativa que completaban Peter Gabriel (voz, flauta, percusión), Mike Rutherford (bajo, guitarras) y Tony Banks (teclados). Collins tomaría el puesto de John Mayhew† y Hackett el del tímido Anthony Phillips, inyectándole a la música del quinteto una mayor dosis de imaginación y complejidad.

Esta formación produjo una buena parte de la obra más significativa del grupo que nos dejó magnas obras en álbumes como éste, al que hoy le celebramos medio siglo, Foxtrot (1972), Selling England By The Pound (1973) y el conceptual The Lamb Lies Down On Broadway (1974).

Grabado entre el 2 de agosto y el 10 de septiembre de 1971, Nursery Cryme representa también un importante giro en el enfoque musical de la banda, tomando mayores riesgos que en su antecesor Trespass (1970) -con en que ya se intuía lo que vendría- y el seminal From Genesis to Revelation (1969).

La banda se reuniría en los afamados Trident Studios de Londres para plasmar siete composiciones llenas de fantástica poesía y una agridulce combinación de teclas y guitarras eléctricas y acústicas de seis y doce cuerdas con el acentuado dramatismo de la voz de Peter Gabriel.




Esta obra clásica del progrock, producida por John Anthony (Van Der Graaf Generator, Queen, Roxy Music), con David Hentschel tras la consola como audio ingeniero asistente, tiene como portada la obra del artista Paul Whitehead, quien también elaboró las portadas de los álbumes Trespass y Foxtrot, inspirándose esta vez en la horrenda historia que es el motivo central del primer tema, “Musical Box”. 

El título del disco es una suerte de juego de palabras que traduce, en su acepción habitual, “canción de cuna” pero al que Genesis le ha cambiado el sentido llamándola “arrullo criminal”, un fatal cuento de hadas ambientado en la Inglaterra Victoriana”

Tony Banks da las primeras notas con un aire barroco en la épica “Musical Box” y Gabriel inicia: “Canta Old King Cole para mí / tal vez la cantemos juntos / todos tus corazones están ahora tan distantes de mí / que ya no parece importar / y la nodriza te mentirá / sobre un reino más allá de los cielos / pero estoy tan perdido en este medio mundo / que ya no parece importar…”

Al fondo se escuchan las guitarras y teclas. Las armonías vocales que dan un celestial tinte a la canción, quedan al fondo antes del primer cambio dramático en un pasaje instrumental que se va desplegando de lo contemplativo a lo macabro.

Rock puro brota de las manos de Hackett donde un distintivo glissando es un colorido y breve detalle.

La cáustica guitarra nos va llevando hacia el letal desenlace: “Ella es una dama y es mía / cepilla tu cabello hacia atrás… “He esperado tanto aquí / y ha pasado todo este tiempo / que no parece importar / estás parada allí con tu fría expresión / dudando de todo lo que digo / por qué no me tocas, por qué no me tocas, por qué no me tocas ahora, ahora, ahora”

Luego, Collins se estrena como voz líder en “For Absent Friends”, una cálida y breve canción con las guitarras y voces como protagonistas.

“Domingo a las seis cuando ellos cierran ambas puertas / aún sentados allí / preguntándose si han llegado tarde a misa / y hace frío, así que se ajustan las chaquetas / y cruzan el césped, ellos siempre rezagados…”

Lírica y música dibujan la dominical escena con nostálgico sentimiento. Es importante mencionar el valor agregado de Phil como, cantante, baterista y también como compositor, algo no muy frecuente entre bateristas de la época.




La delicada pieza abre paso a “The Return of the Giant Hogweed”, tema basado en una historia real sobre una tóxica planta que en una de sus partes causa quemaduras al contacto.

Con un sonido entre rock pesado y pasajes pianísticos, Hackett y Banks, esculpen esta extraordinaria pieza que se erige como otro punto alto del álbum para cerrar el lado A dedicado a Heracleum Mantegazziani.

“Da vuelta y huye / nada lo detiene / en cada río y en cada canal / su poder crece / recházalo / debemos destruirlo.

Abre el lado B con un interesante tema llamado “Seven Stones”. Banks da las primeras notas al órgano con un Collins llenando de matices esta atractiva historia con Peter a la flauta y un discreto Hackett.

“Oí al viejo contar su historia / un gitano solo en la tormenta / perdiendo las esperanzas / barre las hojas bajo un árbol / siete piedras yacen en el suelo / en la séptima casa encontró a un amigo y / los cambios sin consecuencia toman las riendas…”, nos relata Gabriel.

Otra loca historieta es “Harold The Barrel”, una canción sobre el morbo que despierta una pareja que está por cometer suicidio y el consecuente sensacionalismo mediático.

Genesis parece interpretar una opereta en este infortunado cuento.

El pintoresco Harlequin” es el personaje de otra breve canción donde las guitarras de Hackett y las teclas de Banks acompañan a Collins y Gabriel en esta pieza compuesta por Mike Rutherford quien es, además, uno de los artífices en las piezas más extensas del álbum.

“Llegó la noche / la niebla disolvió los árboles / y en la quebrada luz / vuelan colores que se desvanecen /  pálidos y fríos mientras las figuras llenan los claros / gris es el tejido que giran y giran / el verano aún permanece a través de las llamas / aunque sus pinturas pronto se agitarán.




Este clásico disco cierra con una mágica pieza basada en un relato de la mitología griega. En esta recreación del mito, Salmacis y Hermafrodito se unen en un solo cuerpo con la venia de los dioses.

Es “The Fountain of Salmacis”, tema donde Banks destaca en el mellotron, instrumento clave de esta excelsa obra. El solo de guitarra de Hackett, al minuto 3:15, es una muestra del osado cambio de Genesis que aquí nos cautiva con sus versos que al inicio nos dice: “Desde un denso bosque de altos pinos / se erige el Monte Ida como una isla / dentro de una cueva escondida / las ninfas han cuidado a un niño; Hermafrodito hijo de dioses, tan temeroso de su amor”

“Mientras el amanecer se arrastra hacia el cielo / el cazador ha avistado a un ciervo / en su deseo por conquistar / se encontró en un claro no antes visitado Hermafrodito ¿padre dónde estás? Dad sabiduría a tu hijo Narrador “Perdido ahora, el niño fue guiado por el sol / sin poder ir más lejos”

Vayamos entonces cincuenta años al pasado para disfrutar de estas fantásticas historias de un Genesis que, como diría el recordado locutor venezolano Alfredo Escalante, sacudió y sacude al mundo.

Leonardo Bigott




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