En diciembre de 1970, la emblemática banda británica de blues rock liderada por el guitarrista Rick Lee, publicó su gran sexto álbum
Ten Years After
Watt
Deram. 1970. Inglaterra
Para el momento en que el grupo Ten Years After acudió a los Olympic Sound Studios de Londres para grabar su sexto álbum, ya se había ganado la reputación de ser una gran banda por su participación en el Festival de Woodstock en agosto de 1969, así como en el Festival de la Isla de Wight en agosto de 1970, en donde descargaron todo su arsenal de blues y hard rock.
Si bien el grupo estuvo conformado por cuatro músicos virtuosos en su respectivo instrumento, tal como lo demuestran clásicos como “I’m Going Home” y “Love Like A Man”, entre otros, Ten Years After no es un grupo recordado con el mismo fervor que han gozado bandas como Black Sabbath o Led Zeppelin; aún así, logró ganarse el respeto y la admiración de sus contemporáneos; y muchos de sus fans todavía lo tienen en alta estima.
A pesar que el álbum Watt fue algo criticado por carecer de algún tema trascendente como lo haría su siguiente disco A Space In Time con la canción “I’d Love To Change The World”, este trabajo tiene mucho feeling y todo aficionado a la música debe conocer.
Comienza el disco con la pieza “I’m Coming On”, que al igual que los demás temas en esta obra, fue escrita por el guitarrista y cantante Alvin Lee, la cual contiene un riff repetitivo de guitarra cuyo solo domina el tema, con la voz de Lee siguiendo su melodía y los demás músicos llevando un ritmo en donde podemos encontrar rastros de Jimi Hendrix.
La canción tiene un sonido psicodélico hacia el final.
La segunda canción, “My Baby Left Me”, comienza como un tema lento en donde los teclados de Chick Churchill tienen una mayor presencia, con unas típicas letras de blues que describen la tristeza de verse abandonado por la pareja.
La canción va derivando en un acelerado rock con el dominio de la guitarra, disminuyendo el paso dando la impresión que la banda está tomando aire, para después acelerar de nuevo.
El bajo de Leo Lyons conjuntamente con la guitarra de Alvin Lee, concluyen el tema que al igual que en la canción anterior, incluye un sonido psicodélico.
Luego escuchamos “Think About The Times”, el cual comienza lentamente con el piano de Churchill, que al agregarle el órgano recuerda un poco al estilo utilizado por los Beatles en su disco Abbey Road.
Las letras describen los momentos de felicidad y tristeza en la vida de una persona, mientras el sonido de la guitarra de Lee remite nuevamente a los Beatles, resonando sobre el piano a lo largo del tema.
El resultado es una balada bastante recomendable.
El primer lado del disco concluye con un dinámico blues que nos remite al estilo de Jeff Beck de aquélla época, titulado “I Say Yeah”, con Alvin Lee utilizando un talk box al momento de ejecutar el solo.
El tema deriva en una gran improvisación en la cual la banda suena como un pequeño conjunto de jazz, para luego volver a sonar como al principio. Las letras describen a un personaje que le dice a su pareja que siempre podrá contar con él.
Un corto tema instrumental de nombre “The Band With No Name”, le da comienzo al lado “B” del disco, con el sonido de una guitarra acústica acompañada de un teclado y los tambores de Ric Lee interpretados en un estilo militar.
La canción da la impresión de formar parte de un soundtrack de una película del oeste, sobre todo al final del tema en donde se escucha un disparo.
Seguidamente escuchamos un sonido semejante a un carro rodando, dando paso a otro blues conducido por el piano de Churchill y que lleva el nombre de “Gonna Run”, en donde el bajo va acelerando el tema junto con una discreta guitarra que lentamente va cobrando protagonismo.
Alvin Lee canta unas letras que describen la limpieza interna de una persona; y la banda vuelve a sonar como un conjunto de jazz con solos de piano y guitarra; el final de la canción le da guiños a la psicodelia con su extraño sonido.
Después suena “She Lies In The Morning”, un tema que comienza como un rock de medio tiempo adornado por una guitarra acústica, entrando después toda la banda descargando todo su arsenal con la gran sección rítmica conformada por el bajista Leo Lyons y el baterista Ric Lee.
Cuando la canción alcanza aproximadamente los 2:50 minutos, se acelera como si la velocidad del disco la aumentaran a 45 revoluciones, derivando luego en un lento blues sobresaliendo el piano de Churchill, ejecutando un solo conjuntamente con la guitarra.
A los cinco minutos aproximadamente, el tema vuelve a acelerarse con la guía del bajo de Lyons para luego volver a cambiar de ritmo. Es como si hubiera tres canciones en un solo tema, lo que devela un sonido muy aproximado al rock progresivo.
De las letras se puede deducir que la protagonista es una chica que aparentemente sufre de depresión.
La última canción del disco, “Sweet Little Sixteen”, es una versión de Chuck Berry grabada en vivo por la banda en el festival de la Isla de Wight, el 29 de agosto de 1970.
Se trata de un simple rock and roll con un buen solo de guitarra por parte de Alvin Lee, y el órgano sobresaliente de Chick Churchill cuando se interpretan los coros, siempre acompañados por la guitarra.
La producción del disco corrió por cuenta del manager del grupo Chris Wright, con el legendario Andy Jones como ingeniero de sonido, asistido por Chris Kimsey.
El diseño de arte, de estética psicodélica, fue responsabilidad de Alan Black (presentador del programa de la BBC, The Sound of the Seventies) y el conocido músico Graham Nash (The Hollies, CSNY).
Rafael Coutinho
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