El 7 de abril de 1997 fue publicado el segundo disco del dúo inglés apuntalando la explosión electrónica del big beat y la fusión con el rock
The Chemical Brothers
Dig Your Own Hole
EMI. 1997. Inglaterra
Desde los años 90 la música electrónica ha vivido un proceso de expansión y progresiva aceptación. Sin embargo, a pesar del indiscutible éxito de muchos grupos y artistas cuya base fundamental son los recursos y sonidos electrónicos, son pocas las propuestas electrónicamente puras que han podido trascender a las grandes audiencias.
El intento de mayor calado proviene de la fusión entre electrónica y otros ritmos urbanos.
El caso más emblemático lo representa el dúo británico The Chemical Brothers, que desde su formación se ha movido en una frontera en la que se entrecruzan el rock, el techno, el house, el hip hop, la psicodelia y el funk.
Esa desprejuiciada mezcla de estilos, de corte netamente bailable, ha permitido a Tom Rowlands y Ed Simons llegar a una variopinta audiencia en escenarios tan variados como discotecas, raves y grandes festivales en los que tradicionalmente el plato fuerte es el rock.
Rowlands y Simons han mostrado una gran inteligencia, haciendo que algunos conocidos nombres del rock, el folk y el hip hop colaboren en sus discos y de esa manera atraer a un público en principio renuente a las propuestas híbridas.
Los orígenes musicales de Tom Rowlands y Ed Simons reflejan un gusto musical de amplio rango. De New Order a The Smiths, de Kraftwerk a Public Enemy, de Cabaret Voltaire a The Jesus & Mary Chain, de Beastie Boys a My Bloody Valentine, un abanico de influencias que los fue permeando de forma progresiva.
Ambos se encontraron estudiando historia en Manchester a finales de los años 80, en pleno apogeo del “Madchester” Sound y de las fiestas raves. Rowlands se había inscrito en la Universidad de esa ciudad porque allí se encontraba The Hacienda, el más famoso club nocturno de la época donde se realizaban las más alucinantes fiestas bailables y en el que concurrían la naciente escena electrónica inglesa y los grupos rock de mayor popularidad, muchos de los cuales se habían dejado seducir por la música de baile (Happy Mondays, Soup Dragons, The Stone Roses, The Charlatans).
Por su parte, Simons había viajado a Manchester porque era la ciudad de The Smiths, Joy Division y New Order.
El duo comenzó entonces a mezclar música en medio de las fascinación que producían en los británicos los locales de las Islas Baleares, especialmente Ibiza. El house, el euro-disco, el funk, el acid jazz, el hip hop, el rock y el soul fueron metidos en una coctelera. El duo adoptó el nombre de Dust Brothers, en homenaje a los productores de Paul´s Boutique, el famoso disco de Beastie Boys, pero tuvieron que cambiarlo por razones legales cuando su fama comenzó a trascender.
Sin abandonar las actividades de DJs, ya de regreso a Londres, deciden construir un estudio casero para realizar su propia música, cuyo primer resultado fue una versión de “Song to the Siren” con samplers de This Mortal Coil y Meat Beat Manifesto. Pronto serían llamados por Primal Scream, Lionrock, Prodigy y The Charlatans para remezclar sus canciones.
El disco debut, Exit Planet Dust (1995), con Tim Burguess de The Charlatans como cantante invitado, se convirtió en un suceso a ambos lados del Atlántico, a partir del cual se acuñó el término “Big Beat”. Las noches londinenses tenian al duo como protagonista gracias a su residencia en el famoso local Heavenly Sunday Social, de cuyas presentaciones surgió la edición limitada Live at The Social Vol 1 (1997).
El segundo disco, Dig Your Own Hole, fue la verdadera catapulta, logrando permear al público norteamericano, tradicionalmente reticente a las propuestas de orígen electrónico. “Block Rockin Beats”, con un sampleo de 23 Skidoo no acreditado en su momento, se transformó en himno de las pistas de baile, mientras Noel Gallagher (Oasis) era la nueva personalidad del rock invitada, cantando en “Setting Sun”, un particular homenaje a la pieza “Tomorrow Never Knows” del disco Revolver (1966) de The Beatles.
El disco no tiene desperdicio. El tema título es un frenético techno-rock, que invita a mover la cabeza como si de un tema hardrockero se tratara. El bajo Ali Friend es protagonista. El polifacético Simon Phillips aporta baterías increibles a lo largo del disco que se funden con secuencias y beats sintéticos.
El tercer tema del disco, “Elektrobank”, también con el bajo de Ali Friend, es un pepazo de ecstasis. Psicodelia, rapeo inicial del legendario jamaiquino DJ Kool Herc, samples de Keith Murray…
En un tempo mas lento, “Piku”, es una especie de hip hop psicodélico en la linea del sello Mo’Wax
Luego de “Setting Sun”, emerge “It Doesn’t Matter”, que se construye sobre un ritmo repetitivo sello de la casa y un sample de la banda psicodélica de los 60, Lothar and the Hand People. Entedida para DJs fue entregada a algunos como un propototipo con el nombre de “Electronic Battle Weapon 1”
Un sinte, una batería mutante y los distintivos handclaps de una Roland TR-909 conducen “Don’t Stop the Rock”, tema compuesto -como el anterior- especialmente para DJs, originalmente titulada “Electronic Battle Weapon 2”
El tema mas corto es “Get Up On It Like This”, de ritmo quebradamente funky con un sampler de “Money Runner” de Quincy Jones, que da paso a “Lost in the K Hole”, de aroma disco-funk gracias especialmente al bajo de Seggs.
La primera mitad de “Where Do I Begin” es el momento pop del disco, con la exquisita voz de Beth Orton y unos hipnóticos loops envolviéndola. La segunda mitad la pieza enloquece con un ritmo mutante.
El memorable final, “The Private Psychedelic Reel”, dejaba claro que los dos inquietos músicos se habian leido el catecismo del rock para mezclarlo con la cultura techno y sampladélica. Participa Jonathan Donahue (Mercury Rev) en el clarinete.
A partir de ese momento, The Chemical Brothers se ganó el puesto como el grupo techno-rock por excelencia.
Surrender (1999) y Come With Us (2002), aunque más predecibles, siguieron alimentando la fama de Rowlands y Simons como dos de los músicos más eclécticos y festivos del planeta.
Juan Carlos Ballesta