El 26 de agosto de 1985 fue editado el sexto disco de la banda inglesa comandada por Robert Smith, un exitoso punto de inflexión en su sonido
The Cure
The Head on the Door
Fiction / Elektra. 1985. Inglaterra
La primera mitad de los años 80 fue un período de gran importancia para The Cure. Sin embargo, fueron cinco años de mucha inestabilidad para la banda, tanto que para 1984 el propio líder fundador Robert Smith no estaba seguro del futuro ya que luego de Pornography (1982) la inestabilidad de la formación era más que evidente.
En el siguiente disco, The Top (1984), salvo por la participación de Lol Tolhurst en los teclados y Andy Anderson en la batería, Smith se encargó de tocar todo lo demás. Fue la época en que Robert estuvo involucrado con Siouxsie, tanto en el disco Hyaena con The Banshees, como en el proyecto paralelo The Glove.
Los tiempos del sonido opresivo parecían ahora tener algunas rendijas de luminosidad gracias a los dos singles editados en 1983, “The Walk” -influido por el synth pop- y la la magnífica “The Lovecats”. Luego, con “The Caterpillar”, único single de The Top, reforzó la intención.
Pero el gran punto de inflexión en la carrera de The Cure ocurrió en 1985 con The Head on The Door, disco con el cual la idea de banda volvió a ser una realidad, gracias a la que probablemente haya sido la mejor alineación con Robert Smith (voz, guitarra, teclados, producción), Lol Tolhurst (teclados), Boris Williams (batería), Porl Thompson (guitarras, teclados y diseño de arte junto a Andy Vella) y Simon Gallup (bajo), quien regresaba a la banda tras una ausencia de dos años luego de la trilogía Seventeen Seconds, Faith y Pornography.
Con este álbum, Smith estableció una fórmula ideal que junto a Kiss Me Kiss Me Kiss Me (1987) y Disintegration (1989) conforma la gran trilogía que llevó su sonido a grandes audiencias sin perder la base de fans más cercana a su sonido oscuro e incluso a la crudeza punk de su origen.
Los 10 temas de The Head on the Door
Así, el sexto álbum de The Cure comenzaba con “In Between Days”, uno de los temas más pegadizos de toda su discografía.
Todo en su sitio en esta maravillosa pieza: el sonido distintivo del bajo de Gallup con reminiscencias de New Order, el melódico sintetizador de Tolhurst, las guitarras principalmente acústicas, la potente batería de Williams y la voz de Smith en su faceta más melódica.
La letra, que habla de pérdida, refuerza el poder de una melodía inolvidable: “Ayer me sentí tan viejo / sentí como si fuera a morirme / Ayer me sentí tan viejo / eso me hizo querer llorar / Anda, anda solo márchate / anda, anda tu elección ya está hecha / anda, anda y desaparece / anda, anda lejos de aquí”
La canción se convirtió en un éxito mundial, llegando a oídos de quienes sabían poco o nada de The Cure, apuntalada por un vídeo que rotó intensamente en MTV
El disco continúa con “Kyoto Song”, un tema de tempo medio con un cierto aire a la última etapa de Japan, en la que destacan los teclados.
Sorprendentemente, “The Blood”, introducía aires flamencos y arabescos como nueva influencia (no muy desarrollada después), además de referencias cristianas.
Parte de su letra dice: “Dime quién no ama / Lo que nunca puede volver / No puedes olvidar nunca lo que sentías / La ilusión es profunda / Es tan profunda como la noche / Puedo decir por tus lágrimas que lo recuerdas todo / Estoy paralizado por la sangre de Cristo / Aunque me nuble los ojos / Nunca puedo parar”
La sólida batería introduce “Six Different Ways”, tema de cierto aire naif si analizamos las sonoridades de los teclados, que por un lado suenan algo arabescos y por el otro con cierto aire infantil.
La letra tampoco da muchas pistas sobre el fondo de esta pieza, quizá la menos interesante del disco.
En contraste aparece la musculosa “Push” para cerrar el lado A, tema más arraigado con el sonido The Cure, con una larga introducción instrumental de casi dos minutos y medio, como es habitual en muchas otras composiciones.
El lado B comienza con “The Baby Screams”, con algunos elementos de percusión de la nueva generación digital, que se entrelazan con la densidad del bajo y las guitarras.
Aparece entonces “Close to Me”, otro de los temas claves del disco y de la larga historia de The Cure.
Al comienzo conducido por las palmas y la intrigante respiración se une el gentil sintetizador, hasta que la voz de Smith hace su entrada para cantar: “He esperado durante horas para esto / me he dado tanto asco a mí mismo/ Desearía haber estado dormido hoy / nunca pensé que este día llegaría a su fin / nunca pensé que esta noche pudiera estar así de cerca de mí / Solo intento ver en la oscuridad / simplemente intento hacer que funcione / para sentir el miedo antes de que tú estés aquí / Hago que los fantasmas se acerquen demasiado / me saco los ojos / aguanto la respiración y espero / hasta que tiemblo”.
Tres versiones diferentes se editaron en 1985. La primera y original la que aparece en el disco, otra para el single y la que se usó para el compilado Standing on the Beach (1986) y el videoclip de Tim Pope que incluye los metales de Rent Party inspirados en una marcha fúnebre de New Orleans.
“A Night Like This”, camina en el filo entre la nocturnidad y el día. Smith había logrado moverse en ambos mundos con inusitada destreza, agradando a unos y otros. Esta pieza es un perfecto ejemplo.
El saxo de Ron Howe agrega un valor considerable
El potente bajo distorsionado de Gallup, que recuerda a J.J Burnell de The Stranglers (banda que para entonces Smith consideraba entre sus cinco favoritas), conduce la corta e indispensable “Screw”, cuya crudeza es matizada por el teclado de Tolhurst.
El cierre del disco es “Sinking”, pieza de atmósfera sigilosa con un bajo estupendo en la línea de Mick Karn (Japan) y envolventes teclados, con otra larga intro instrumental que finalmente da paso a la sosegada vocalización de Smith.
El 26 de agosto de 1985, The Head on the Door, fue publicado y de inmediato recibió críticas positivas que hacían notar la nueva dirección en el sonido del grupo. El disco se ubicó en los Top 20 de muchos países y sobre todo, llamó la atención del público norteamericano como ningún otro disco anterior de The Cure.
Fue nombrado el disco del año para el desaparecido semanario inglés Melody Maker, mientras que NME lo catálogo de manera favorable como “muy pop” y “abundante en melodías”.
La producción compartida entre Smith, Howard Gray y Dave M. Allen (The Sisters Of Mercy, Depeche Mode, Wire, The Human League) contribuyó en gran medida a la nueva estética que Robert Smith pretendía darle.
Juan Carlos Ballesta