Publicado en noviembre de 1971, el grupo inglés continuaba su misión exploratoria fusionando una diversidad de géneros bajo un lenguaje anclado en la genialidad de Steve Winwood y Jim Capaldi†.
Traffic
The Low Spark of High Heeled Boys
Island Records. 1971. Inglaterra
Grabado apenas un mes antes de su publicación, Traffic llegaba a su quinta obra discográfica continuando una interesante combinación de música clásica, folk, jazz y rock con algunas variables en su sección rítmica que ahora traía a Rebop Kwaku Baah† en la percusión, Jim Gordon (Derek and The Dominos) en la batería y Ric Grech† (Blind Faith) en el bajo y violín. Esta encarnación de “muchachos entaconados” la completaban la tríada del flautista/saxofonista Chris Wood† y los mencionados Steve Winwood y Jim Capaldi.
La banda, que ya nos dejaba varias memorables grabaciones como el excelente debutante Mr. Fantasy (1967), Traffic (1968) y John Barleycorn Must Die (1970), nos ofrecía ahora seis estupendos temas a lo largo de cuarenta minutos con Brian Humphries tras la consola y la producción del extraordinario multi instrumentista y piedra angular Steve Winwood.
Nuestro contacto inicial es la cúbica obra con las esquinas cortadas de Tony Wright quien ya había trabajado para Bob Marley y Bob Dylan.
“Hidden Treasure” abre el set con la flauta de Wood y la guitarra y voz de Winwood. Enraizada en el folk, el sexteto nos relata: “Ve a caminar, ve a caminar por el río / tienes mucho, tienes mucho que aprender / si tienes una mente abierta / si tienes un corazón que anhela” “Si escuchas, si escuchas el agua / escucharás el sonido, escucharás el sonido de la vida / hay un millón de voces diferentes, hay felicidad y hay lucha”
Wood sobresale con un sencillo y emotivo solo de flauta.
“El tesoro escondido” es seguido del encumbrado tema titulo. Traffic nos va cautivando a lo largo de once minutos que inician con Chris al saxo, para dejar a Steve con un solo de piano, no sin antes decirnos: “Si ves algo que parece una estrella / y está disparando desde el suelo / y tu cabeza da vueltas por culpa de una guitarra ensordecedora / y no puedes escapar de ella / no te preocupes, te sucederá / fuimos niños alguna vez / y eso que estás oyendo es la poca chispa de los chicos entaconados…”
El despiadado solo de saxo es uno de los atractivos de este clásico tema. Vale destacar el rol de Rebop como soporte rítmico y, por supuesto, el piano de Steve.
Esta excelente pieza sobre la cultura de las drogas, tan marcada en aquella era, es también una expresión que se refiere a “la mezcla de heroína y cocaína”. El lenguaje jazzístico del grupo en este tema es sobradamente elocuente.
Cierra el primer lado del vinilo el sencillo “Rock & Roll Stew”, uno de dos temas con Capaldi en la voz líder.
Destaca en este rock con elementos funky y latinos la guitarra en las manos de Steve. Compuesta por Grech y Gordon, Capaldi nos cuenta: “Sentado en un transitar toda la noche / tocando en clubes y rockeando / el camino se ha hecho largo desde que empecé a perder mi tiempo / desearía estar de nuevo en casa bebiendo mi vino”
Abre el lado B del disco la melodiosa “Many A Mile to Freedom” compuesta por Jim Capaldi (erroneamente referido como Anna Capaldi en primeras ediciones) y Steve Windwood.
En ella son fundamentales el ajustado solo de guitarra y los matices de Wood en la flauta. El discreto piano eléctrico es también cómplice en esta pieza.
“Una de muchas millas hacia la libertad / muchas sonrisas para contar / pide al azul ave desde el corazón de un pozo del deseo / llama a mi ciervo para que paste aquí / llama a mis granos a crecer / entonces fluiremos como el río / entonces nos derretiremos como la nieve”, nos canta Steve antes de dejarnos con la más agitada “Light Up or Leave Me Alone” con Capaldi al micrófono para contarnos que “A veces siento desvanecerme / me ves pero no tengo nada que decir / no me molestes con tus juegos / o me animas o me dejas solo”
Cierra nuestro festejado disco el tema “Rainmaker” con Mike Keller† (pocos años después baterista de The Only Ones) sustituyendo a Gordon, y Capaldi en la percusión y coros.
Wood inicia con su flauta esta composición donde el ensamblaje vocal a modo de mantra nos cautiva. Durante casi ocho minutos, Traffic parece hipnotizarnos con el reiterado motivo, “Hacedor de lluvia, hacedor de lluvia, el cielo está llorando” escuchamos una y otra vez.
El saxo es copartícipe en este excelente cerrador donde Traffic deja fluir una energía liberadora con la guitarra y los vientos a modo de un controlado jam.
Giremos el reloj al lado contrario para escuchar acuciosamente este excelente disco que cumple cincuenta años de su lanzamiento.
Leonardo Bigott
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