El 27 de octubre de 2006, la venerada y tristemente malograda cantante inglesa publicaba su superlativo segundo y último disco
Amy Winehouse
Back to Black
Island Records. 2006. Inglaterra
El 23 de julio de 2011, la cantautora inglesa Amy Winehouse†, pasaba a formar parte del llamado Club de los 27, una fatídica lista de artistas que han dejado esta vida a los 27 años de edad y en los momentos más significativos y de mayor auge de sus carreras. Una lista a la que se echa mano a menudo, pero que en realidad no deja de ser un recurso fácil.
Jimi Hendrix, Janis Joplin, Brian Jones y Kurt Cobain son algunos de los “miembros” de esta lúgubre lista que incluye a nuestra celebrada Amy.
Era casi una muerte anunciada y a pesar de los consejos de muchos músicos famosos que habían atravesado auténticos calvarios debido a sus adicciones, Amy sucumbió.
Su carrera fue muy corta pero significativa, especialmente por el grandioso segundo disco, luego del cual fue imposible un mínimo de estabilidad para poder acometer un tercer álbum. Su rápido ascenso a la fama se transformó en un calvario.
La carismática contralto comenzó a labrar su carrera como miembro de la prestigiosa National Youth Jazz Orchestra y para 2002 ya grababa varios temas para la compañía Simon Fuller’s 19 Managment, empresario creador del formato “Idol” (American Idol) que tanto furor ha creado alrededor del mundo y gran amigo del agridulce Simon Cowell.
La cantante destacaba por su ecléctico estilo, una mezcla inteligente de jazz, r&b, blues y soul que ya desde su primer álbum Frank, de 2003, daba que hablar haciéndose de una nominación al prestigioso Mercury Prize y recibiendo también el Ivor Novello Award por el tema “Stronger Than Me” como Mejor Canción Contemporánea.
El premio es otorgado por la Academia Británica de Autores y Compositores.
Back to Black, su segundo álbum, es una magnífica obra discográfica aclamada mundialmente, nominada al British Album of the Year, acreedora de un British Female Solo Artist, un Ivor Novello Award, por segunda vez, por el tema “Rehab” y varios Grammy® que la convirtieron en la primera mujer británica en hacerse de tantos premios en una sola noche: Best New Artist, Record of the Year y Song of the Year (for “Rehab”), además de Best Pop Vocal Album.
Grabado entre 2005 y 2006 en varios estudios de Nueva York, Londres y Miami, bajo la producción de Mark Ronson y Salaam Remi, Back to Black reúne once temas centrados en el engaño, la infidelidad, el dolor y la culpa de las relaciones amorosas y las consecuencias de los excesos en la vida.
La exitosa “Rehab” inicia el set con una pegadiza y emotiva interpretación en la cual la fallecida cantante nos dice: “Ellos intentan llevarme a rehabilitación / pero yo digo no, no, no / sí, he estado en la oscuridad pero cuando regrese sabrás, sabrás, sabrás / que no tengo tiempo / y si papi cree que estoy bien / trata de hacerme ir a rehabilitación / pero no iré, iré, iré…”
Luego Amy nos sorprende con “You Know I’m Not Good” con unos acentuados vientos entre versos que relatan una depresiva escena:“Te veo en el bar y lastima / te enrollas las mangas de tu camiseta / tú dices ¿qué hiciste con él hoy? Y me inhalas / como si fuera Tanqueray…”
En “Me and Mr. Jones”, con un sonido muy al estilo del r&b de los 50, Amy nos dice: “Nadie hay entre Mr. Jones y yo / somos Mr. Jones y yo…”
Una dulce y melodiosa “Just Friends” es la cuarta pieza del set. Una suerte de reggae al estilo Winehouse donde la escuchamos decir: “¿Cuándo llegará el momento de ser tan solo amigos? / nunca estamos a salvo / ni siquiera en la noche / por que he estado tomando / ni en la mañana cuando tu cosa funciona / siempre es peligroso / cuando todos duermen / y he estado pensando ¿podemos estar solos?
Los versos anteceden a la triste “Back to Black” donde la inglesa relata: “Regresaste a lo que conocías / hasta ahora ausente de todo lo que hemos pasado juntos / y he dejado huellas tormentosas / mi suerte está apilada / regresaré a la oscuridad…”
Es uno de los temazos del disco, con emotivos arreglos de cuerdas
Amy continúa con “Love Is A Losing Game”, el punto medio del disco con un poco de r&b y soul y una interpretación de alto calibre que es terreno común a lo largo del álbum.
Más de una veintena de músicos acompañaron a Amy Winehouse en este estupendo álbum. Entre ellos, el bajista Nick Movshon, el baterista Homer Steinweiss, los guitarristas Thomas Brenneck y Binky Griptite, el pianista Victor Axelrod, la sección de cuerdas liderada por Perry Montague-Mason y una sección de vientos con Steve Sidwell en la trompeta, los saxos tenores de Jamie Talbot y Mike Smith, los altos de Chris Davis y Andy Mackintosh y Salaam Remi en el contrabajo, quien es además una pieza fundamental en la excelente producción de esta laureada obra.
La siguiente tríada la conforman “Tears Dry On Their Own” -co-escrita con los legendarios Ashford-Simpson– y en la que Amy nos cuenta algunos sinsabores en la relación de pareja con una música contrapuesta a la lírica en cuanto al temperamento de éstas.
“Todo lo que puedo ser para ti / es la oscuridad que ya conoces / y este arrepentimiento al que estoy acostumbrada / fue una vez tan perfecto / cuando estábamos en la cumbre / yo esperando por ti en el hotel”, nos dice la genial cantautora.
“Wake Up Alone” es otra triste canción sobre una mujer que entre sus quehaceres deja correr su imaginación para entregarse a la fantasía con ella y un ser amado. La pieza es seguida de la canción “Some Unholy War”. En esta “profana guerra” la recordada Amy nos dice: “Si mi hombre estuviese luchando / una guerra profana / estaría detrás de él / de pie a su lado / con una fortaleza por él desconocida / eres tú por quien lucho / él no puede perder conmigo apoyándolo / me niego a abandonarlo…”
“He Can Only Hold Her” y “Addicted” completan este multimillonario e increíble disco. La primera de ellas compuesta por Winehouse, Richard Poindexter y Robert Poindexter, nos dice:“Él sólo puede tenerla por un tiempo / las luces están encendidas / pero no hay nadie en casa / ella está vacante, su alma ha sido robada, / él piensa, ¿de qué huye ella?
En la segunda, el título lo dice todo.
Como todo buen disco en este estilo, el limpio acompañamiento instrumental esta lleno de sutiles detalles. Y no es para menos, con una obra llena de sorpresas en su concepción instrumental. Cellos, trompetas, saxos, violines, palmadas, arpa, piano eléctrico, pero lo mejor, sin artilugios ni excesos.
Amy Winehouse y amigos logran el equilibrio necesario para hacer de este disco un verdadero clásico.
Leonardo Bigott
¿Interesado en comprar éste u otro disco de Amy Winehouse, o merchandising? Como un Afiliado de Amazon, recibimos una comisión por compras realizadas. Gracias