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Dean Wareham: reviviendo el espíritu indie de Galaxie 500

Dean WAreham
Foto: Juan Carlos Ballesta

El músico neoyorquino nacido en Nueva Zelanda, ofreció en Madrid un sentido show revisando su nuevo disco y el clásico On Fire de Galaxie 500

Dean Wareham
Concierto en Independance Club, Madrid
Producción: Houston Party / SON Estrella Galicia

(Julio 12, 2022)

 
Han pasado 33 años de On Fire, el segundo álbum del trío neoyorquino Galaxie 500 y Dean Wareham sigue manejándose con los mismos códigos del indie pop del cual aquella venerada agrupación fue piedra angular.

Dean y su esposa, la bajista Britta Phillips, apenas finalizaron el show, corrieron al improvisado lugar dispuesto en un lateral de la sala, para vender LPs de su reciente trabajo, CDs, el libro de memorias, camisetas y más, autografiando a todo el que lo deseaba. La independencia ha sido la norma desde Galaxie 500, pasado por Luna, Dean & Britta y en solitario. “Atendido por su propio dueño”, es el slogan de Dean que lo hace tan cercano.

Wareham conserva un publico fiel y ferviente, conocedor de su obra. En Madrid y el resto de ciudades visitadas en España, los fans salen hasta debajo de las piedras.

La última visita de Dean y Britta a Madrid había sido con Luna en 2018 en el Festival Get Mad! (crónica aquí) y en 2020 debía haberse realizado este concierto en el que celebraba los 30 años de On Fire, el gran disco de Galaxie 500. Pero se atravesó la pandemia.




Dos años después y con un nuevo disco como solista, I Have Nothing To Say To The Mayor Of L.A (2021), Dean aterrizó en España para finalmente rendir tributo a aquel importante disco publicado por el sello independiente inglés Rough Trade en 1989, probablemente el momento culminante para Dean Wareham (guitarra, voz), Damon Rukowski (batería) y Naomi Yang (bajo, voz), antes de que se resquebrajara esa relación.

Ryder The Eagle: la sorpresa

La jornada contó con un abridor fuera de la norma. Se trató de Ryder the Eagle, el nombre artístico del francés Adrien Cassignol (ex miembro de Las Aves y The Dodoz).

Se presentó vestido de charro mexicano, tal como en el vídeo de “Follymoon”, la canción que da nombre a su álbum debut publicado este 2022. La razón es que Cassignol se mudó a México, lo que evidentemente se refleja de un modo u otro en su propuesta.

Varias veces explicó, en un español bastante decente, que las canciones del disco tratan todas sobre su reciente divorcio. A ciencia cierta no sabemos si es una realidad o es un argumento para darle rienda suelta a una serie de pequeñas historias relacionadas que le sirven también para montar un divertido show en el que despliega unos frenéticos pasos de baile y pasa la segunda parte entre el público, haciéndole declaraciones de amor a varias chicas, subiéndose a las barras.

Luego de interpretar vocalmente buena parte de los temas del disco sobre las pistas disparadas desde un teléfono (con la lógica pérdida de calidad sonora), ya con el pecho descubierto, Ryder the Tiger fue despedido con sinceros aplausos.

Ryder the Eagle
Foto: Juan Carlos Ballesta




Wareham entre el pasado y el presente

Acompañado de Britta, quien hace un trabajo fantástico en el bajo Serek y en la segunda voz, el guitarrista Derek See (parte también de The Chocolate Watchband, Rain Parade, The Gentle Cycle) y el baterista Roger Brogan (a quien le celebraron el cumpleaños con cava), Wareham dividió el concierto en dos partes.

La primera -más corta- estuvo dedicada a su nuevo disco, del cual eligió tocar cinco temas, es decir, la mitad de su contenido.

The Corridors of Power” fue un comienzo ideal. La pieza presenta a Wareham en todo su esplendor, con guitarras reminiscentes a Spacemen 3. La siguiente, “The Last Word”, es una de esas piezas de tempo sosegado y hedonista distintivas de Wareham, con unos exquisitos coros cortesía de Britta y las dos guitarras haciendo un crescendo magnífico.

Siguieron con “Robin & Richard”, en la que fue posible distinguir influencias de The Go-Betweens. Con su tempo algo más acelerado fue el perfecto puente con la sentimental “As Much As It Was Worth”, una pieza que habla de la juventud y de la pérdida de la persona amada. Punto álgido, sin duda.

Esta muestra del nuevo disco fue cerrada con “Cashing In”, un tema de aroma nostálgico cuya letra en parte dice: “Solía pensar / que estábamos al borde / Podría ver crecer mi fortuna / solía pensar / que nuestro barco estaba llegando / No me estoy vendiendo, estoy cobrando /Todos mis acordes eran acordes menores / Sin seis mayores ni Si-disminuido

Dean WAreham
Foto: Juan Carlos Ballesta

Tras estos cinco temas, Wareham anunció que comenzaría la revisión de On Fire, el cual fue revisitado en un orden algo diferente al original, quizá síntoma de que si el disco hubiera sido concebido hoy el hilo conductor sería así.

La dupla inicial si permaneció incólume. La melancolía de “Blue Thunder” dio inicio y nos hizo retroceder hasta aquel 1988 cuando Galaxie 500 resplandecía en el universo indie. El falsete de Dean sigue funcionando, y en “Tell Me” lo reafirmó. El tema dio para la primera intervención notable de Derek See y su Epiphone, desde su ubicación poco iluminada, entretejiendo con la Gibson de Dean, una hipnótica telaraña.

Derek See
Foto: Juan Carlos Ballesta




El primer momento explosivo fue “When Will You Come Home”, en la que una línea de bajo estupenda dirige los primeros minutos hasta que las guitarras y batería se desatan. Al final, fue el momento propicio para brindar por el cumpleaños de Brogan, mientras el público le cantaba en español.

Brogan tiene un estilo poco ortodoxo, a veces parecía incluso algo inseguro, lo que motivaba que Dean o Derek tocaran segmentos de espaldas al público para señalarle los compases finales. La baqueta derecha la coge por la mitad, cosa poco común.

Tras la tormenta sobrevino la calma con “Snowstorm”, tema de evidente inspiración en Velvet Underground. De nuevo la tonalidad aguda de Wareham afloró, y en la parte final el efecto wah-wah con el pedal de volumen le infirió aroma psicodélico a lo Spaceman 3.

En “Decomposing Trees” tuvieron la difícil misión de suplir el saxo de Ralph Carney, pero ambas guitarras lo lograron.

Aunque a lo largo del show Dean Wareham se mostró relativamente relajado, sonriendo de vez en cuando, también soltó alguna mueca de cierto tedio o quizá cansancio.

Dean WAreham
Foto: Juan Carlos Ballesta

La realidad es que Britta Phillips es la que irradia un aura especial, con su naturalidad, abundantes sonrisas e intentos de hablar en español.

Britta Phillips
Foto: Juan Carlos Ballesta
Britta Phillips
Foto: Juan Carlos Ballesta
Britta Phillips
Foto: Juan Carlos Ballesta

Su turno de cantar llegó con “Another Day” -que originalmente cantaba Naomi Yang– y el gran resultado de su esfuerzo fue recompensado por el público. Luego abordaron “Plastic Bird”, que permitió disfrutar de nuevo de los mejores guitarrazos de la noche.

Dean & Britta
Foto: Juan Carlos Ballesta

Leave the Planet” contó con una estupenda segunda voz de Britta y una guitarra de Dean fantástica. Había quedado la escena servida para la sentida versión de “Isn´t a Pitty” de George Harrison (All Things Must Pass, 1970), que empezó Dean con algo de timidez.

El performance fue ganando en intensidad, en especial cuando se incorporó la base rítmica. Con ella pretendieron despedirse, pero regresaron para interpretar el tema que faltaba




Todos tenemos nuestros temas consentidos, pero probablemente “Strange” sea el preferido de la mayoría del disco On Fire, y se demostró con la audiencia cantando.

Sin duda, es un tema inolvidable, siempre presente. Es como un “himno indie”.

Agradecidos con el público presente, bajaron casi de inmediato a atender su itinerante tienda de merchandising.

El verdadero espíritu del indie nos envolvió.

Juan Carlos Ballesta


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