El 19 de marzo de 1971 vio la luz el cuarto álbum de la banda británica, el gran punto de inflexión en una carrera única en el rock
Jethro Tull
Aqualung
Chrysalis. 1971. Gran Bretaña
La trascendencia de un disco se mide de diferentes maneras: el momento histórico en que fue editado, el estado de gracia de sus autores, lo novedoso de su contenido, el encanto de las canciones, el arte de la portada.
El cuarto disco de Jethro Tull es su más exitoso y un punto de inflexión en su carrera. Pasan los años y las décadas y siempre provoca redescubrirlo, así lo hayamos escuchado varias decenas de veces.
En el mundo de la música pop son pocos los grupos que pueden mantener durante varias décadas una carrera exitosa y continua. La banda británica Jethro Tull ha sobrevivido a más de cinco décadas de modas, corrientes y estilos musicales, con una línea estética lo suficientemente consistente y reconocible como para ocupar un privilegiado lugar en el Olimpo del rock.
Más de veinte discos en estudio, múltiples grabaciones en vivo y compilaciones de diverso alcance apuntalan una hoja de vida envidiable. Detrás de esa gesta se encuentra el inquieto flautista y compositor escocés Ian Anderson, aunténtico cerebro y motor de un proyecto de sonido único.
Jethro Tull: llegó para conmocionar
Influenciada en principio por el blues y el jazz, luego en los años 70 por el rock progresivo, el folk y la música medieval y más tarde en los 80 por el hard-rock y el synth pop, la vigencia de Jethro Tull ha estado fundamentada en el inmenso talento musical y perseverancia de Anderson, un hombre que ha sabido desdoblarse en varias facetas: compositor, cantante, guitarrista, showman y excepcional flautista.
Desde el comienzo, Jethro Tull se constituyó en la impactante nueva cara del blues hecho en Inglaterra, con una serie de desafiantes presentaciones matizadas de jazz y rock que conmocionaron a los bluesistas gracias al uso de la flauta que ejecutaba un escocés con aspecto de pordiosero.
Así graban This Was (1968) y Stand Up (1969), los discos que sirvieron para entender que había llegado una banda diferente a todas. Poco después, Benefit (1970), cerraba la etapa de progressive-blues y se abría la época más productiva, exitosa e influyente del grupo, que comenzó con una de las obras capitales de la historia del rock y el disco más vendido en la historia del grupo: Aqualung.
La irrupción triunfal de Aqualung
Aqualung fue registrado en varios períodos de 1970 en el reinaugurado estudio de Island Records en Londres, con Led Zeppelin grabando su famoso cuarto disco en la sala pequeña.
Muchas de las canciones tenían un carácter acústico, entre ellas “Cheap Day Return”, “Wond’ring Aloud”, “Slipstream” y “Mother Goose”, la mayoría por debajo de los dos minutos de duración, con poca presencia de la flauta en la tres primeras.
De alguna manera reflejaba una cierta inestabilidad en el seno del grupo, tomando Anderson las riendas con guitarras acústicas y el apoyo sutil de John Evan en teclados y David Palmer (hoy día Dee Palmer) en los maravillosos arreglos de cuerdas.
El bajista Glen Cornick había sido expulsado y sustituido por Jeffrey Hammond, un viejo amigo de Anderson que sin embargo en ese momento aun no era tan hábil con el instrumento.
Según Anderson, las principales influencias fueron Roy Harper y Bert Jansch, dos de los personajes claves en el revival del folk británico.
“Up to me”, se ubica en el terreno medio entre lo acústico y eléctrico, con la flauta y la guitarra eléctrica de Martin Barre compartiendo protagonismo junto a la voz.
Los grandes clásicos de este disco son “Cross-Eyed Mary” –sobre una prostituta–, “My God” –que trata el tema religioso de forma irreverente– la soberbia “Locomotive Breath” y el tema homónimo, “Aqualung”, el cual paradójicamente, siendo el más conocido de Jethro Tull, no incluye flauta.
De ellas, “My God” era ya un tema conocido debido a que formó parte del repertorio en vivo durante 1970, con presentaciones memorables como en Isle of Wight Festival, y había generado discusiones sobre su contenido sobre Dios, religión y fe, logrando que un disco de contenido intelectual y filosófico llegara a un público amplio y vendiera miles de ejemplares.
“Locomotive Breath”, hablaba, 50 años atrás, de la sobrepoblación mundial, cuando era un tercio de lo que es hoy. Su proceso de grabación fue inusual ya que Anderson grabó flauta y voz sobre un hi-hat tocado por él mismo que servía de metrónomo.
El clásico tema que abre el disco fue compuesto por Anderson junto a su pareja de entonces Jennie Franks y trata sobre un indigente llamado “Aqualung”, representando el último eslabón de la jerarquía social, sin hogar, enfermo, solitario, de inclinaciones pedófilas, con el cual Anderson parece establecer una relación de cierta compasión desde la perspectiva del otro personaje que le dice: “Aqualung mi amigo, no te sientas incómodo ni lejano”
Aunque no es ni remotamente el tema más famoso del disco, aunque si uno de los más poderosos, la única canción editada como single fue “Hymn 43” y en ella vuelve a tratar el tema religioso, en este caso reflexionando sobre la hipocresía que convierte a la religión en una especie de entretenimiento.
Algunos críticos de la época afirmaron que Aqualung era un álbum conceptual, relacionando erróneamente la temática de varios textos, pero sobre todo interpretando la forma en que se dio nombre a cada lado (“Aqualung” al lado A, y “My God” al lado B).
Anderson ha repetido que nunca fue la intención, y quizá para desquitarse concibió inmediatamente uno de los más importantes discos conceptuales de la historia, Thick as a Brick (1972).
El tema que cierra el disco es “Wind Up”, que también toca el tema religioso y da forma a la trilogía de temas incluidos en el lado B que se orientan en esa dirección.
Entre los aspectos que hicieron trascendente a este álbum está el arte realizado por Burton Silverman, que presenta en portada un retrato en acuarela del personaje Aqualung, que tanto Anderson como Silverman reclaman ser.
En la contraportada, un retrato del mismo personaje en la calle acompañado con un perro resulta reminiscente del primer disco, This Was, en el cual la banda en pleno aparece en portada con aspecto de pordioseros, rodeados de perros. Tras batallas por la posesión y el mercadeo de ese arte fuera de su función de acompañar al disco, fue robado y ahora lo posee una familia desconocida.
Aunque en su momento fue tratado con cierto desgano por la crítica especializada y catalogado de pretencioso, el tiempo ha ubicado a Aqualung recurrentemente en puestos de privilegio en las listas de mejores discos de rock de la historia. Es el disco más vendido en la larga y rica historia de Jehtro Tull con más de 7 millones de unidades vendidas alrededor del mundo.
Cuarenta años después, Steven Wilson realizó una nueva mezcla para la reedición aniversaria que contiene muchos temas inéditos grabados durante ese período. Buen momento para volver, por enésima vez, a escucharlo.
Juan Carlos Ballesta
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