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Yusuf – Cat Stevens: la eterna búsqueda de la verdad

Cat Stevens
Foto: Danny Clinch

La historia de uno de los más influyentes, exitosos y queridos cantautores es apasionante. De la fama al anonimato, de Cat a Yusuf.


A más de 40 años de su último disco bajo el nombre artístico de Cat Stevens, el legado de uno de los más grandes artistas de los años 70 ha cobrado nueva vida durante este siglo, interés que ha desembocado en la edición de cuatro discos de estudio bajo su nuevo nombre, Yusuf: An Another Cup (2006), Roadsinger (2009), Tell’ Em I’m Gone (2014) (el más bluesero de su carrera) y el reciente The Laughing Apple (2017), el más parecido a su etapa dorada.

A los 75 años, el gran gato aún parece tener mucho qué decir

Juan Carlos Ballesta

La semilla que marcó el definitivo retorno del recordado Cat, ya convertido en Yusuf Islam, fue el lanzamiento en 2001 de la caja de cuatro discos y la reedición de sus emblemáticos discos editados entre 1970 y 1974.

Tres años después fue editado el magnífico Majikat: Earth Tour 1976 (2004), un DVD que documenta su última gira y que permite redescubrir en todo su esplendor a un cantautor cargado de canciones sobre el amor, la paz, los anhelos y la búsqueda de la verdad, que supo sintonizar con una generación hambrienta de respuestas.

Mucho ha ocurrido desde entonces, incluyendo la incomprensión de algunos que siguen sin entender cómo un artista en su pico creativo decidió abandonarlo todo para dedicarse en cuerpo y alma al islamismo, una religión de la cual sus ancestros ortodoxos y católicos lo habían mantenido lejos.

Los orígenes de Cat Stevens

Nacido hace 69 años como Steven Demetre Georgiou en Londres, de padre greco-chipriota y madre sueca, a los 17 años, empujado por el fenómeno Beatle, graba sus primeros demos acompañado por John Paul Jones (más tarde bajista de Led Zeppelin).




Al poco tiempo es descubierto por el productor Mike Hurst, quien lo rebautiza como Cat Stevens y lo ayuda a grabar y editar sus dos primeros discos en un solo año, Matthew and Son (1967) y New Masters (1967).

A pesar de contener algunas pequeñas maravillas como “I Love my Dog”, “Matthew and Son”, “The Laughing Apple”, “I’m So Sleepy” y “First Cut is the Deepest” (convertida poco antes en éxito planetario por P. P. Arnold, a la que vendió la canción por 30 libras), ambos trabajos fueron sobre producidos por Hurst, con exceso de metales y orquestaciones.

Cat Stevens se ve obligado a dar extensas giras y presentaciones en condiciones poco favorables, lo cual le produce una grave tuberculosis que lo mantuvo un año fuera de escena.

Durante la convalecencia decide redimensionar su carrera musical, al tiempo que se deja seducir por el budismo. Para ello se une a Paul Samwell-Smith (ex-Yardbirds) y al guitarrista Alun Davies, una relación que arrojaría varios de los más exquisitos y exitosos discos de los años 70, en los que, incluso, tuvo la libertad de diseñar las carátulas con sus pinturas.

El período de oro de Cat Stevens

El primero de ellos, Mona Bone Jackson (1970), de hermosa austeridad, contiene las primeras joyas de su brillante etapa con el sello Island Records: “Lady D´Arbanville”, “Trouble”, “Lillywhite” y “Katmandu”, con la flauta de un jovencísimo Peter Gabriel, quien nunca ocultó la influencia de Cat sobre su forma de cantar.

A los pocos meses aparece otro de sus discos claves, Tea for the Tillerman (1970), con piezas inolvidables como “Where Do the Children Play?”, “Wild World”, “Miles From Nowhere” y “Father & Son”, su más grande éxito.

Convertido en una figura vital del folk-pop británico, edita Teaser and the Firecat (1971), con un nuevo puñado de prístinas y poéticas composiciones llenas de altruismo, entre ellas “Morning Has Broken”, “Moonshadow”, “Peace Train” y “Rubylove”, un guiño a su origen griego.




En ese disco colabora un todavía desconocido Rick Wakeman al piano, más tarde figura clave del grupo Yes y para entonces con Strawbs, cuyo cantante Dave Cousins poseía gran parecido tímbrico con Stevens.

Poco después edita el ambicioso y variado Catch Bull at Four (1972), título inspirado por el budismo. Al año siguiente viaja a Jamaica para grabar su nuevo trabajo, Foreigner (1973), un disco influenciado por el soul y el rock sinfónico, corriente musical que estaba en sus días de gloria.

Sin embargo, a pesar de su validez, es ignorado por la crítica y solo “The Hurt” obtiene cierta repercusión. Cat Stevens decide entonces volver a su exitosa fórmula en Buddha and the Chocolate Box (1974), el último disco de su etapa clásica.




Tras Numbers (1975) se realiza el tour Majikat, que a la postre resultó ser el último de su carrera como Cat Stevens. Harto del mundo del espectáculo, inmerso en una continua lucha entre el mundo material y el espiritual, todavía realizaría algunas esporádicas presentaciones en apoyo a Izitso (1977) y Back to Earth (1978), un disco que fue grabado sólo para cumplir con el contrato cuando ya Cat se había convertido en Yusuf Islam.

La conversión de Cat a Yusuf

El 23 de diciembre de 1977, Cat, en una  visita a la Mezquita de Regents Park en Londres, abraza el Islam. El 4 de Julio de 1978, deja atrás el nombre que le dio fama y se rebautiza como Yusuf Islam, dos años después que su hermano David le obsequiara el Corán como regalo de cumpleaños. Era su tercer y definitivo nombre.

En enero de 1979, siendo representante de la UNICEF, es presentado en un concierto en la sede de las Naciones Unidas como Yusuf  Islam, pero cuando el evento es transmitido al día siguiente por la cadena NBC, su participación es suprimida.

Para el mundo del espectáculo Cat Stevens había muerto. Yusuf subasta sus instrumentos y discos de oro, y dona el dinero a fundaciones en pro de la infancia abandonada.

Durante los años 80 se dedica a construir una familia, a consolidar su fe y a organizar campañas de caridad para las víctimas de las guerras y otras desgracias.

En 1989 critica al escritor Salman Rushdie por sus “Versos Satánicos”, opinión mal interpretada por algunos. En los años 90, crea el sello Mountain Of Light, para difundir sus lecturas y libros sobre el islamismo.

En 1997, tras varios años de lucha, logra que “Islamia” se convierta en la primera escuela islámica subsidiada por el gobierno británico.

En 2001 realiza una condenatoria pública tras los atentados a las torres gemelas de Nueva York y desde entonces dona a la “Fundación 11 de Septiembre” la mitad de las ventas del box set editado ese año 2001.

La misma postura asumió con el secuestro que un grupo terrorista islámico realizó a una escuela de Moscú y que terminó en un baño de sangre.




En 2004 fue detenido en un aeropuerto de Estados Unidos y deportado a su país. Su nombre aparecía en una lista de activistas terroristas, aplicando el estrecho y penoso lugar común que todo musulmán es susceptible de ser terrorista.

El gobierno británico intercedió y lo defendió, y finalmente se aclaró que se trataba de un nombre casi igual a Yusuf (solo una “s” de más)

Cat Stevens
Foto: Danny Clinch

El altruismo sigue presente

Primero fue la reedición en el 2000 de su catálogo con Island, en atractivas presentaciones y sonido remasterizado. Luego fue el fabuloso Box Set de 4 CDs en 2001. Finalmente, en 2004 Yusuf  abandonó el silencio sobre su obra como Cat Stevens, animado por su hijo que entonces tenía 19 años.

En 2004 fue editado Majikat, un DVD que captura una de sus presentaciones durante la ambiciosa última gira de 1976 que incluía actos de ilusionismo y una atractiva puesta en escena.

Veinte canciones, entre ellas muchos de sus grandes éxitos, permiten disfrutar de un artista que ya comenzaba a debatirse entre dos mundos incompatibles, un músico que no sabía cómo lidiar con la fama.

Entre los agregados hay invalorables documentos como las presentaciones en la BBC en 1971, el videoclip promocional de “Father & Son”, la animación de Teaser & the Firecat y una reveladora entrevista con Yusuf Islam, que nos muestra a un creador honesto y autocrítico hablando de su pasado y su presente.

Una detallada discografía y las letras de un gran número de canciones, terminan de redondear un DVD indispensable.




Pero, lo más sorprendente estaba por llegar. Aunque para la mayoría del mundo Cat se mantuvo en silencio durante casi 30 años, lo cierto es que Yusuf Islam no estuvo totalmente alejado de la música y los estudios.

Varios discos religiosos -unos destinados a causas humanitarias y otros con fines devocionales- atestiguan que su interés por la música nunca llegó a desaparecer del todo.

An Other Cup (2006) fue el retorno a las premisas musicales de sus mejores años, aunque bajo el prisma de su nueva realidad.

Para fortuna de todos, ese álbum de reaparición no pretendió adoctrinar ni imponer una verdad, aunque ello no lo exime de textos de contenido espiritual producto de su conversión al islamismo.

Pero no debía extrañar que un personaje que ya en sus días de gloria se mostraba soñador y altruista, siempre en búsqueda de “la verdad”, nos regalara en su plena madurez como ser humano un grupo de canciones teñidas de paz espiritual, como ya ha ocurrido con otros artistas que decidieron abrazarse a una religión.

Así pasó con Bob Dylan en sus días de cristianismo con Slow Train Coming (1979).

Quedaba claro que An Other Cup podía (y puede) ser disfrutado indistintamente por católicos, ortodoxos, protestantes, judíos, musulmanes, budistas, agnósticos y ateos. Las melodías, los prístinos arreglos y los sinceros textos lo proyectan más allá de una creencia o posición particular.

La participación de viejos compañeros de viaje como Jean Rousell y el guitarrista Alun Davies, el bajista Danny Thompson (fundador del legendario grupo folk Pentangle) e inesperados invitados como el senegalés Yossou N´Dour, fueron un apoyo importante en pro de la consecución del sonido clásico de Cat y un apoyo para su regreso definitivo.

La fórmula se repitió con Roadsinger (2009), un trabajo que encontró a Yusuf más asentado, de nuevo con el sello (Island) que lo lanzó a la fama. Su clásico sonido acústico presente de nuevo, acompañando su inconfundible voz cálida y ligeramente más ronca.




Tuvieron que pasar cinco años para un nuevo disco. Tell ‘Em I’m Gone (2014), que explora el blues, un territorio poco visitado en su discografía a pesar de ser unas de sus primarias influencias.

En el disco hay colaboraciones notables, entre ellas las del grupo maliense de la etnia Tuareg, Tinariwen, así como del legendario cantautor y guitarrista inglés Richard Thompson, la leyenda de la armónica Charlie Musselwhite, el cantautor Bonnie ‘Prince’ Billy y el guitarrista Matt Sweeney.

Nunca Cat Stevens/Yusuf había sonado como en Tell ‘Em I’m Gone, en el que afloraron sus primeras influencias, las mismas que tuvieron muchos jóvenes británicos a comienzos de los 60 y que provenían del blues norteamericano.

En 2014, Cat Stevens fue inducido al Rock and Roll Hall of Fame por sus grandes aportes. Este nuevo disco suma, y sin duda es uno de los acontecimientos musicales del año.

En 2017, a 50 años de su debut discográfico, el gran Cat bebía de su mejor época y se rodeaba de aquellos que lo ayudaron a triunfar. Esa historia de The Laughing Apple la contamos aquí.