En la primera fecha del Tomavistas Extra en el Ifema, dos de las propuestas con discos más relevantes en 2021 ofrecieron conciertos grandiosos
Maika Makovski y Rufus T. Firefly
Tomavistas Extra
Concierto en Ifema, Madrid
(Septiembre 17, 2021)
La segunda ola de conciertos programados por el Festival Tomavistas en 2021 para su serie Tomavistas Extra comenzó con un doble cartel inmejorable. Dos propuestas que este año presentan nuevo disco, una con el álbum ya rodando (MKMK) y el otro a punto de ser publicado con el nombre de El largo mañana.
Fue un loable esfuerzo de organización y estética en el montaje, con un llamativo escenario, sillas en el patio meticulosamente ordenadas y tres gradas, ahora en los espacios abiertos del Ifema.
El telúrico concierto de Maika Makovski
Maika Makovski y su excepcional banda apareció en escena a las 8:30 para interpretar su nuevo disco y demostrar la fina madera de la que está hecha. Ya estábamos avisados de este nuevo material tras aquel trepidante pre-estreno en el FIAS 2021 (Leer crónica aquí), que contrastaba notablemente con el espíritu acústico de su anterior disco, Chinook Wind, y los conciertos que siguieron (Leer crónica de 2018 aquí)
Maika es el tipo de artista que engancha desde el primer minuto. Su sonrisa, su actitud desenfada, su forma de dirigirse al público, y la manera en que disfruta lo que hace, ejercen un efecto contagio innegable.
Maika se desdobla entre teclado, sintetizador, guitarra y percusión, circunstancia que hace de ella una cantautora integral. Pero, no está sola en la tarea de transmitir fuertes emociones. No se equivoca la mallorquina en catalogar a su banda de grandiosa. La capacidad de intercambiarse los instrumentos y mantener el nivel de calidad en el performance es notable.
Mariana Pérez Abendaño (compañera de Maika en The Mani-Las) es una ficha valiosísima, precisa y contundente en la batería y percusión, estupenda en la segunda voz y en teclados; Adrián Martínez es fantástico con las guitarras, y ocasionalmente se encarga de la batería; Daniel Fernández, el que menos se intercambia instrumentos, realiza un trabajo como bajista extraordinario; Semión (Sam) Bredikhim, siempre bromista, realiza claves intervenciones principalmente en guitarra y batería.
El concierto apenas dio tregua. Fue una experiencia de alta intensidad que deja la sensación clara que juega en la misma liga que Anna Calvi, PJ Harvey, Jehnny Beth y otras maravillosas mujeres.
El trío de temas iniciales fue un buen indicativo del poderío de Makovski y lo que se avecinaba, intercalando entre los furiosos temas nuevos, “Scared of Dirt” y el desatado “Reaching Out to You”, el ya clásico “Lava Love”, del disco homónimo producido por John Parrish en 2010.
El llamativo vestido que lució Maika formaba parte de la estética dominada por el backing del escenario, con estilizadas figuras azules y rojas que por momentos daban la sensación de ser llamaradas en el vestido y extraños pulpos flotando al fondo del escenario. También los músicos lucieron motivos relacionados.
La responsable fue Gema Polanco, quien con materiales de segunda mano y excelentes ideas logró un resultado fabuloso y que desde la perspectiva del público lució fenomenal.
Con la frenética “The Gate” (del disco Desaparecer de 2011) era inevitable no sentir que las sillas eran en realidad una cárcel. En diversos pasajes del concierto lo único que realmente apetecía era saltar y bailar. Pero luego nos calmaron momentáneamente con la sosegada “Number”
Así pasó con “Purpose” -un torbellino-, la incendiaria versión de “This Town Ain’t Big Enough for Both of Us” -en el año de Sparks-, la explosiva “Nevermore” y la pegadizas “The Posse” y “Love You Till I Die”.
El aroma country-folk emerge con “Places Where We Used to Sit”, una pieza enlazada con la experiencia vivida en Estados Unidos en el proceso de MKMK.
Maika se divierte y lo demuestra sentándose frente a los tambores para tocar al más puro estilo Meg White -sin redobles pero con contundencia- mientras canta “Language”.
Otra de las influencias -más notables antes que ahora- es la de Kate Bush, que se refleja en “When the Dust Clears”
El final con “I Life in a Boat” es sensacional, con grandes armonías vocales y un “grand finale” apoteósico que nos dejó con la adrenalina a tope y ganas de más Maika.
Rufus T. Firefly de riguroso estreno
Pocos grupos tienen el atrevimiento de presentarse en directo y elaborar un repertorio principalmente con canciones nuevas, la mayoría desconocidas por los asistentes.
Esa es una licencia que se toman grupos con una base de fans sólida y fiel, amalgamada a lo largo del tiempo. Uno de los ejemplos es Radiohead. En España, acaba de quedar demostrado que Rufus T Firefly es capaz de enamorar con canciones apenas comenzando a florecer, de un disco del que solo se han liberado tres de ellas.
El grupo de Aranjuez liderado por Víctor Cabezuelo (teclados, guitarra, voz) y Julia Martín-Maestro (batería) y que completan Miguel de Lucas (bajo), Carlos Campos (guitarra), Juan Feo (percusión) y Marta Brandariz (teclados, segunda voz), nos regaló una emotiva presentación en la que sus nuevas canciones superaron la prueba de enfrentarse por primera vez con el público madrileño.
Obviamente, aún tienen que pulir la interpretación en directo de las recién nacidas canciones, cosa que solo se obtiene con el tiempo de rodaje por escenarios, pero lo que escuchamos nos convenció de estar ante una banda definitivamente distinta y un disco también algo diferente.
Rufus T Firefly no es el el típico grupo que busca un hit o una obra efectista. No. Lo suyo son los detalles, las atmósferas y el “groove”.
Un ritmo de Julia que recuerda a “Fool’s Gold” de The Stone Roses, al que se une la percusión, dio inicio al concierto. Hubo cierto temor, o quizá inseguridad, tanto en la interpretación como en la mezcla, tanto en “Tempelhof” como en la estupenda “Torre de Marfil”, dos de los temas que conforman el nuevo disco.
Se abría pues la caja de sorpresas. Y, en efecto, fuimos sorprendidos.
Afortunadamente, esa aparente fragilidad fue pasajera y ya para “El largo mañana” la banda estaba acoplada y aplomada. De ahí en adelante se produjo una destacable comunión entre músicos y audiencia (ojalá hubiera habido más asistencia), que fue in crescendo.
“Esta persona no existe”, con los teclados llenando todos los espacios, fue otra muestra de lo que este nuevo disco trae consigo. Además de la presencia de sintetizadores y colchones de teclados, habría que destacar el groove funky de muchas piezas que otorga principalmente De Lucas con fantásticas líneas de bajo a las que se acoplan batería y congas (y que en algo podrían recordar a la banda argentina Los Espíritus, pero sin la orientación cumbiera).
El grupo continuó con “Me Has Conocido En Un Momento Extraño De Mi Vida” -de las pocas que recibió formal presentación- y la maravillosa “Polvo de diamantes”, tras la cual Cabezuelo hizo una defensa del formato físico (mientras anunciaba que el nuevo disco se venderá desde su página web) y una crítica a la inmediatez que representan plataformas como Spotify. Reivindicó al disco como expresión artística, reflejo del trabajo de muchos involucrados.
Tres años habían pasado desde Loto (2018) y cuatro de su hermano, Magnolia (2017), trabajos presentados en vinilos de color con atractivo diseño de arte de Julia Martín-Maestro, en ediciones limitadas.
Víctor siguió con su disertación explicando que la disposición en el escenario era una pirámide invertida, al tiempo que con ironía decía que no era como la de Nacho Cano. Ciertamente, no era habitual ver en la parte frontal a la batería y la percusión, en segunda línea bajo y guitarra, y al fondo en una sobretarima ambos teclados y voces.
El repaso del nuevo material siguió con “El hombre de otro tiempo”, gran tema con ritmo medio tempo, con un gran bajo y excelentes coros de Brandariz.
La cantante Anni B Sweet fue invitada para cantar “Lafayette”, auténtico temazo (uno de los previamente develados), pieza de aroma funky con expresiva batería y muy buenos teclados.
La última pieza antes de la despedida en falso fue “Selene”, larga y de atmósfera expansiva que fue de nuestras favoritas.
Al regreso, Víctor agradeció y se emocionó al decir que hace 15 años cuando empezaron no imaginaron llegar hasta aquí con un equipo de trabajo. “Esta la conocéis”, fueron las palabras introductorias de la conocida “Nebulosa Jade”, ya un clásico en su repertorio.
Después del sentido abrazo y agradecimiento a Brandariz, fue el momento del último estreno: “Sé dónde van los patos cuando se congela el lago”, que intuimos está inspirado en lo ocurrido en enero durante la tormenta de nieve Filomena con los lagos congelados de todos los parques madrileños.
Es realmente un tema sobresaliente, a medio camino entre Tame Impala y King Gizzard and The Lizard Gizzard, que tuvo el apoyo de un fenomenal juego de luces, y que se fundió con “Un breve e insignificante momento en la breve e insignificante historia de la humanidad”, de Loto, con pequeño gesto de agradecimiento a Maika en una de las líneas de la letra.
La enérgica “Río Wolf” -de Magnolia-, con su groove pegadizo y la tenue lluvia que había comenzado a caer, fue el perfecto cierre de telón.
Agradecimientos para los organizadores del Tomavistas Extra por programar juntos a dos de las propuestas que en 2021, sin duda, aparecerán en todas las listas de los mejores discos del año.
Juan Carlos Ballesta