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A Night at the Opera: la insuperable rapsodia de Queen

Queen A Night at the Opera

El  21 de noviembre de 1975 el famoso cuarteto inglés publicó su paradigmático cuarto álbum, con el cual subió para siempre al Olimpo

Queen
A Night At The Opera

EMI. 1975. Inglaterra

 
Hubo en la Londres de 1970 una banda llamada Smile. En ella hacían vida un par de desconocidos músicos, Brian May y Roger Taylor, a quienes un fan nacido en Zanzibar -isla en la costa sureste de África, bajo protectorado británico-, de antecesores persas que migraron a India, llamado Farrokh Bulsara, estimulara a componer una música con medios más desarrollados bajo un sonido con elementos del hard rock, glam rock, el progrock y algo de eso que hoy llamamos heavy metal.

Farrokh se uniría a la banda cambiando su nombre a Freddie Mercury (†) y la banda adoptaría el nombre de Queen, dando origen a una de las agrupaciones de rock más exitosas de la historia. La formación la completaría el bajista John Deacon en febrero de 1971.

Su fórmula, una poderosa voz con un rango tenor-barítono, una guitarra penetrante como una daga y un juego vocal cuasi operático sobre una base rítmica sólida que a partir de nuestro celebrado disco daría el gran salto a la fama, en buena parte por el éxito logrado con su tema “Bohemian Rhapsody,” aunque poco antes ya daba visos de grandeza con temas como “Seven Seas of Rhye”, de su homónimo y debutante disco de 1973, y “Killer Queen” del álbum Sheer Heart Attack de 1974.

Registrado entre agosto y noviembre de 1975 en varios estudios de grabación que incluían los prestigiosos Trident y Olympic, A Night at the Opera fue producido por la banda y Roy Thomas Baker.




La obra consta de 43 minutos distribuidos en doce temas esencialmente compatibles con el formato radial, no mayor a cuatro minutos. El atractivo título alude al nombre de una de las más famosas películas de los hermanos Marx, igualmente su posterior disco A Day at the Races (1976).

Recordemos entonces aquel 21 de noviembre de 1975 cuando Queen nos recibía con un dramático intro de piano acústico con visos neo clásicos en “Death on Two Legs”. May nos presenta su punzante guitarra entre efectos sonoros con Freddie cantando: “Chupas mi sangre como una sanguijuela, rompes la ley y predicas, hazlo hasta que duela, te llevas todo mi dinero y aún quieres más, vieja mula desviada con tus reglas de cabeza  de cerdo…”

Los magníficos coros se mezclan con los acordes distorsionados de Brian dando fe del estilo del cuarteto.

Como si se tratase de un cabaret, Queen sigue el repertorio con “Lazing on a Sunday Afternoon” donde la voz de Freddie con un cierto efecto de altavoz nos dice: “Salgo a trabajar los lunes por la mañana, los martes me voy de luna de miel, regresaré de nuevo antes del anochecer y holgazanearé el domingo por la tarde”

Las frases al piano en modo divertimento y el interesante juego vocal ,nos cautivan de inmediato.

Luego es momento para un poco de hard rock con Taylor en la voz cantando “Im in Love with My Car”: “Un sueño de máquina, que máquina tan limpia, con pistones y tazas todo brillante cuando sostengo tu volante, todo lo que escucho es tu engranaje…” Los efectos ilustran un poco de que va la pieza.

El set prosigue con “You’re My Best Friend”, uno de los dos sencillos del disco y obra del bajista John Deacon.

Se aprecia el piano eléctrico en la primera parte de esta canción tan placentera y significativa. “!Oh! me haces vivir, lo que sea que este mundo puede darme, eres tú, tú eres todo lo que veo, me haces vivir ahora, cielo, me haces vivir… eres el mejor amigo que jamás haya tenido”.




La bien acoplada pieza es seguida de mi canción favorita del afamado grupo. Compuesta y cantada por Brian May, “’39” es un tema folk que inicia con guitarra acústica y unos versos que nos dicen: “En el año 39, se unieron los voluntarios, en días donde pocas eran las tierras, aquí el barco zarpó hacia la azul y soleada alborada, el paisaje más hermoso jamás vista…”

May contrasta con la eléctrica y los coros.

“Sweet Lady” continua el emblemático disco. Un poco de rock con un dejo de los 60. Queen nos relata sobre una “dulce dama” que en realidad maltrata.

Cierra el lado A con la sencilla, divertida y romántica canción de Freddie que se desarrolla en la playa y lleva por nombre “Seaside Rendezvous”.

El lado B abre con “The Prophets Song”, pieza contrastante del repertorio donde nos canta Freddie: “!Oh! gente de La Tierra, escucha la advertencia, dice el vidente, cuidado con la tormenta que acá se une, escucha al hombre sabio… Soñé y vi una escalera iluminada por la luna, extendiendo sus manos en una multitud allende, un hombre que gritó por un amor que se secó y corazones fríos como el hielo llevando caridad…”

Hay varios elementos que hacen atractiva a esta canción que se despliega en poco más de ocho minutos. Lírica y musicalmente es interesante por sus coros y la uniforme rítmica. Es un coqueteo con el rock progresivo.

Luego el piano intro nos presenta la hermosa “Love of My Life”, en la que Mercury hace alarde de su rango vocal en esta delicada canción de amor que May dedicara a la madre de Mercury años después en el estupendo DVD Queen + Paul Rodgers.

El tema es, sin duda, uno de los más atractivos del disco.

Evocando el pasado remoto, Queen nos divierte con “Good Company”, en la que cantan:Cuídate bien lo que tienes, decía mi padre mientras saboreaba su pipa y a bebé B él mimaba en sus rodillas, no juegues con tontos que te darán la espalda, mantén todo en buena compañía.




Llega entonces el punto más alto, no solo del disco sino de toda la carrera de Queen, Bohemian Rhapsody”, un clásico por donde se le escuche: la guitarra, el coro, el intro vocal, el piano, los cortes y el cuasi operático juego de voces… “Mama no quise hacerte llorar, si no regreso de nuevo a esta hora de mañana, sigue, sigue como si nada importara… hacia donde sople el viento…”

La famosa sección operática inicialmente fue pensada solo como interludio con nombre “Galileo” para conectar la balada con el hard rock. Sin embargo, esa parte se extendió con la inclusión de una serie de caracteres como el payaso de la comedia del arte,“Scaramouche”; el mencionado astrónomo “Galileo”; “Fígaro”, el personaje de “El Barbero de Sevilla” y “El Matrimonio de Fígaro”; “Beelzebub”, la personificación de Satán en el Antiguo Testamento; y la frase “En el nombre de Dios, misericordioso”, cuya frase tomada del Corán es “Bismi-llahi r-rahmani r-rahiim

Increíblemente la pieza, a pesar de extenderse hasta casi seis minutos, y aún con su inusual estructura, se convirtió en un éxito de radio y a la postre en la más distintiva canción de Queen

La tradicional Himno Real, “God Save The Queen”, con arreglos de Brian May se lleva el 1’12” restante.

La historia de Queen daría un giro abrupto con el fallecimiento de Freddie Mercury el 24 de noviembre de 1991 a causa del HIV (Sida). Para ese momento, el legado construido era ya inmenso, y no ha dejado de crecer, con decenas de temas formando parte del inconsciente colectivo de varias generaciones.

Varios discos esenciales siguieron, A Day at the Races (1976), News of the World (1977), Jazz (1978) y The Game (1980), antes de que el sonido de Queen sufriera algunos cambios sustanciales con el uso de instrumentación electrónica, de la que renegaban en los años 70.

Pero, entre todos los 15 álbumes en estudio, ninguno resulta tan imprescindible y rompedor como este A Night at the Opera.

Leonardo Bigott



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