El 30 de junio de 1980 se publicaba el octavo álbum del grupo inglés, con el cual entraba daba la bienvenida a una década muy diferente a los 70
Queen
The Game
EMI / Elektra. 1980. Inglaterra
Cuatro décadas han pasado desde que Queen lanzó al mercado The Game, álbum que representa un estilo más accesible que sus antecesores.
Viajamos a aquel mes de junio de 1980, seis meses antes que Mark Chapman ultimara a John Lennon (†) y un año en el cual debutaba el adictivo juego del colorido Cubo de Rubik, eruptara el volcán del Monte Saint Helen y comenzara la guerra entre Irak e Irán. Ese año fallecía también el increible baterista de Led Zeppelin, John Bonham (†)
La bienvenida de Queen a los años 80
La legendaria, innovadora y mundialmente famosa banda inglesa, abría los 80 con el que hasta ahora es su único álbum en alcanzar el tope de las carteleras en Estados Unidos y también el más vendido en el difícil mercado estadounidense, con una cifra nada despreciable que para este momento ya supera los cuatro millones.
Es, además, su primera aventura musical empleando sintetizadores, concretamente el Oberheim OB-X, teclado comercialmente disponible a finales de los 70 y que contribuyó a definir uno de los sonidos de los primeros años de la siguiente década y que recordamos en Prince, Madonna, Rush, Styx y Nena, entre otros.
Paradójicamente, echaban por la borda sus constantes aseveraciones y frases en los artes de los discos, llenas de jactancia y natural orgullo, en el sentido que Queen no usaba sintetizadores, o no los necesitaba.
Sin embargo, la para entonces naciente era synth pop, hizo sucumbir al grupo a las tentaciones, llegando al punto máximo en canciones como “Radio Ga Ga” en The Works (1984).
The Game incluye los recordados éxitos “Crazy Little Thing Called Love” y “Another One Bite The Dust”, además de los menos resonantes aunque atractivos “Save Me”, “Need Your Loving” y “Play The Game”.
Con este álbum el grupo rompía la tradición de publicar un disco por año desde su homónimo debut en 1973, con un silencio discográfico de casi dos años respecto a Jazz (1978), que a su vez estuvo separado solo un año del exitoso News of the World (1977), ocurriendo lo mismo en cronología inversa respecto a A Day at the Races (1976), A Night at the Opera (1975) y Sheer Heart Attack (1974), todos lanzados en el último trimestre de esos años.
El umbral de esta emblemática obra discográfica es la foto portada en blanco y negro de Christopher Hopper con diseño de la casa holandesa Cream, mostrando a Roger Taylor, John Deacon, Freddie Mercury y Brian May.
El eclecticismo de los 10 temas de The Game
El cuarteto abre el LP con “Play The Game”, composición de Freddie Mercury. Todo el ensamblaje de las voces, piano, la voz solista de Freddie y la guitarra de May nos abren los brazos e inician este trance donde Freddie nos dice: “Abre tu mente y déjame entrar, descansa tu exhausta cabeza y deja que tu corazón decida, es tan fácil cuando sabes las reglas, es tan fácil, todo lo que tienes que hacer es enamorarte”.
El solo de May y el avasallante sonido del cuarteto nos atan para seguir con “Dragon Attack”, pieza de Brian donde destaca la gran base rítmica de Deacon y Taylor, además del distintivo solo de Brian.
Una parte de su letra dice: “Usaré mis pantalones, mi abrigo, me llevará al camino, tengo un dragón en mi espalda”.
El inconfundible y pegadizo funk “Another One Bites The Dust”, con el distintivo riff del bajo de John Deacon, no necesita mucha descripción.
Freddie nos canta: “¿Te sientes feliz, éstas satisfecho? ¿Cuánto crees aguantar el calor? Afuera las balas rasgan al sonido del ritmo…” “Otro que muerde el polvo”.
Se dice que un mensaje secreto subyace en el tema, y ese mensaje es que “fumar marihuana es “cool”.
Se alineaba el tema con otros británicos como The Rolling Stones (“Miss You”, Some Girls de 1978; “Dance Pt-1” y “Emotional Rescue”, Emotional Rescue de 1980) o Rod Stewart (“Do Ya Think I’m Sexy?”, Blondes Have More Fun de 1978) que incorporaron con acierto las influencias disco-funk.
La canción abre espacio a “Need Your Loving Tonight” (Necesito tu amor esta noche), un rock directo y poco ambicioso pero que engancha, aunque no como los otros.
Es el vínculo con sus primeros tiempos hard-rockeros y de coqueteo con el glam rock de Marc Bolan & T. Rex o Sweet.
En su sencilla letra, la banda nos dice: “Nena, necesito tu amor, nena necesito tu amor, aunque tú nunca estás cerca, tu voz escucho con frecuencia”
Un poco de swing y boogie va incluido en el otro exitazo del lado A, “Crazy Little Thing Called Love” (Loca cosita llamada amor), donde el siempre apasionado Freddie Mercury nos dice: “Esta cosa llamada amor, no puedo con ella, esta cosa llamada amor, debo hacer algo, no estoy preparado, loca cosita llamada amor”
“Rock it (Prime Jive)” de Taylor, abre el lado B del LP. Un sencillo y rudo rock and roll en el que escuchamos el santificado sinte Oberheim como si se tratara de The Cars.
Freddie descansa un poco y Taylor canta con su interesante voz: “Cuando escucho ese rock and roll, llega a mi alma, cuando es rock and roll de verdad.
Brian hace un oportuno solo. La pieza añade diversidad al LP.
El set continua con una canción que recuerda a “Walking on the Moon” de The Police por el riff de la guitarra de May.
“Don’t Try Suicide” (No intentes suicidarte), donde el cuarteto nos implora que no tomemos esa opción porque nadie vale la pena tal sacrificio.
“Sail Away Sweet Sister” es una de las pocas canciones en las que May se atreve a cantar solo y que además posee el característico juego vocal por el cual el cuarteto es en parte famoso.
En ella dice: “Epa, pequeñita, estás cambiando, nena ¿estás adolorida? De nada sirve pretender que ya no quieres jugar más… Está claro que no eres una niña, ¿Qué diría tu madre? Vestida elegante como una dama, ¿por qué te comportas así?
The Game culmina con los temas “Coming Soon” y otro sencillo titulado “Save Me”, ambos en ese formato “radio friendly” del que a partir de este disco Queen sería parte. En la primera, la banda nos dice: “Me dan dolores de cabeza cuando llego a las alturas, como en las mañanas después de una noche loca…”
La canción incluye un buen solo de May.
Freddie, a piano y voz nos trae al final del disco. Escuchamos a Queen tejiendo pasajes instrumentales con partes vocales en esta triste canción sobre un amigo de Brian May que estaba atravesando un proceso de divorcio.
El tema en parte dice: “Todo comenzó bien, decían que éramos un par perfecto, me vestí en tu gloria y tu amor, cuánto te amé, cuánto lloré… Los años de lealtad y cuidados no fueron más que vergüenza, así parece, vivimos una mentira, te amaré hasta morir… sálvame, sálvame, no puedo enfrentar esta vida solo… sálvame, sálvame, sálvame, estoy desnudo y lejos de casa”
Culmina así, con este triste episodio, nuestro celebrado álbum producido por Reinhold Mack, quien además de encargarse de la ingeniería de audio junto Josh MacRae, también toca el sintetizador en el sexto surco.
Queen seguiría cosechando éxitos en los años siguientes a este emblemático disco hasta la muerte de Mercury el 24 de noviembre de 1991, para luego ser revivido con los vocalistas Paul Rodgers del grupo Free (2004 – 2009) y Adam Lambert (2011 – al presente), pero a mi juicio ya esa es otra historia.
Leonardo Bigott
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