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Mad Cool 2023: Primal Scream y The Prodigy salvan la última jornada

Mad Cool 2023

La tercera y última jornada del Mad Cool trajo consigo varios conciertos notables, algunas decepciones y colapso en asistencia

Mad Cool 2023
Villaverde Alto, Madrid

(Julio 9, 2023) (Tercer día)

 
Fue una suerte poder ubicarnos en inmejorable posición para disfrutar de la legendaria banda escocesa Primal Scream. Fue, de lejos, lo mejor y más disfrutable de la tercera y última jornada del Mad Cool, con perdón de dos notables representaciones nacionales, Morgan y Maika Makovski, que en carpas más pequeñas fueron quizá lo mas destacable de la no muy nutrida lista de artistas de España.

La jornada no fue mejor que la del viernes (crónica aquí) pero si superó a la primera (crónica aquí)

Muchas reflexiones salen de esta edición del Mad Cool y en especial del tercer día en que el escenario principal cobijaba a dos nombres propios del calibre de Liam Gallagher y Red Hot Chili Peppers y la muchedumbre desbordó todo cálculo, haciendo no solamente imposible para la mayoría estar medianamente bien ubicado sino que el audio fue deficiente desde cualquier ubicación que no fuera cercana y al centro. Aquello recordaba a los radiecitos de batería en la época de las radios AM.

¿Porqué otros artistas en ese mismo escenario sonaron bien – y podía apreciarse desde cualquier ángulo?




En el caso de Liam Gallagher -un suicida preso de su imagen que salió a cantar con sudadera con un sol despiadado y una temperatura de horno- su actuación fue decepcionante.

Un show desabrido y descafeinado, con un sonido flojo, una voz plana -no es que no supiéramos esto- incluso a pesar de que más de la mitad del setlist (8 de 14) estuviera compuesto por canciones de Oasis, quizá reforzando sus recientes declaraciones sobre una reunión de la banda: “Estoy listo”

El audio de “I Am the Resurrection” de The Stone Roses (sin duda, Ian Brown es la inspiración de Liam) y el himno del Manchester City -flamante campeón de Europa-, anunció la aparición de Liam.

“Morning Glory” y “Rock ‘n’ Roll Star” abrieron fuego, dos temas que de inmediato levantaron el ánimo.

Sin embargo, “Wall of Glass” y “Better Days”, y los tres siguientes temas de Oasis, “Stand By Me”, “Roll it Over” y “Slide Away”, no levantaron demasiado el ánimo general, y el audio no ayudaba. Logramos movernos con dificultad hacía un sitio más adecuado, pero Liam no nos movió el piso.

Mad Cool 2023
Liam Gallagher. Foto: Javier Bragado
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Liam Gallagher. Foto: Javier Bragado
Mad Cool 2023
Liam Gallagher. Foto: Andrés Iglesias

En ese instante tomamos la decisión de ir a ver a Kurt Vile & The Violators en el escenario Region of Madrid, resultando en un oasis momentáneo gracias a su folk rock sencillo y directo, con deudas a Robert Forster, Steve Gunn o Lou Reed.




Vile, muy tocado por la reciente muerte de su mano derecha, el multiinstrumentista Rob Laakso, lució agradecido y con cierta timidez fue avanzando en un repertorio basado principalmente en su reciente disco Watch My Moves (2022), en compañía de Kyle Spencer (batería), Adam Langellotti (bajo) y un nuevo guitarrista/teclista.

Mad Cool 2023
Kurt Vile. Foto: Paco Poyato

Tuvimos tiempo para ver la parte final de Gallagher, compuesta por tres superclásicos, “Cigarettes & Alcohol”, “Wonderwall” y “Champagne Supernova”, que sin importar si se escuchaba bien o mal, la gente coreó. Una prueba de que Oasis hizo historia y la nostalgia es muy poderosa.

En cualquier caso, siempre es una pena que un artista como Liam no pueda construir un nuevo repertorio que trascienda, aunque ya tiene tres discos como solista y dos anteriores con Beady Eye, que no son nada despreciables.

Sonar mejor en estudio que en directo, nunca es buena señal. Al menos es lo que ocurrió en Mad Cool con el famoso mancuniano.

Nuestro objetivo principal de la jornada era Primal Scream, una banda que a lo largo de casi cuatro décadas ha definido el devenir del rock, bebiendo del pasado, del presente y el futuro.

Pero, antes tuvimos tiempo para disfrutar tiempo suficiente de Morgan y su emotivo sonido de aroma setentero, con la carismática Carolina de Juan dándolo todo desde el piano o incluso paseando por el escenario. Siempre es un plus que un festival incluya a Morgan en su cartel.

Mad Cool 2023
Morgan. Foto: Javier Bragado
Mad Cool 2023
Morgan. Foto: Javier Bragado




Nos apuramos para disfrutar el tiempo que fuese posible de la londinense de origen srilankés, M.I.A., una artista siempre sorprendente que se unió al Mad Cool a última hora. Nuestro objetivo sacudirnos con “Born Free”, esa brutal pieza construída sobre el sample del temazo de Suicide, “Ghost Rider”, de su álbum debut. El objetivo se cumplió. Mathangi «Maya» Arulpragasam, fue una excelente adición.

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M.I.A. Foto: Javier Bragado
M.I.A. Foto: Javier Bragado
Mad Cool 2023
M.I.A. Foto: Andrés Iglesias

Era el turno de Primal Scream y extrañamente, dada la cantidad brutal de gente presente, muchos buscando con tiempo de antelación un buen puesto para ver de cerca a Red Hot Chili Peppers, pudimos ubicarnos en lugar privilegiado frente al escenario.

La banda del vocalista Bobby Gillespie y el guitarrista Neil Innes, vino en un interesante formato con un coro góspel de cinco voces del House Gospel Choir, el batería desde 1997, Darrin Mooney, la bajista desde 2012, Simone Butler, y los nuevos integrantes Alex White de Fat White Family en el saxo (un aporte extraordinario) y el teclista Terry Miles, sustituto de Martin Duffy, prematuramente fallecido en 2022.

Fue un set compacto que acudió al lado más cercano a la era del exitoso disco Give Out But Don’t Give Up (1994) donde afianzaron las influencias góspel y el rock de aroma stoniano, muy presente aquí ya no solo por ciertos manierismos de Gillespie ala Mick Jagger sino por el directo homenaje a “Symplathy for the Devil” introduciendo los repetitivos coros “hu-hu” durante la interpretación de “Loaded”.

El comienzo con “Movin’ on Up”, clásico de Screamadelica (1991), con los coristas en plan estelar, nos metió de lleno en el concierto. La voz de Gillespie frente al escenario no se escuchaba debidamente, así que nos movimos algo hacia atrás y la cosa cambió para bien.

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Primal Scream. Foto: Paco Poyato




Jailbird” de Give Out But Don’t Give Up, comenzó la fiesta dance rock teñida de góspel, que tuvo pocas pausas. Antes de volver a ese disco con la única sosegada del set, “Big Jet Plane”, abordaron la pegadiza “Can’t Go Back” de Beautiful Future (2008).

It’s Alright, It’s OK” fue la única de More Light (2013), uno de los discos más intensos de la banda, que en su momento marcaba el fin de la etapa con el bajista Gary “Mani” Mounfield, quien regresaba a The Stones Roses, aunque resultó una fallida vuelta al ruedo.

La libidinosa “Suicide Bomb” dejaba la mesa servida para el vitamínico tramo final que siguió con “Loaded”, la increíble “Country Girl”, que puso a bailar a todos (en ese momento ya había algunos fuera de control), para finalizar bien arriba con “Rocks”.

Un set relativamente corto que obvio el material de la trilogía esencial, Vanishing Point (1997), XTRMNTR (2000) y Evil Heat (2002), cuando la banda se sumergió en un potente rock electrónico con elementos kraut y dub.

Quizá Primal Scream haya perdido cierto mordiente, pero sigue sonando provocativa y contagiosa.

Mad Cool 2023
Primal Scream. Foto: Paco Poyato

Maika Makovski, a quien hemos visto y disfrutado en directo unas cuantas veces, merecía un escenario grande. Ella es fenomenal y su música engancha a cualquiera. No quisimos dejar de otorgarle parte de nuestro tiempo antes de Red Hot Chili Peppers, aunque sabíamos que nos iba a costar no poder tener una ubicación decente para ver a la veterana banda californiana. Pero Maika nunca defrauda.

Ante una avalancha humana de inmensas proporciones, Flea, John Frusciante, Chad Smith y Anthony Kiedis, trataron de demostrar que siguen siendo indomables y que su música aun es capaz de detonar en nuestro cerebro.

La verdad es que Flea es un fuera de serie, tanto como bajista como también en el rol de showman. Su bajo tenía una pegatina que reza: “Support Your Local Freak”. Kiedis, en cambio, ha perdido dinamismo y pegada, aunque su voz mantiene el nivel.




Sabido es que Red Hot Chili Peppers tuvo una primera etapa cuyo punto culminante ocurrió en 1991 con el quinto disco, Blood Sugar Sex Magik, y que luego de los coletazos de One Hot Minute (1995) y Californication (1999), el grupo entró en una zona de confort que si bien ha arrojado buenos discos, el riesgo y la aventura ha sido controlada.

De hecho, el setlist arranca en aquel disco de 1999 del cual tocaron tres temas -incluido el que le da nombre “Californication”-, y solo el encore puso el foco en el imprescindible de 1991, tiempos en los que el rock alternativo en todas sus formas acaparaba atención.

Todo lo demás se enfocó en el siglo 21, nada criticable sino fuera porque presenta a un grupo mucho más predecible, bastante menos rompedor al que pudimos ver 20 años atrás.

Mad Cool 2023
Red Hot Chili Peppers. Foto: Andrés Iglesias

Así, tras el jam introductorio (ni tan jam, porque lo han venido tocando de la misma manera), una mezcla de rock progresivo ala Zappa y funky, entraron de lleno en el repertorio con “Around the World”, “Snow ((Hey Oh))” y “Hard to Concentrate” de Stadium Arcadium (2006), y entre ellas “Here Ever After” de Unlimited Love, el primero de los dos discos publicados en 2022, de los que tocaron cinco temas en total.

A ese punto, ya el convencimiento sobre el pésimo sonido nos empujó a acometer la difícil empresa de adentrarnos en el bosque humano, algo que lucía quimérico. Si bien el avance fue significativo, el sonido solo mejoró un poco, con lo cual la conclusión es que no hubo una previsión ante tal cantidad de público que prácticamente se “chupó” un buen rango de frecuencias.

Mad Cool 2023
Red Hot Chili Peppers. Foto: Andrés Iglesias
Mad Cool 2023
Red Hot Chili Peppers. Foto: Andrés Iglesias

Quizá muchos se hayan conformado con este sonido, pero si asistieron los días previos a un concierto en ese escenario podrán concluir que algo pasó el sábado con Liam Gallagher y Red Hot Chili Peppers.




Por otro lado, siempre cabe preguntarse porqué muchos asistentes que se gastan un buen dinero en los abonos y luego consumiendo, parecieran no estar muy interesados en ver a los grupos y dedican su tiempo a reposar en el césped, hacerse fotos sin parar, y a socializar (incluso durante los conciertos, molestando a los que tienen alrededor).

Fue dificil poder disfrutar de los conciertos principales.

Casi que el gran final con “I Could Have Lied” y la infaltable “Give It Away”, fue un alivio para un concierto que se hizo interminable debido a las dificultades para disfrutarlo en condiciones medianamente decentes.

El cansancio hizo mella para distrutar a The Prodigy, pioneros del big beat, pero solo por homenajear a Keith Flint, constatar como suenan temazos ahora con Maxim como única voz, como “Firestarter” y la siempre polémica “Smatch My Bitch Up”, valía la pena el esfuerzo.

El pogo que se armó fue una locura, digno cierre del festival.

Lo peor, durante tres día seguidos: la larga caminata hacia el Metro.

Juan Carlos Ballesta