En octubre de 1973 vio la luz el cuarto álbum de la agrupación inglesa, con la formación consolidada con la que lograron su distintivo sonido
Renaissance
Ashes Are Burning
Sovereign/EMI. 1973. Inglaterra
Renaissance es una de esas bandas de rara identidad y oscuro origen. Su distintivo estilo está marcado por la voz de Annie Haslam, cuya educación operática trazó una línea que claramente definiría a la agrupación a inicios de los 70.
Elementos de folk, rock y música clásica fueron parte de las dos primeras obras de la agrupación, Renaissance (1969) e Illusion (1971), cuyo origen nos lleva a 1968 con el dúo acústico Together, conformado por dos ex-Yardbirds, Keith Relf y Jim McCarty. El dúo pronto se convertiría en quinteto con la adición del bajista Louis Cennamo, el teclista John Hawken y la cantante Jane Relf.
En un breve período, el grupo transmutó con notoria rapidez hasta consolidarse en un cuarteto integrado por el teclista John Tout, el bajista Jon Camp, el baterista Terence Sullivan y la excepcional Annie Haslam. Un quinto integrante, el guitarrista Michael Dunford, se encargaría de componer la música, aunque aún no era miembro formal de la banda.
Su talento como compositor tendría en la poetisa Betty Thatcher a la aliada ideal para delinear el concepto del cuarteto. Prologue de 1972 ya había dejado la primera impronta del sonido Renaissance por el cual es conocido, aunque con Ron Hendry en las guitarras.
Ashes Are Burning es una colección de seis temas que inicia con uno de los más hermosos intros del rock sinfónico. Un gong es el punto de partida para que Tout inicie su fraseo al piano alternando con otros teclados que revelan una influencia del barroco y otros elementos.
El gong nuevamente irrumpe para darle paso al rasgueo de Dunford acompañando a Haslam “Puedes entender, realmente entender, cuando llega la oscuridad, tú aún brillas»
La canción “Can You Understand?” está llena de hermosos pasajes donde se aprecia la orquesta dirigida por Richard Hewson, el punteado bajo Rickenbacker de Camp y otras variantes sonoras que aluden en algún momento a uno de los temas de “Doctor Zhivago”, han hecho de este tema una pieza obligada del género y seguro estoy que fue una de las responsables de atrapar el oído de muchos jóvenes ávidos por escuchar algo más que diferente. El tema inicial retorna al final para así redondear la pieza.
“Let It Grow” es otra hermosa canción que destaca la voz de Haslam. El piano, arpegiado, hace el intro y ella nos canta, “Tomando un tiempo para encontrar la línea correcta, calmadamente tomando los pensamientos que quieres compartir, inclinándome y sintiéndote crecer en mi mente…” son los versos que inician “Déjalo crecer”
Un claro enfoque sobre guitarra, voz y teclado volvemos a encontrar en “On The Frontier” (En la frontera). También una simple y hermosa canción que data de los primeros tiempos del grupo, compuesta por Jim McCarty y Betty Thatcher y donde Annie cuenta: “En la frontera estamos todos sin temor, somos sombras en la sombra en la frontera, cuando llega el amanecer seguimos fuertes donde pertenecemos”.
Si bien a lo largo de este álbum los músicos destacan sus habilidades, la agrupación deja claro un enfoque sobre el piano y la voz.
“Carpet of the Sun” (Alfombra del sol), tema donde destaca la orquesta con unos atractivos arreglos de Hewson (quien trabajó con Supertramp, The Beatles, The Bee Gees, James Taylor y Herbie Hancock), hace a esta pieza la más accesible del álbum.
La nostálgica “At The Harbour” (En el puerto), nos encuentra acompañados de Haslam, Dunford y Tout, este último ambientando la pieza. La letra describe un tormentoso puerto donde “la gente se agrupa para esperar la marea.”
El tema final da título al álbum e inicia con percusión y piano. Haslam cuenta, “Viajan los días de libertad, caminos que llevan a todos lados, ven conmigo y muestra cuanto te importa”.
Cuatro tercetos y dos cuartetos destilan la interesante lírica de Thatcher. Entre los tercetos, el cuarteto hace de puente. Uno de los atractivos de este tema es el desarrollo instrumental que sigue a la voz de Haslam tras el primero de los cuartetos llegando al tercer minuto de esta composición.
El rítmico bajo de Camp, evocador de Chris Squire, va llevando la pieza a diferentes momentos en los cuales diversos teclados alternan la melodía. Hacia el minuto siete el órgano queda solo por unos momentos y Haslam entra nuevamente hasta alargar la nota de la última palabra del último verso.
Esa estrofa final contiene nueve versos. Andy Powell es el guitarrista que da las pinceladas roqueras que poco a poco se desvanecen, culminando así este excelente álbum.
La ingeniería de grabación estuvo a cargo de Dick Plant con asistencia de Richard Goldblatt y el arte de la portada es obra de Hipgnosis. Poco o nada se habla de los dos primeros álbumes de Renaissance.
Su tercero comenzaría a llamar la atención con el tema título y la excelente vocalización de Annie Haslam y el acompañamiento del piano de John Tout pero no hay dudas que Ashes Are Burning marcaría el camino que les llevó a producir excelentes trabajos como Turn of the Cards (1974), Schehrezade and Other Stories (1975), Novella (1977) y A Song for All Seasons (1978).
A la fecha, el álbum más reciente de Renaissance es Grandine il Vento de 2013 (reeditado al año siguiente bajo el nombre de Symphony of Light). Al igual que en sus inicios, en tiempos recientes la banda había transmutado de tal forma que solo Dunford y Haslam permanecían de aquella clásica formación de los años 70.
Dunford falleció de una hemorragia cerebral justo después de grabar el álbum donde además participaron John Wetton (King Crimson), Ian Anderson (Jethro Tull) y Tom Brislin (Yes).
Renaissance sigue su camino con Haslam al timón, pero probablemente sea irrepetible un disco tan inspirado como Ashes Are Burning
Leonardo Bigott
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