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Mr. Tambourine Man: el luminoso álbum debut de The Byrds

Mr Tambourine man

El 21 de junio de 1965 fue publicado el maravilloso álbum debut de la influyente banda californiana, pionera de la fusión de rock, folk, country y psicodelia

The Byrds
Mr. Tambourine Man

Columbia. 1965. EE UU

La atribulada década de los 60, que estaba por llegar a su primer lustro, vio nacer a una de las bandas más increíbles de la historia del rock, The Byrds.

Rodaba el año de 1964 en la ciudad de Los Ángeles, California, cuando Jim McGuinn (Roger desde 1967) y sus muchachos se lanzaron a la ardua aventura de vivir de la música.

Considerados en la actualidad, tan influyentes como The Beatles, The Rolling Stones y, por sus armonías vocales, The Beach Boys, The Byrds amalgamó una fórmula donde convivían el rock, el country, la psicodelia, el folk, el pop y el jangle pop, este último un estilo caracterizado por la aguda tonalidad de las guitarras eléctricas que, en el caso de McGuinn, estaba en su Rickenbacker de 12 cuerdas.

La banda, bajo la ineludible influencia de varios de los grupos de la Primera Invasión Británica que incluían a los tres ya mencionados, cautivó la atención de un público que gustaba de las canciones de amor pero también de reflexivos temas sociales.




En esos años, The Byrds popularizó grandes temas como “Mr. Tambourine Man” de Bob Dylan, “Turn!, Turn!, Turn!” y “Eight Miles High”, temas que la haría pionera del country rock, el folk rock y, en el caso del tercero, el raga rock, estilo con una marcada influencia india y psicodélica como la que encontramos en Revolver de The Beatles.

En esos primeros años, The Byrds logró grabar álbumes como Turn!, Turn!, Turn! (1965), Fifth Dimension (1966), Younger Than Yesterday (1967) y The Notorious Byrd Brothers (1968) y Sweet Heart of the Rodeo (1968).

En sus orígenes la banda estaba conformada por Jim McGuinn, voz y guitarras; David Crosby, guitarra rítmica y voz; Chris Hillman, bajo y voz; Gene Clark, en la pandereta y las voces; y Michael Clarke en la batería.

El grupo pronto se transformaría en cuarteto. Algunos años después, varios de los ex miembros de The Byrds gozarían del éxito de otras bandas. El más claro ejemplo fue David Crosby quien junto a Graham Nash, Stephen Stills y, a veces, Neil Young, formó parte de la inmortal CSN / CSNY.




The Byrds grabaría su último álbum en 1973. Otros pioneros del género, Gram Parsons (piano y guitarra) y Clarence White (guitarra), fueron parte de la breve pero rica historia de The Byrds.

Las 12 gemas de Mr. Tambourine Man

Nuestro celebrado disco, producido por Terry Melcher, nos recibe con una foto de la banda y, abriendo el repertorio, “Mr. Tambourine Man” con McGuinn, quien inspirado en Bach, marca el primer acorde en su Rickenbacker de 12 cuerdas al tiempo que nos canta: “Oiga, Señor de la Pandereta toque una canción para mí, no estoy somnoliento ni tengo lugar a donde ir, oiga Señor del Tamborín toque una canción para mí, en la mañana de jingle jangle te seguiré…”

La versión da un giro radical a la original folk de Dylan. En ésta participan Leon Russell (†) en el piano eléctrico, Larry Knetchel al bajo, Hal Blaine en la batería y Jerry Cole en la guitarra rítmica.

Sigue el disco con el movido tema de Gene Clark,I’ll Feel a Whole Lot Better” (Me sentiré mucho mejor): “La razón por la cual no puedo decir, debo irme nena y pronto, después de lo que hiciste no puedo quedarme, y probablemente me sentiré mejor cuando no estés”

Las excelentes armonías vocales se conjugan con el solo de guitarra. ¡Un temazo!

El tercer surco también nos mueve. “Spanish Harlem Incident” (Incidente en el Harlem hispano)”: “Chica gitana, las manos de Harlem, no puedo sostenerte a su calor, tu temperatura es demasiado caliente para domar, tus flameantes pies queman la calle…”

En ella McGuinn y sus muchachos mantienen el estilo centrado en guitarras y armonías vocales con una base rítmica haciendo su trabajo sin mayores alteraciones.

You Won’t Have to Cry” (No tendrás que llorar), es una canción de amor donde McGuinn le asegura felicidad a su pretendida porque “con él ella no tendrá que llorar más”.

En contraste “Here Without You” encuentra a nuestro romántico personaje en un estado desolador ante la ausencia del ser que ama.




El primer lado cierra con “The Bells of Rhymney” (Las campanas de Ryhmney), compuesta por el gran músico folk y activista social Pete Seeger (†) y el gran poeta galés Idris Davies e inspirada en su obra de 1938 Gwalia Deserta sobre el desastre minero y el gran fracaso de la huelga general de 1926.

“¿!Oh! qué me darás?, dicen las tristes campanas de Rhymney, ¿Hay esperanzas para el futuro? Dicen las marrones campanas de Merthyr ¿Quién hizo al dueño de la mina?….”

Inicia el lado B con otro tema de DylanAll I Really Want To Do”, una sencilla canción con McGuinn diciéndonos que “sólo quiere amistad”.

La pieza es seguida de otra simple canción de amor “I Knew I’d Want You”, compuesta por Clark. Los músicos invitados participan nuevamente en esta pieza.

En la misma tónica sigue “Its No Use”, pero con una más elaborada letra que en parte nos dice: “De nada sirve decir que te quedarás, si no quieres ser toda mía, no tengo espacio para alguien que quiera lastimarme… Alguien que no pueda ver el amor que traté de darle, de nada sirve decir que estarás si no quieres que nuestro amor viva”.




Luego escuchamos las notas de “Don’t Doubt Yourself, Babe” (No dudes de ti, nena): “No dudes de ti, nena, lucha por tus creencias, nena, see lo que estás pensando, crees que debes atrapar al tiempo, haz que el amor vaya por el camino recto y estrecho”

La pieza tiene un buen momento instrumental. La canción fue escrita por Jackie DeShannon, una de las más importantes de los 60s recordada por “What The World Needs Now Is Love” y “Put A Little Love In Your Heart

Otros dos excelentes temas culminan el disco, “Chimes of Freedom” de Bob Dylan del álbum Another Side of Bob Dylan (1964) y “We’ll Meet Again” (Nos encontraremos de nuevo), la conocida canción de Ross Parker (†) y Hughie Charles (†).

La primera es un tema sobre una pareja que busca guarecerse para protegerse de una tormenta eléctrica y la segunda sobre un posible encuentro de dos personas (presumo una mujer y un hombre) donde la banda nos dice:“Nos encontraremos de nuevo, no sé cuándo ni dónde, pero sé que nos encontraremos de nuevo algún día soleada”

Este extraordinario inicio de The Byrds está considerado entre los mejores discos debut en la historia del rock por diversos medios especializados. También por Ladosis.

Leonardo Bigott



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