Cuando pocos lo pensaban, el 14 de abril de 1983, el siempre sorprendente músico inglés publicó su más exitoso disco, en plena era MTV
David Bowie
Let’s Dance
EMI. 1983. Inglaterra
Los años 70 habían visto el desarrollo de los personajes de David Bowie desde la fantasía glamorosa espacial de Ziggy Stardust hasta el soul paranoico de Thin White Duke en Young Americans (1975).
Desde el coqueteo con el hard rock en The Man Who Sold The World hasta la trilogía berlinesa que empezó con Low y Heroes en 1977 y termina con Lodger en 1979, se ve una mutación de un artista que estuvo explorando todas las aristas del infinito mundo pop siempre rodeado de magníficos músicos y productores que le ayudaban a materializar su visión.
La nueva década le saluda con Scary Monsters, un sólido décimo cuarto álbum con el que muestra infinita creatividad para lograr reconocimiento comercial con su entendimiento del género new wave y un año más tarde la colaboración con el cuarteto Queen, “Under Pressure”, que les merecería primeros lugares en las listas.
Bowie pasaría 1982 dedicado a la actuación entre teatro y cine, asumiendo la música de esas actuaciones e incluso lanzando como sencillo “Cat People (Putting Out Fire)”, que obtuvo modesta relevancia en las listas americanas e inglesas.
Para diciembre de ese año se había asociado con el guitarrista Nile Rodgers de Chic para seguir aproximándose a un sonido más accesible de lo que había logrado previamente, cosa que disgustó a Tony Visconti, con quien había trabajado en gran parte de su discografía.
La intención esta vez era lograr renovar su sonido y añadirle ganchos que resultaran atractivos para un mayor público. Se rumora que la grabación no tomó sino dos semanas y que Carlos Alomar, el guitarrista puertorriqueño que había trabajado con Bowie desde mediados de los años 70, estuvo ocupado con otros proyectos mientras ocurrieron las sesiones en Nueva York.
Let’s Dance es lanzado el 14 de abril de 1983 bajo el sello EMI siendo el primero en esta casa disquera tras poco más de una década con RCA y pasa a ser el primer disco donde David decide no tocar ningún instrumento.
Una estruendosa guitarra rasgada marca el ritmo antes de la cuasi robótica percusión, mientras se desarrolla el interesante post soul de “Modern Love”, la pista inicial pegadiza que recuerda a Little Richard.
Tony Thompson de Chic es invitado a ejecutar la batería en una composición de un Bowie maduro y reflexivo acerca de las definiciones del amor moderno prefiriendo una vida más organizada.
Co escrita junto a su gran amigo Iggy Pop y habiendo sido lanzada originalmente en el álbum The Idiot en 1977, “China Girl” no es más que una referencia al abuso de drogas como la heroína así como el imperialismo del hombre blanco y su visión racista hacia otras culturas, representado en un video musical donde critica al personaje masculino dominando a la sumisa cultura “inferior” representada en una mujer.
Fue el segundo corte promocional del disco y alcanzó altos puestos en ambos lados del Atlántico.
La canción que titula este larga duración constituye el más grande éxito del compositor británico en su vasta y cambiante carrera . Originalmente concebida y presentada de manera acústica, es la muestra de la habilidad de Rodgers de crear una contundente y extensa pieza bailable que deja entrever una nueva cara del funk en un contexto pop que en siete minutos hipnotiza al escucha y lo invita a desinhibirse, mientras la guitarra con delay de Nile juguetea con ensamble de vientos.
El bluesero Stevie Ray Vaughan hace lujo de sus dotes con un grandioso solo de guitarra luego de que la sección instrumental le permita a Bowie descansar y los saxofones se entrelazan.
El video del que fuese el primer sencillo del álbum fue grabado en Australia, donde encontramos a David cantando en un bar ante unos desprevenidos asiduos visitantes cuyas reacciones ante una pareja que baila la canción son genuinas.
El documento audiovisual también sirvió como crítica a las culturas que se imponen ante otras, tal y como el tema anterior.
La breve conclusión de la cara A, “Without You” calma los ánimos con una ejecución vocal totalmente en falsete declarando lo vacío que se siente sin ella. Como dato curioso, la portada de este sencillo fue realizada por el artista Keith Haring.
La sincopada “Ricochet” guiña al creciente interés del world beat en la música popular occidental, decisión de Rodgers que Bowie en retrospectiva sintió que no permitía que la canción fluyera del modo correcto.
Compuesta por el trío inglés Metro y funcionando como lado opuesto al single de “Without You”, la sugerente “Criminal World” es otra reinterpretación de David adaptándola al híbrido funk pop/new wave con otra impecable participación de Vaughan.
Fue prohibida en noviembre de 1983 por Radio One en el Reino Unido por su su temática andrógina. “Cat People (Putting Out Fire)” es revisada y regrabada ya que había formado parte de la banda sonora del filme Cat People.
La música fue compuesta por el afamado productor italiano Giorgio Moroder (productor de Donna Summer) y es un análisis a la naturaleza animal de los seres humanos, en especial en lo sexual.
“Shake It” es el recordatorio final de un disco cuya intención es ser contagiosamente bailable, con dos moralejas: el amor es mejor que el dinero y que hay que no hay mal que el baile no resuelva.
Ha sido celebrado como el álbum que le permitió llegar a una mayor audiencia y fue bien recibido por la prensa. Fue una oportunidad única para un relativamente desconocido Stevie Ray Vaughan de ganar notoriedad fuera de su contexto blues rock mientras que Nile Rodgers continuó ampliando sus colaboraciones con INXS y Duran Duran.
La gira de apoyo se llamó Serious Moonlight, con el regreso de Alomar a las filas de la banda, y finalizó en Hong Kong el 8 de diciembre del mismo año, rindiéndole homenaje a su amigo John Lennon con la interpretación de “Imagine”.
Sin embargo, luego de dos álbumes siguiendo el mismo esquema pop y la banda sonora de la película Labyrinth, Bowie sintió que debía reinventarse como lo hizo con su banda Tin Machine, acercándose al hard rock.
Let’s Dance fue un excelente experimento para complacer tanto a su nueva casa disquera como a un público sediento de nueva música, en un momento donde el new wave dominaba las listas de popularidad.
IL Gimón @ilgimon
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