El 12 de septiembre de 1980 fue publicado el exitoso décimo cuarto álbum del siempre sorprendente músico inglés, uno de sus mejores
David Bowie
Scary Monsters (and Super Creeps)
RCA. 1980. Inglaterra
La entrada de David Bowie a la nueva década daba por concluida la etapa berlinesa junto a Brian Eno que arrojó tres maravillas, Low (1977), Heroes (1977) y Lodger (1979), con las que a pesar de avanzar artísticamente no obtuvo la misma resonancia que en los años de gloria glam.
A decir verdad, la crítica, jugando posición adelantada, no daba mucho crédito al próximo movimiento de Bowie y auguraban que la nueva realidad que se asomaba en los años 80 lo dejaría atrás. Ya daban por hecho que Bowie había dado todo lo bueno que podía dar y que había agotado sus camaleónicas reinvenciones.
El décimo cuarto disco en estudio era el último con el sello RCA y con él ocurrió todo lo contrario a lo que se pensaba. Publicado el 12 de septiembre de 1980, de inmediato obtuvo el beneplácito de crítica y público, posicionándose en el puesto #1 en Gran Bretaña y restaurando la figura de Bowie como un artista de éxito instantáneo.
Algunos críticos aseguraban que Scary Monsters sería su último gran disco, pero Bowie se encargaría de demostrar con otros discos posteriores que su creatividad no se agotó ni siquiera con la muerte.
Esta vez Brian Eno estuvo ausente y el proceso de grabación realizado en los estudios The Power Station en Nueva York y Good Earth en Londres, con Tony Visconti al frente de la producción y la ingeniería, fue más enfocado y con menos experimentación.
Participaron una serie de grandes músicos invitados repartidos en los diez temas, con una banda base que por quinto y último disco consecutivo acompañaría a Bowie, conformada por Dennis Davis (batería), George Murray (bajo) y Carlos Alomar (guitarras), con Bowie encargado de sintetizadores, mellotrón, piano, efectos de sonido y saxofón.
El disco comienza con “It’s No Game (No, 1)”, una pieza con cierto grado de neurosis, tanto por la cruda vocalización de Bowie, la voz en japonés de Michi Hirota, pero sobre todo por la guitarra de Robert Fripp, quien no había participado en Lodger porque estaba envuelto con su explosivo primer disco como solista, Exposure (1979).
Había pedido Bowie a Fripp que imaginara un duelo con B.B. King, pero que debía el encargarse de ambas guitarras. El resultado fue una sorprendente puerta de entrada al disco, con unos primeros segundos de ruido.
“Up the Hill Backwards”, inspirada en la ruptura con su esposa Angela Bowie, comienza y termina con un ritmo a lo Bo Diddley, con un ritmo a medio tempo entre medio que podría ser parte de Low o Heroes.
Participan Fripp, el pianista Roy Bitten (de la E Street Band de Bruce Springsteen) y el productor Tony Visconti en la guitarra acústica.
Fue lanzada como cuarto y último single seis meses después, sin mucha repercusión
Luego comienza el tema que da título al disco, oscuro e intrigante, fácilmente inspirador para muchas bandas de los 80, y a su vez alineado con lo que ocurría en el entorno. Posee cercanía con las colaboraciones de Bowie con Iggy Pop esos años, The Idiot y Lust for Life.
Parte de su letra sobre la historia de una mujer que desciende hacia la locura dice: “Cuando la miré a los ojos eran azules pero no había nadie en casa / Ahora es estúpida en la calle y no puede socializar”
La guitarra de Fripp vuelve a ser fundamental.
El tema central del disco es la melancólica “Ashes to Ashes”, primero lanzado como single un mes antes, acompañado por un icónico videoclip codirigido por David Mallet, en el que Bowie aparece con atuendo de Pierrot (actores de pantomima), que domina la imagen de esta fase de Scary Monsters.
El vídeo, con segmentos solarizados, a color y blanco y negro, fue una especie de reconocimiento a la naciente escena londinense de los Nuevos Románticos, y por ello aparece Steve Strange del grupo Visage. Fue por mucho la más costosa producción.
El personaje Major Tom, protagonista de “Space Oddity”, hace de nuevo su aparición, y no volvería hasta “Hallo Spaceboy” en el disco Outside (1995).
Parte de su letra dice: “¿Recordaras a aquel chico de aquella canción de hace poco? / He oído un rumor del Control Terrestre / Oh, no, no me digas que es cierto / Tienen un mensaje del Hombre de Acción: ‘Estoy feliz, espero que ustedes también. He amado todo lo que necesitaba amar’ / Sórdidos detalles siguen después.
Las carcajadas de nadie están matando / En síntesis, tan sólo fotos de chicas japonesas / No tengo dinero y no tengo pelo / pero espero patear éste planeta llameante.
El polvo, hacia el polvo, del miedo hacia el miedoso / Sabemos que el Comandante Tom es un drogadicto / Atado fuera del cielo allá arriba / A golpearlo despacio por siempre”
Un rol muy importante en el tema lo tiene Chuck Hammer, quien grabó varias pistas de guitarra sintetizada (muy novedoso para el momento), dándole el sonido distintivo.
El lado A lo cierra “Fashion”, escogida como segundo single y que también cuenta con un gran vídeo también de David Mallet filmado en el club Hurrah propiedad de su amigo Robert Boykin.
Tomando inspiración de sus hits de 1975, “Fame” y “Golden Years”, el tema cuenta con otra gran intervención de Robert Fripp que contribuye con los arreglos funky y reggae.
El lado B lo abre “Teenage Wildlife”, el tema más largo del disco con siete minutos de duración, con el cual Bowie parece darle una palmada en la espalda a Gary Numan, uno de sus discípulos musicales, con un tema en su misma dimensión.
Participan de nuevo Bitten en el piano y Chuck Hammer junto a Fripp y Alomar, haciendo un trabajo fenomenal de guitarras.
“Scream Like a Baby” es una pieza alineada con el “new wave”, que llevaba años en la mente de Bowie, cambiando varias veces de nombre. Cuenta con el gran aporte de Andy Clark (Be Bop Deluxe, Red Noise) en los sintetizadores y los coros de Visconti.
Bowie, siempre dado a las versiones, incluyó “Kingdom Come”, original de Tom Verlaine (Television). Una decisión, sin duda, afortunada. Es seguida por “Because You’re Young”, que bien podría haber sido otro single
La conclusión del disco es “It’s No Game (No. 2)”, más sosegada que la parte 1, resultando en uno de los mejores momentos de Scary Monsters, ideal para el cierre.
El diseño de arte de la portada/contraportada es un collage a escala de Edward Bell con Bowie como Pierrot en el video de “Ashes to Ashes” y fotos de Brian Duffy. La portada original (no reproducida en la reedición de 1992 y restaurada en los remasters de 1999) hace referencia a cuatro álbumes anteriores, los de la trilogía berlinesa y Aladdin Sane (portada también con foto de Duffy).
Sin duda, Scary Monsters (and Super Creeps), es uno de los mejores trabajos en la extensa y riquísima carrera de David Bowie, y cuatro décadas después, conserva intacto su atractivo. Y aún faltaba por llegar el disco más vendedor de su carrera, Let’s Dance, tres años después.
Juan Carlos Ballesta
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