El 12 de septiembre de 1980 se publicó el gran cuarto álbum de la emblemática banda inglesa, aún inmersa en su etapa de potencia post punk
XTC
Black Sea
Virgin. 1980. Inglaterra
Llegaba la agrupación de Swindon, Inglaterra, a su cuarto disco luego de meses tocando arduamente y habiendo pasado por la salida del teclista Barry Andrews que modificó su sonido art punk y saltarín por uno más melódico, no por ello menos potente.
Era para aquel momento una de las agrupaciones centrales del post punk, ya con el guitarrista y arreglista Dave Gregory plenamente integrado -aunque con cierta frustración por no poder aportar composiciones, luego de haberse incorporado para Drums and Wires (1979) de forma apurada.
Bajo la producción de Steve Lillywhite y la ingeniería de Hugh Paghdam, Black Sea fue un gran salto en todos los aspectos, especialmente en el sólido y envolvente sonido de la batería de Terry Chambers y en el tratamiento de las guitarras.
Para septiembre, el año 1980 ya había producido varios de los más representativos discos de una etapa irrepetible, entre ellos el segundo y último de Joy Division (Closer), el debut de Echo & The Bunnymen (Crocodiles), el tercero de Siouxsie and The Banshees (Kaleidoscope), el tercero de Magazine (The Correct Use of Soup), el tercero de The Police (Zenyatta Mondatta), y aún estaba por aparecer el primero de Bauhaus (In a Flat Field)
Y entre esa importante producción estuvo Black Sea, un disco que se convirtió en el más exitoso de la banda en Estados Unidos y segundo en Gran Bretaña, con tres singles ubicados entre los 40 primeros de las listas británicas.
El disco comienza con la potente “Respectable Street”, cuya letra está inspirada por Bowood Road, diagonalmente opuesto a su lugar de residencia en Swindon. Un espejo de la cotidianidad en Inglaterra, y aunque fue lanzado como single su difusión fue prohibida en la BBC por contener referencias al aborto.
Musicalmente es un despliegue guitarrero fantástico con un Andy Partridge desplegando toda su neurosis como cantante, mientras mezclan su etapa más punketa con pasajes más melódicos
La primera de dos composiciones del bajista Colin Moulding (habitualmente siempre aportó menos canciones pero todas fantásticas y venía de ser artífice de singles como “Making Plans for Nigel” y “Life Begins at the Hop”) fue “Generals and Majors”, elegido como el primer single, llegando al puesto #32.
La pieza es una de las más pegadizas del disco, rítmica y melódicamente, con una letra que satiriza sobre la frase “oh, what a lovely war”.
“Living Through Cuba” es uno de los temas más políticos de Partridge, en el que aborda la tensa relación entre Estados Unidos y la Unión Soviética debido a Cuba.
Chambers opta por una afinación de redoblante muy cercana a un timbal, mientras las guitarras suenan afiladas, cortantes.
Continua el disco con “Love at First Sight”, el otro pegadizo tema cortesía de Moulding, con un interesante juego de guitarras entre Partridge y Gregory, y una vocalización que intercala una voz robótica con el reconocible estilo del bajista.
El elaborado ritmo de batería conduce “Rocket from a Bottle”, una joya un tanto subestimada de Partridge, que incluye muchas de las inflexiones vocales de su autor y dosificados efectos “flanger” de guitarra.
Es el quinto tema del disco y ya el disco dejaba claro su grandísimo poder seductor.
El completísimo lado A lo cierra “No Language in Our Lungs”, una pieza intensa, de ritmo aletargado pero contundente, con atmósferas “wall of sound” y crescendos guitarreros que en algo recuerdan a “I Want You” de Abbey Road (The Beatles, 1969)
Uno de los grandes momentos es “Towers of London”, el tema más conocido y recordado de Black Sea, el cual da comienzo al lado B. Musicalmente, Partridge ha reconocido la influencia de “Rain” de The Beatles.
Su temática es un tributo a los trabajadores de la era victoriana que ayudaron en muchas construcciones londinenses.
Habiéndose propuesto grabar un disco sin tener que hacer “overdubs” o adiciones posteriores, esta pieza es la única del disco con algún tipo de edición, en este caso la batería de Chambers.
“Paper and Iron (Notes and Coins)” es uno de los temas de Black Sea que posee vínculos con la etapa de Drums and Wires. Posee una rítmica casi tribal que le otorga personalidad, sobre la que guitarras y voz se despliegan con libertad. Podría ser un “outsider”.
Los dos siguientes temas del disco pertenecen a esa categoría tan nutrida de XTC de clásicos pegadizos y melódicos. Primero “Burning with Optimism’s Flames”, con fantástica vocalización y finas guitarras y cierto aire al lado más punky de The Police, grupo con el cual giraron por Australia, Nueva Zelanda y Estados Unidos en 1980 y 1981.
Y enseguida “Sgt. Rock (Is Going to Help Me)”, una antigua composición de Partridge a la que curiosamente calificó tiempo después como la más irrelevante de Black Sea.
Diga lo que diga su compositor, es un tema pegadizo (no por casualidad el single que más alto escaló en las listas), con unos excelentes coros de Moulding, una batería ágil, y Gregory luciéndose tanto en guitarra como en un sutil sintetizador.
El final del disco es poco menos que sorprendente. En perspectiva, los siete minutos de “Travels in Nihilon” son los que menos encajan en el sonido global de XTC, tanto de la etapa comenzada con White Music (1978) y finalizada con English Settlement (1982), y menos aún en la que siguió luego que abandonaran los escenarios, iniciada con Mummer (1983) y finalizada con la dupla Apple Venus Vol 1 (1999) y Wasp Star (Apple Venus Vol 2) (2000).
“Travels in Nihilon” en un tema fronterizo, habitando el lado más crudo del rock y al mismo tiempo deconstruyendo al punk, aportando eclecticismo al que sin duda era el más completo disco de XTC hasta aquel momento.
La batería repetitiva en plan tribal (como un híbrido entre Budgie y John Bonham), el fabuloso bajo en línea directa con Public Image Ltd, las guitarras poseídas por un bizarro espíritu funk, y la angustiosa vocalización, hace de éste un tema único y brillante.
La portada del disco, con fotografía de Ralph Hall, muestra al cuarteto en ropa náutica, en alusión al titulo del disco que refleja los sentimientos claustrofóbicos que Partridge sentía y que no tardarían mucho tiempo en manifestarse en la crisis nerviosa que lo llevó a decidir no tocar más en vivo.
En tiraje limitado, las copias iniciales del LP iban envueltas en un papel verde con los títulos en grande.
Cuarenta años después, Black Sea sigue ubicado en lugar preferente de la fiel legión de seguidores de XTC. Parece mentira que la mitad de ese tiempo sea el que nos separa de su última producción, mientras tanto miles de fans siguen esperando que Andy, Colin, Dave e incluso Terry, decidan aparcar las diferencias que los separan.
Juan Carlos Ballesta
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