Revisamos el gran legado de una de las mas aventuradas y singulares agrupaciones de la historia del rock, cuyo sonido aun impresiona.
Cuarenta años después de su disolución y a cincuenta de su irrupción, la música del Gigante Amable sigue sonando sorprendentemente vanguardista y diferente. Por eso, seguir considerando a esta banda inglesa una fuente musical de primera categoría y un manantial creativo todavía inagotable, lejos de ser un acto de nostalgia es una manifestación de justicia y un reconocimiento a su imperecedero legado.
Juan Carlos Ballesta
Gentle Giant fue formada a comienzos de 1970 por los hermanos escoceses Ray, Derek y Phillip Shulman a partir de las cenizas de la banda de pop psicodélico Simon Dupree and The Big Sound.
A ellos se les unieron el teclista de formación académica Kerry Minnear y el guitarrista Gary Green. Su primer disco, Gentle Giant (1970), que incluye el clásico “Funny Ways” y la épica “Nothing at All”, fue la piedra fundacional del distintivo sonido que desarrollarían en los años sucesivos, una singular mezcla de folk, psicodelia, música medieval, jazz británico, academicismo, blues y rock progresivo, género al cual ellos ayudaron a consolidar.
Para el momento de aquel primer disco, el rock se había ramificado de manera sorprendente. Nuevas formas habían surgido, expandiendo las fronteras no solo del rock, sino también de otras corrientes musicales como el folk y el jazz. Cuando se acuñaron las etiquetas “rock sinfónico” y “rock progresivo”, se tenía claro que un segmento de músicos de las nuevas generaciones, principalmente europeos, tenían otros intereses más allá del blues.
Músicos como Jon Lord (teclista de Deep Purple), Keith Emerson con The Nice o grupos como The Moody Blues y Pink Floyd, experimentaban con el legado académico, uniendo rock con arreglos orquestales.
El naciente rock progresivo, había irrumpido con fuerza moviendo los cimientos de la música popular gracias a discos como In The Court of Crimson King (1969) e In the Wake of Poseidon (1970) de King Crimson; Yes (1969) y Time and a Word (1970) del grupo Yes; el homónimo debut de Emerson Lake and Palmer; Trespass (1979) de Genesis; los dos discos de Van Der Graaf Generator en 1970, The Least We Can Do Is Wave To Each Other y H to He, Who Am The Only One; o Caravan con If I Could Do It All Over, I’d Do It All Over You (1970).
Atrás quedaba la habitual estructura de “canción” en favor de largas composiciones de alto riesgo, con estructuras musicales de inverosímil complejidad que incluían múltiples cambios -desde momentos frenéticos a pasajes pastorales-, alta exigencia en la ejecución, letras existenciales, poéticas y fantásticas.
A todo ello se unía la estética visual con llamativos diseños de arte con ilustraciones especiales que rompieron paradigmas y con ambiciosos empaques. El novedoso lenguaje provocó el surgimiento de nuevos sellos discográficos, algunas subsidiarias de sellos poderosos que en principio no sabían como mercadear discos que no se parecían a ningún otro de su catálogo.
En ese sentido, el primer álbum de Gentle Giant presentaba una impactante ilustración desplegable en vertical del gigante sosteniendo en su mano a los seis integrantes del grupo. Todo estaba servido para que el grupo inglés se convirtiera en uno de los más aventurados y singulares capítulos de los años 70 y en perspectiva, de la historia del rock.
Gentle Giant y la búsqueda de un sonido único
Ya con su segundo trabajo, Acquiring the Taste (1971), Gentle Giant comienza a ser incluida en el selecto listado de innovadoras bandas británicas encabezadas por Yes, Genesis, Van Der Graaf Generator, King Crimson, Soft Machine, Jethro Tull, Caravan, Pink Floyd y Emerson Lake & Palmer, las cuales definieron el sonido de la primera mitad de los años 70.
En 1972 se edita Three Friends, el más íntimo y refinado de toda su discografía, a partir del cual se encarga de la batería el gran John Weathers (ex de la Grease Band de Joe Coker), sustituyendo a Malcolm Mortimore, quien a su vez le hizo el relevo a Martin Smith.
El cuarto trabajo fue el maravilloso Octopus (1973), último de los discos en los que participa Phillip Shulman, el hermano mayor de la dinastía, trabajo con el que obtienen cierta resonancia en Estados Unidos y explotan definitivamente en Europa.
A él pertenecen temas de alto impacto como “The Adventure of Panurge”, “Raconteur Troubadour”, la deslumbrante pieza vocal “Knots” o la exquisita “Think of Me with Kindness”.
Después de este álbum, Gentle Giant se consolida como una banda inimitable
Gentle Giant: de sexteto a quinteto
A partir de entonces, la responsabilidad vocal principal, que era hasta ese momento compartida por Derek y Phil, empieza a recaer en el menor de los Shulman, con el resto de la banda aportando maravillosas polifonías. Mientras, los instrumentos de viento (saxo, flauta, trompeta, clarinete y recorder), que eran el gran aporte de Phil, pasan a ser ejecutados intermitentemente por Kerry, Gary y Ray.
Con los dos siguientes discos, últimos con la discográfica Vertigo, In a Glass House (1973) y The Power and The Glory (1974), alcanzan cotas musicales insospechadas. Para entonces, el quinteto había ganado una legión de seguidores en Europa de significativa importancia, aunque siempre debieron conformarse con un nivel de éxito relativamente menor al de otras bandas progresivas del momento.
Con estos álbumes agregaron piezas de elevadísimo nivel como “The Runaway”, “Way of Life”, “Experience”, “In a Glass House”, “Proclamation”, “Aspirations”, “So Sincere” o “Playing the Game”.
En 1975, ya con el sello Chrysalis, se edita uno de los discos más importantes de su discografía, Free Hand, con alucinantes piezas como “Just The Same”, “Free Hand” y la polifónica “On Reflection”, con la que demostraban capacidades vocales poco comunes que eran capaces de reproducir en directo con pasmosa fidelidad.
El declive creativo de Gentle Giant
Para 1976, el panorama musical había comenzado a cambiar. El glam rock ya era pasado, el punk se asomaba con fuerza telúrica, el disco music acaparaba las radios y buena parte de los grandes discos del rock progresivo ya se habían publicado, incluidos los de bandas esenciales de otros países europeos, como los de Premiata Forneria Marconi, Banco del Mutuo Soccorso, Focus, Supersister, Ange, entre otros.
Luego de Free Hand, Gentle Giant publicó el último de sus grandes discos en estudio, Interview (1976), iniciando entonces una gira europea de dos meses durante la cual se graba uno de los mejores documentos en vivo de la historia del rock, Playing The Fool (1977).
Los últimos tres discos, indudablemente reflejan a un grupo ya inmerso en una especie de proceso de reflexión sobre la pertinencia de replantear sus nuevas composiciones para adaptarse a los gustos de una nueva generación y las exigencias del mercado.
Fueron ellos The Missing Piece (1977), con momentos todavía notables, Giant for a Day (1978) y Civilian (1980), estos dos últimos con demasiadas concesiones al mercado norteamericano, aunque con momentos rescatables.
Pero ya eran tiempos para The Clash, The Police, XTC, Joy Division y todo el universo punk y post-punk, y los cinco músicos se desilusionaron al no encajar del todo en aquel panorama.
Reediciones y el baul de Gentle Giant
La década de los 80 fue un período en el que el panorama musical cambió radicalmente y la industria lo reflejó. Durante aquella década se produjo la transición entre la era analógica y la digital, lo que trajo consigo cambios en paradigmas y en muchos aspectos técnicos. La mayoría de los grupos que habían sido importantes, sufrieron de un injusto olvido y los que no se disolvieron vivieron una etapa errática.
Los integrantes de Gentle Giant prácticamente desaparecieron del mapa, pero no sus seguidores, que mantuvieron siempre presente su legado. Solo Derek Shulman ha mantenido desde entonces su relación con la música, pero no como músico sino como productor y ejecutivo responsable de buscar nuevos talentos para Polygram, para luego en 1988 pasar a convertirse en presidente y CEO de Atco Records, para el cual firmó a Dream Theater, Pantera y reavivó las carreras de AC/DC y Bad Company.
En los 90 se convirtió en presidente del sello de origen holandés Roadrunner (hoy propiedad del conglomerado Warner), especializado en grupos de metal y hardcore, firmando grupos como Slipknot, Nickelback y muchos más, hasta finalmente fundar en 2010, junto al empresario Leonardo Pavkovic la compañía 2PLUS Music & Entertainment.
El legado de Gentle Giant finalmente comenzó a aflorar en los años 90, era dorada para el formato CD. Varios discos de importancia se han editado desde entonces, entre los que habría que destacar Out of the Woods: The BBC Sessions (1996), con varias sesiones para la BBC de Londres; Under Construction (1997), un compendio arqueológico hermosamente presentado; Out Of The Fire: The BBC Concerts (1998), con los conciertos para la BBC; la caja Scraping the Barrel (2004); I Lost My Head – The Chrysalis Years (1975-1980); Three Piece Suite (2017), con una selección de temas de los tres primeros discos, realizada por Steven Wilson; y la ya definitiva colección Unburied Treasure (2019), con los 11 discos en estudio y 28 grabaciones en directo, muchas inéditas y con calidades diversas.
Durante diez años, que cubren por completo los años 70, los músicos de Gentle Giant desarrollaron formas musicales verdaderamente novedosas, alcanzando niveles de composición e interpretación que muy pocas bandas han logrado.
Su inigualable destreza en la ejecución de más de treinta instrumentos de muy variadas sonoridades y orígenes, los cuales se intercambiaban con pasmoso virtuosismo, así como su pasmosa formar de amalgamar influencias desde el rock a la música barroca, hicieron de Gentle Giant una banda única en su época y nunca superada.
Después de medio siglo de formada, aún mantiene su aura y permanente influencia
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